Si la idea es generar una cultura escolar no sexista, el Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas (CPEIP) nos ha dado la muestra de, justamente, lo contrario. El seguir sosteniendo que los niños SON de una manera y las niñas SON de otra, está a la base del problema que tenemos que resolver. Esta forma normativa de entender género es lo que nos ha llevado a los grandes problemas de inequidad y discriminación a los que nos hemos enfrentado por décadas. Esta forma de pensar a niños y niñas con distintas características y vincularlo al aprendizaje es el origen de lo que hoy discutimos como brecha de género, carreras feminizadas, poca valoración de los trabajos pensados como “femeninos” (docencia, trabajo social, enfermería), etc.
En el documento publicado por CPEIP para trabajar con docentes en ejercicio, que fue retirado el pasado domingo y por el cual se entregaron disculpas el día lunes en redes sociales, las diferencias descritas entre niños y niñas son en realidad estereotipos con los que se socializa a niños y niñas. Si proyectamos, por ejemplo, las características emocionales que se le atribuyeron a los niños (hombres), imaginemos el tipo de adulto que estamos educando. Consideremos algo más, ¿qué pasa con aquellos niños que no exhiban estas conductas?, ¿cómo serán vistos por sus pares? Bullying es lo primero que viene a la imaginación.
[cita tipo=»destaque»] Invitamos a nuestros colegas a pedir colaboración para poder generar materiales que realmente apunten a crear sociedades más justas y que ciertamente, tengan una visión más actualizada y compleja de lo que es género y lo que implica para el bienestar de las generaciones que están y las que vienen. [/cita]
Sobre la descripción que se hacía del ámbito emocional de niñas en tercero básico, realmente parece inconcebible y misógina: las niñas “coleccionan stickers, juntan álbumes”, mientras los niños muestran “gran interés por los deportes”. En otra línea, la descripción indicaba que para los niños “las peleas con sus pares son sencillas y cortas”, mientras que las niñas son “capaces de expresar sus sentimientos. Usan cartas y dibujos” y “perciben los detalles en las relaciones y se afectan”. Una vez más, se planteaba educar que los hombres son insensibles, que no tienen herramientas emocionales y que las niñas son más sentimentales.
Finalmente, la propuesta que para las niñas de tercero básico “atraer la atención de los hombres es una nueva forma de autoexpresión”, parece aberrante. Cuánto podríamos decir sobre ello…
Si esta sigue siendo la forma de entender género, tenemos que aprenderlo de otra manera. Esta idea de género es el centro de los problemas de desigualdad, inequidad, discriminación y violencia que intentamos resolver. Lo que aparecía descrito en el texto de CPEIP, es lo que tiene que ser desaprendido. Sabemos que aprender sobre género de otra manera, es algo que ha costado instalar por décadas. Invitamos a nuestros colegas a pedir colaboración para poder generar materiales que realmente apunten a crear sociedades más justas y que ciertamente, tengan una visión más actualizada y compleja de lo que es género y lo que implica para el bienestar de las generaciones que están y las que vienen.