Romina Bravo es una joven nutricionista chilena que adora andar en bicicleta, disfruta sentir su pelo al viento y mirar los paisajes que cruzan sus ojos mientras pedalea, momento de felicidad que hoy lo es todo para ella, quien se encuentra viviendo una cuarentena voluntaria en Dinamarca, país reconocido a nivel mundial por preferir el transporte en dos ruedas, por lo que Romina encaja a la perfección allí. En otras circunstancias quizás disfrutaría aún más esos 14,4 kilómetros que recorre en bicicleta llenos de paisajes que parecen sacados de un cuadro pintado en óleo, que la llevan desde Kongens Lyngby a Copenhague, lugar donde se abastece y además vive su amigo chileno, quien le cedió su alojamiento en una residencia universitaria cuando comenzaron a cerrar las fronteras, ya que él se está quedando en la capital danesa junto a su novia. Ellos son las únicas dos personas que la chilena visita una vez a la semana, mira la situación de Chile con preocupación, hoy sus planes de quedarse en Europa estudiando por dos años son inciertos y espera volver a su tierra natal a ayudar a sus colegas que trabajan en el sistema de salud, que a su juicio colapsará.
Romina llegó a Barcelona el 13 de febrero, aún no estaba desatada la crisis sanitaria que enfrenta el mundo y las fronteras seguían abiertas. Tomó un vuelo de 13 horas que la llevaría desde Santiago de Chile al continente europeo, donde pensaba estudiar un máster y radicarse por al menos dos años. Todos sus planes, proyectos y metas han cambiado, realidad que viven cientos de chilenos que aún se encuentran en el extranjero enfrentando el Covid-19.
Vivir una pandemia, la cuarentena y el aislamiento social en tu país es una experiencia totalmente distinta a vivirla sola al otro extremo del mundo. Romina Bravo tiene 26 años, nació en La Serena y es nutricionista de profesión. Hoy se encuentra en una residencia universitaria a 3 kilómetros de Kongens Lyngby, un pequeño pueblo ubicado en Dinamarca, y que queda a 14,4 kilómetros de Copenhague, capital de dicho país. Allí se fue en busca de ayuda y refugio cuando los países del viejo continente comenzaron a cerrar sus fronteras debido a la propagación del coronavirus.
Ama andar en bicicleta, medio de transporte que prima en Dinamarca. En otras circunstancias probablemente disfrutaría aún más esos 14,4 kilómetros que recorre en bicicleta llenos de paisajes que parecen sacados de un cuadro pintado en óleo y que la llevan desde Kongens Lyngby a Copenhague, lugar donde se abastece y además vive su amigo chileno, quien le cedió su alojamiento en la residencia universitaria cuando comenzaron a cerrar las fronteras, ya que él se está quedando en la capital danesa junto a su novia.
Ellos son las únicas dos personas que la joven visita una vez a la semana, mira la situación de Chile con preocupación, hoy sus planes de quedarse en Europa estudiando por dos años son inciertos y espera volver a su tierra natal a ayudar a sus colegas que trabajan en el sistema de salud, que a su juicio colapsará.
Actualmente se registran a nivel mundial más de un millón de contagiados y más de 70.000 muertos por el virus que se ha expandido por todo el mundo. En el país donde está Romina hay 4.681 contagiados, 187 muertos y 1.378 pacientes recuperados, cifra similar de contagiados se registra en Chile, en donde hay un total de 4.815 infectados, 37 muertos y 728 personas recuperadas.
Lo que comenzó como unas pequeñas vacaciones en Europa y que pretendían extenderse a una estadía en España por dos años, terminó siendo un viaje que sin duda alguna nunca olvidará.
“Mi plan inicial era vivir un año gracias a la visa de trabajo Working Holiday en Suecia, para juntar plata para hacer un máster. En ese tiempo yo tenía pronosticado que el máster iba a salir más caro de lo que yo pensaba, de lo que cuesta realmente… así que por la capacidad de ahorro del país (de Suecia) era una buena idea juntar plata un año allá y después irme a vivir a España a estudiar. Así que ese era el plan inicial ahorrar para hacer un máster y una vez terminado el máster, volver a Chile”.
Sus planes comenzaron a gestarse en 2018, cuando retomó el contacto con su mejor amigo de la infancia Diego, quien al igual que ella quería irse a Suecia a vivir, por lo que comenzaron a visionar cómo sería su vida en Europa juntos. Ambos obtuvieron la visa Working Holiday en Suecia, pero sólo Romina se pudo ir, ya que Diego tenía pasajes para finales de marzo y con el cierre de fronteras todos sus planes fueron postergados para el futuro.
Romina ahorró por dos años para realizar este viaje, además aún realiza consultas online a sus antiguos pacientes de Santiago, donde tenía una consulta particular especializada en alimentación vegana y vegetariana. Esto le permite poder seguir abasteciéndose sin problemas económicos.
Estuvo en Barcelona hasta el 23 de febrero, en medio de esos diez días en España fue a Tarragona a conocer la “Universitat Rovira i Virgili”, lugar donde realizaría su máster que le permitiría dar clases en la universidad, allí consultó cómo podía hacer el curso siendo extranjera. Este máster lo iba a realizar en septiembre, por lo que una vez que fuera aceptada en la universidad su visa de trabajo iba a expender automáticamente y pasaría a tener una visa de estudiante que le permitiría vivir allí por dos años.
Luego partió a Berlín, allí estuvo por dos días, después se fue Düsseldorf, donde se quedó en la casa de otro amigo chileno, allá estuvo hasta el 8 de marzo. Planeaba irse a Dinamarca para estar más cerca de Suecia, donde comenzaría a regir su visa de trabajo a partir del 23 de marzo.
Tanto España, donde llegó primero, como Suecia, su destino final, han sido azotados por el Covid-19. España sobre todo, este país registra el segundo número más alto de contagiados a nivel mundial, alcanzando los 136.675 infestados, 13.341 muertos y 40. Recuperados, en tanto Suecia registra 7.206 casos positivos, 477 muertos y 205 recuperados.
El Día Internacional de la Mujer llegó a Praga, comenta que desde ahí el panorama comenzó a ser más oscuro en el viejo continente. “El viernes 13 supe que tenía que irme de Praga porque había quedado la caga e iban a cerrar las fronteras de Dinamarca, que era mi siguiente destino y aquí tenía otro amigo chileno donde podía quemarme y no estar sola porque ya había quedado la caga con el coronavirus, o sea estaba empezando a quedar la caga, por eso habían cerrado las fronteras en Dinamarca y en Praga”.
Donde se estaba quedando estaban cerrando los hostales y comenzaban a cerrar las fronteras, por lo que visitó la embajada de Chile en República Checa para saber si podría o no irse de ese país. Finalmente luego de horas de angustia tomó un vuelo a Dinamarca y desde el 14 de marzo se encuentra en Kongens Lyngby, en lo que denomina una “cuarentena autoimpuesta”, porque el país aún no la decreta oficialmente.
Se encuentra en unos blocks de edificios para estudiantes universitarios, que están cerca de una universidad, a 3 kilómetros Kogens Lyngby. “Hay casas y todo, es como muy residencial, muy tranquilo, es bonito. Hay árboles, es limpio, muy silencioso y aquí tengo de todo, un depa que es como una pieza, tiene un baño, una mini cocina, un escritorio, una cama y eso es todo y es como una sola pieza”.
“Estoy sola todo el tiempo. Una vez a la semana me junto con mi amigo que se está quedando con su polola en Nørrebro, un barrio en el centro de Copenhague y ahí lo voy a ver. Una vez vino él y dos o tres he ido yo. Ellos son el único contacto real con humanos que tengo y el resto del tiempo sola”.
“Mis días de rutina, nada… he trabajado algunas semanas… la anterior no trabajé casi nada, pero la semana anterior a esa sí y la anterior a esa también un poquito, así que a veces trabajo, hago ejercicio, leo, escucho música y una vez a la semana salgo a comprar y eso básicamente, dormir mucho y ver series a veces, aprovechar de investigar cosas en internet o a veces simplemente no hago nada, descanso y me quedo pensando en un millón de weas y nada estoy pendiente también de leer muchas noticia sobre Chile, y también pendiente de la situación internacional porque me concierne demasiado ”.
Hasta el momento no han decretado la cuarentena obligatoria en Dinamarca, pero Romina comenta que hay poca gente en la calle, respetan el espacio personar y que son responsables al tomar medidas por sí mismos. Ve más gente cuando va a la capital, pero en el pueblo las calles están desiertas. Su paseo semanal en bicicleta la saca de su rutina, graba sus trayectos y los atesora en su celular nuevo, ya que le robaron el suyo en España.
“Mi sueño… no sé, siempre ha sido un sueño de todos, viajar y conocer otras partes, pero sí era parte como de mis planes para desarrollar más mi carrera y tener otra perspectiva, tener otras cosas para de todas formas seguir aportando con la salud en el país. El plan siempre fue eventualmente volver y el plan final siempre fue más para después volver a ayudar con lo que yo pudiese aprender allá”.
Sus planes y sueños se han postergado hasta nuevo aviso, hasta que todo vuelva a la “normalidad”, porque “probablemente nunca va a volver a ser el mundo lo que era, de hecho una parte… llega a ser paradójico esto que uno se viene a otro país y todo a ver cómo es la vida en general acá, pero ahora la vida cambió para siempre, entonces la percepción que he tenido desde quizás la mitad del viaje en adelante es que estoy percibiendo una realidad nunca antes vista acá y es muy anecdótico conocer el mundo en este contexto”.
“Mis planes se postergan hasta… ¿A quién le importa? Ahora me preocupa tanto la salud pública que mis planes dan lo mismo. Creo que soy joven y se pueden postergar, no era nada así como… o sea era importante para mí, pero tampoco me daba como un poco lo mismo ya al final que se postergue o no, hay cosas más importantes de las que preocuparse ahora”.
“Lo más significativo para mí ha sido como todo lo que me ha generado ver la situación chilena desde lejos, porque aquí en Europa francamente yo sé que los europeos se van a recuperar y van a estar bien, pero esta misma situación descontrolada que se da en Europa es muy difícil de ver en un país latino que no está preparado en ningún aspecto para algo de esta envergadura”.
Por el momento su único plan a corto plazo es ver cómo van las restricciones de Suecia y Dinamarca, las aperturas de fronteras y ver cómo irán funcionando los países una vez que se acabe el aislamiento social.
“Creo que ahora es un pésimo momento para intentar irme vivir allá, he buscado trabajo estos días en Estocolmo o en cualquier parte de Suecia para en el caso hipotético de que si van a abrir las fronteras y pudiera irme, quisiera ya tener un trabajo y con esa base irme, pero si no tengo un trabajo, no me voy a ir porque no sé hablar sueco. Sé hablar inglés y español”.
Romina es consciente también de que la situación económica a nivel mundial está complicada. “En Suecia están despidiendo mucha gente al igual que acá. Todo el sector o servicio en el que yo pudiera haber trabajado que por lo general son las pegas de los Work and Holiday, son en cafés, restaurantes, hoteles… y cualquier cosa que implique turismo está cerrado, hasta nuevo aviso”.
“No creo que sea posible vivir este año allá porque tengo suficiente plata ahorrada, pero no me va a durar mucho si tengo que costearme todo, porque acá no pago nada por quedarme donde mi amigo. El máster España están mal, así que claramente no podré hacerlo este año y da lo mismo, así que eventualmente si está todo muy difícil y me tengo que devolver, me voy a devolver a Chile y dependiendo de lo que pase allá eventualmente intentar sobrevivir, juntar plata no sé y venirme más delante de nuevo, pero también los vuelos a todas partes van a estar muertos por abril así que no hay oportunidad de volver este mes igual no lo tenía pensado, en mayo quizás sería un mejor escenario pero todo depende mucho del panorama mundial”.
Su visa como turista en Europa expira el 13 de mayo, por lo que tiene tiempo para permanecer allá hasta esa fecha. Menciona que han recomendado volver a “la gente que esté fuera de sus países, no la gente que ya está viviendo en otros países radicada… yo como me venía a vivir estoy como en un limbo «situacional» y eso… eventualmente planeo volver para ayudar todos mis amigos y colegas nutricionistas que trabaja en el servicio de salud, porque eventualmente creo que todos nos vamos a contagiar en algún punto y yo sí tengo que volver a ayudar porque va a faltar gente, prefiero estar allá y hacer lo que tenga que hacer e irme de acá. Chile siempre va a ser una opción hasta que no tenga realmente algo más concreto por acá”.
Desde Europa para ella la situación acá es muy compleja y ha sido mal llevada. “Es muy triste, muy peligrosa e incierta. Todo va a depender de cómo se maneje la situación, pero ha sido tan mal manejada hasta el momento… sobre todo lo que he leído de que muchos datos están manipulados, de que las medidas han sido insuficientes, de que la gente pobre está pagando el pato, de que el sistema de salud ya estaba colapsado, muy deficiente y enfermo antes de que pasara todo esto, pero ahora es algo que le concierne a todos”.
“Están todos muy preocupados, yo también. Me da mucho miedo que la gente, enfermos crónicos que es la mayoría de la población, gente con obesidad, diabetes que son tremendos grupos de riesgos para esta enfermedad, van a enfermarse y no van a poder atenderlas, no van a poder darles el tratamiento regular que tienen los enfermos crónicos y además el país nutricionalmente está pésimo para enfrentarlo, está pésimo para enfrentarlo en todos los flancos. Francamente desde que no hay seguridad social, el precio que tiene la salud, el tema de la educación que está muy mal, lo de los sueldos, las deudas, las cuarentenas, el aislamiento, todo ha sido súper mal llevado, las fake news, la desinformación, los problemas sociales que habían antes de que explotara todo esto… es demasiado todo y la situación de Chile me tiene muy angustiada. Si tengo que ser honesta es mi sentimiento general respecto a Chile, pero para no ser tan desalentadora, diría preocupada, estoy muy preocupada”.
Este lunes Dinamarca anunció que si las cifras por Covid-19 se mantienen, comenzará una apertura parcial del país, reabriendo guarderías y escuelas para niños hasta quinto grado a partir del 15 de abril. Además prolongaron hasta el 10 de mayo la prohibición de las concentraciones de más de 10 personas. En cuanto al cierre de las fronteras está programado hasta el 13 de abril, pero la medida podría extenderse, todo depende del escenario que se vaya dando con el tiempo, por lo que la estadía de Romina en el país danés probablemente se prolongarse por un mes y medio más.