Las mujeres en esta condición sufren una doble discriminación, la que además de cerrar puertas en el mercado laboral, reduce sus ingresos. Incorporar una acción afirmativa de género en la “Ley de Inclusión Laboral” podría ayudar a reducir el problema.
Las diferentes discriminaciones del mercado laboral –que van desde la edad hasta las preferencias sexuales, pasando por el género o la raza– muestran una de sus peores caras entre los discapacitados y en especial entre las mujeres en esta condición.
Según datos del Servicio Nacional de la Discapacidad, en Chile, alrededor de 13 mil personas con discapacidad se encuentran trabajando actualmente en el país. Del total de contratados el 66% son hombres, mientras que las mujeres representan solo el 34%. Las cifras alertan sobre una nueva brecha de género.
En Chile, existe una Ley de inclusión laboral que obliga a las empresas que tienen más de 100 trabajadores a cumplir una cuota del 1% de su plantilla con personas con discapacidad, sin embargo la normativa no tiene enfoque de género.
“Acá se combinan dos matrices de discriminación, la de género por un lado y la de discapacidad por el otro, lo que profundiza los escenarios de discriminación hacia las mujeres con discapacidad, las que tienen menos posibilidades de inclusión laboral”, dice Carola Naranjo, directora de la consultora Etnográfica+, experta en políticas de inclusión y género.
Por un lado se contratan a menos mujeres con discapacidad y por otro se suma que a ellas se les paga menos que a sus pares varones con discapacidad, “por lo que podemos establecer que si bien hay desigualdad salarial entre hombres y mujeres, cuando se hace este análisis en personas con discapacidad, esta brecha es mayor”, dice Naranjo.
Para superar este problema, la experta asegura que es necesario “incorporarle una acción afirmativa de género” a la norma actual, la que señale que junto a la cuota de inclusión, se solicite a los empleadores paridad en la contratación. “Además es necesario que asegure que por el mismo trabajo se le pague lo mismo, a igual pega, igual paga”, concluye la experta de Etnográfica+.