El hecho de que solo mujeres hayan escrito estos relatos y critiquen la invisibilización de su rol por su género, no significa que las historias traten sobre feminismo, como muchos podrían anticipar por el título, encasillando esta antología como una “antología feminista” o como “literatura para mujeres”. En realidad, estas escritoras nos adentran en mundos únicos, y con perspicacia interpelan al lector para que este quede con ganas de leer mucho más que las páginas otorgadas para cada cuento.
Una mano con voluntad propia, el sol que iluminó el corazón de un robot y el despertar de una conciencia que llevaba 30 años dormida, son algunas de las ideas centrales que componen las 17 historias de escritoras chilenas, que se han atrevido a escribir y levantar la voz para sentar las bases, que le permitan a más mujeres atreverse y rebelarse contra las historias “del mundo real”, que se toman las estanterías del mundo, empujando la fantasía y la imaginación a un lado.
En Imaginarias: Antologías de mujeres en mundos peligrosos, (La Ventana Sur, Triada Ediciones, 2019) mujeres de diversas edades, ocupaciones y experiencia literaria reclaman su espacio en el imaginario de la ciencia ficción, la fantasía y el terror, géneros que son dominados mayoritariamente por hombres o que viven bajo el yugo del realismo. Y es que situarnos en nuevos escenarios fantásticos le da mérito extra, entretenidas y fáciles de leer, estas historias son tan dinámicas que si vas leyendo en el metro o en la micro te hacen correr el peligro de tener que devolverte un par de estaciones o paradas. Algunas te dejan con esa incontrolable sensación de ¡necesito respuestas y las necesito ya!.
No todo lo femenino es feminista
El hecho de que solo mujeres hayan escrito estos relatos no significa que se traten feminismo, la idea no es encasillar esta antología como una “antología feminista” o como literatura para mujeres sólo porque está escrita por ellas. Las historias de estas chilenas cuestionan la realidad y quiebran lo cotidiano con personajes desafiantes para nuestra lógica.
El título de la obra intenta destruir el concepto de que las buenas escritoras “no existen”, o son “imaginarias” como en muchos roles en donde las mujeres son invisibilizadas, el objetivo de las autoras es dar otro significado a la palabra, en donde su existencia pase de estar en la imaginación, a ser “creadoras de historias imaginarias”.
“En Chile ustedes están acostumbrados a los temblores. Quizá este primer imaginarias sea un temblor de grado cuatro o cinco, de los que a penas te despiertan si estás en la cama. Pero estamos seguras de que las réplicas irán subiendo de intensidad más y más, hasta alcanzar un temblor de grado nueve que nadie pueda ignorar”, escribió el equipo de La Nave Invisible en el libro.
Estas absorbentes fantasías navegan por una gama de temáticas, algunas podrían ser el núcleo de un episodio de Black Mirror, mientras que otras volverse una leyenda chilota, es por ello que, a continuación, en El Mostrador las agrupamos para facilitar su hallazgo.
Plegarias del pasado, es sin duda la fantasía más realista de la antología. ¿Alguna vez has sentido el deseo de dormir y que al despertar hayas vuelto a tu juventud? Pues en esta historia ocurre todo lo contrario. En ella, la angustia de un personaje que no sabe dónde está y que al ver su reflejo no se reconoce, nos embarca en una tormentosa historia en donde 30 años de memorias perdidas, comienzan a regresar poco a poco a la mente del protagonista, revelando un oscuro secreto.
Por otro lado, Amén, si bien en un inicio nos hace creer que será una historia de la vida real de una chica y su abuelo fanático religioso, esta da un vuelco violento y sanguinolento. En tanto, Soy Zurda, nos plantea de forma literal lo que es la lucha contra los demonios internos. La Noche de los Monstruos nos recuerda lo débiles que son las personas y lo fácil que es perder la vida, al igual que Hogar de Niños.
En el mismo ámbito del terror, pero uno más futurista, la tensión se rompe con Historia de un Ascenso, se nos narra una cruda sátira en donde nuestra especie es dominada por calcetines… si, calcetines que un día caen del cielo y “domestican” a los humanos. La insólita premisa y coloquial narración hacen de esta historia una conversación que podrías tener con un amigo. Por otro lado, T.E.D, nos muestra el encariñamiento tóxico que una inteligencia artificial puede desarrollar por su creadora y las graves consecuencias que ello puede traer para la humanidad. Finalmente, El Nido, refleja al humano tratando de jugar a ser Dios.
Nunca más, tiene una narración muy fuera de lo común, ya que te cuenta la historia a través de un diálogo interno que tiene la protagonista consigo misma, posicionándote como un lector que está intruseando, de cierta manera, en el subconsciente de una persona.
City Tour por otra parte, vuelve protagonista al lector. Despiertas en un mundo donde el humano ha devastado todo y la forma de funcionar la vida ha cambiado, tal como si se tratara de un videojuego, un “mentor” te indica tu rol en este mundo y de a poco comienzas a conocer más detalles de un lugar donde todo parece funcionar “hermosamente bien».
A-5 nos sitúa en el accidente de una tripulación de científicos. Narrado desde el punto de vista del robot asistente de la tripulación, este no es consciente de que, en algún punto, las prioridades de su sistema se basaron en algo más que conservar la vida de Sol por el bien de la investigación.
La Crononauta, El Viaje de Oralia, Los Polvos del Orinoco, Zemlya Sannikova, Voces de sirena y A Prueba, narran desde perspectivas muy diferentes los viajes y desventuras de sus protagonistas para encontrase a sí mismos, o hallar respuestas a sus inquietudes más profundas. A Prueba, es también una historia muy original para destacar, ya que tiene como protagonista a un chileno o chilena adulto joven que participó del estallido social actual, y lo sitúa en un futuro en donde el estallido es parte de su historia y de su identidad, teniendo que enfrentarse a los nuevos prejuicios que la sociedad del futuro impone.