“Si tú tienes estudiantes interesados por su aprendizaje y vinculado a su escuela y su contexto educativo, lo más probable es que podamos reducir de manera universal el riesgo de desertar. Así como también si la escuela logra enganchar a las y los chicos e incentivarlos, involucrarlos en su propio proceso de aprendizaje, a su ritmo y de acuerdo con sus propios interesas, es probable que logren retenerlos”, explica la académica de la Escuela de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Sociales de la U. de Valparaíso y Directora de Cátedra Unesco sobre Niñez, Educación y Sociedad, Mahia Saracostti.
Tras la emergencia sanitaria provocada por el Covid19 a nivel mundial, la escolaridad ha sido uno de los elementos que más se han visto perjudicados. Y es que, a pesar de los intentos por realizar clases online en nuestro país, no todas las familias tienen las mismas realidades: acceso a computador para todos los miembros del núcleo familiar, internet con una conexión estable. Hay personas que sólo tienen celulares.
Ante tal panorama es que el Ministerio de Educación decidió formar un panel de expertos que conformarán la Mesa de Trabajo del Mineduc, la cual tiene por objetivo analizar y proponer medidas concretas que permitan prevenir el abandono escolar en el contexto actual de la crisis sanitaria. Y es que el abandono escolar no es un riesgo que están sufriendo sólo los ciudadanos de Chile, se ha convertido en una verdadera pandemia a nivel mundial.
Una de las personas invitadas a conformar este panel de expertos es la académica de la Escuela de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Sociales de la U. de Valparaíso y Directora de Cátedra Unesco sobre Niñez, Educación y Sociedad, Mahia Saracostti. Según su lectura del panorama actual, existen una serie de factores que predominan a la hora de generar un abandono escolar.
“Lo que la literatura científica muestra es que la inasistencia crónica, repetición y el rezago escolar son algunos de los factores de riesgo. En este contexto, la inasistencia no es voluntaria, por la pandemia, pero esto sí provoca un proceso de desvinculación con el contexto escolar”.
Además, agregó que, “ya desde marzo y abril había unas luces de organismos internacionales, como Unesco y el Banco Mundial, entre otros, que decían que aumentaría el riesgo del abandono escolar no sólo en Chile, sino a nivel global”, sostuvo Saracostti.
Desde la perspectiva académica, la investigadora se ha caracterizado por plantear su línea en el bienestar de niñas, niños y adolescentes, y sus procesos socioeducativos, así como también en la retención escolar y el vínculo familia/escuela.
Es en ese contexto, que espera contribuir de mejor manera a la Mesa de Trabajo convocada por el Mineduc. “Por mi lado tengo toda una línea de investigación de varios años relacionada con la retención escolar. En lo personal he creado un modelo predictivo que te muestra que el interés por querer aprender es un indicador mucho más temprano que el problema de la inasistencia y, por lo tanto, el interés por querer aprender vuelve a ser un compromiso estudiantil, pero vinculado al apoyo y vínculo de las familias y escuela, además de las relaciones que se den entre estudiantes y profesores”, señaló la académica.
“Todos esos elementos vienen a ser indicadores, a ser factores más tempranos que la inasistencia o problemas de rendimiento académico o repetición. Si uno puede intervenir más tempranamente en esos indicadores es probable que seamos más exitosos en retener a los niños en las escuelas”, agregó.
Vinculación con el entorno familiar y escolar
De acuerdo con lo manifestado por Saracostti, la inasistencia sí es un indicador que hay que mirar para evitar la deserción, lo mismo que el rendimiento académico, pero existen otros aspectos de vinculación, sobre todo, el que relaciona al entorno familiar y escolar que se deben tomar en cuenta.
“Si tú tienes estudiantes interesados por su aprendizaje y vinculado a su escuela y su contexto educativo, lo más probable es que podamos reducir de manera universal el riesgo de desertar. Así como también si la escuela logra enganchar a las y los chicos e incentivarlos, involucrarlos en su propio proceso de aprendizaje, a su ritmo y de acuerdo con sus propios interesas, es probable que logren retenerlos”, agregó.
“Otro elemento son los vínculos: el mantener a una familia vinculada con la comunidad educativa. Mantener a niños que trabajan en red, que están relacionados, preocupados por lo que le pasa al uno o al otro. La vinculación con el profesor o profesora, el apoyo de ellos es clave”, indica.
Como elementos para lograr que los menores realicen sus trabajos escolares, la experta recomienda “generar metas realistas, objetivos acotados: que las y los profesores les transmitan que tienen expectativas de que sus estudiantes van a poder aprender. Dentro de todo lo que yo he hecho, el factor que siempre me sale es el rol del o la profesora, que confía que sus estudiantes van a aprender y logra dosificar en objetivos concretos y realistas generando la atención de los estudiantes.
“Hay que lograr que ese chico o chica sienta que seguir estudiando es significativo, que les ayuda a solucionar problemas en su vida cotidiana y futura. Ese es el desafío”, finalizó la experta.