En el marco de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, Daniela Díaz, matrona de Clínica Bupa Santiago, aclara diez ideas erróneas relacionadas a esta forma de alimentación de los niños y niñas.
Muchas veces las mujeres escuchan consejos o afirmaciones de amigas o familiares que, probablemente con buenas intenciones, buscan “guiarlas” en su lactancia. Pero, en varios de éstos son falsos o derechamente mitos. Es por eso que la matrona de Clínica Bupa Santiago, Daniela Díaz cuenta cuáles son las respuestas reales.
1. Si los pechos son pequeños no se podrá amamantar.
El tamaño de los pechos no indica quién podrá dar de mamar o quién no. Cualquier madre que desee dar pecho es capaz de hacerlo, solo requiere el apoyo adecuado y la técnica correcta para poder amamantar. Un pecho más pequeño solo nos dice que su capacidad de almacenamiento es menor, por lo tanto, esa mama tendrá un vaciamiento más rápido en comparación con una mama de gran tamaño.
2. Hay leches de buena y mala calidad.
Todas las leches son de buena calidad. La biología y fisiología de la lactancia está hecha para que cada madre produzca lo necesario para su recién nacido. Los componentes de la leche van cambiando y adaptándose a los períodos que va enfrentando cada bebé.
3. Después de cierto período, la leche ya no alimenta.
La leche de cada madre va cambiando y variando según la edad del hijo. Por ejemplo, un recién nacido se alimenta con calostro, el cual es alto en inmunoglobulinas, no así la leche que la madre produce cuando el hijo ya tiene un año o más. Esta leche contiene alto aporte en grasa, lactosa y vitaminas hidrosolubles, las que siguen aportando de manera importante para el desarrollo del hijo.
4. Si no se hizo apego durante los primeros minutos al nacer, no habrá buena lactancia a futuro.
Si bien lo ideal sería que un recién nacido realice apego inmediato con su madre, sabemos que esto no siempre se puede dar así. La lactancia se puede establecer, e incluso restablecer, después de un largo período en que la madre no haya dado de mamar. La clave es que la madre tenga las ganas de hacerlo, y para esto requiere un apoyo constante de su entorno cercano y equipo médico de cabecera.
5. Hay que preparar los pezones durante el embarazo.
Esto no es así. Cada madre tiene distintas formas de pezones; algunos bien formados, otros planos, muy grandes, pequeños e incluso invertidos. Por lo que realizar un trabajo previo durante el embarazo no conlleva ningún beneficio, el pezón en sí no es un músculo que se pueda ejercitar y mantener de una forma específica. En el momento de la lactancia es cuando el mismo bebé irá logrando poco a poco tomar del pecho de su madre, independiente la forma que el pezón tenga.
6. Es normal que al comienzo la lactancia duela, pero después ese dolor va disminuyendo.
No. Si la madre mantiene y utiliza una forma correcta de acople, el dolor no debería existir. Generalmente las madres sufren de dolor ya que se asocia a grietas del pezón, las que se generan porque el recién nacido no está logrando acoplarse correctamente y la madre tampoco se da cuenta de este error. Es muy común escuchar decir a las madres que la lactancia debe doler, pero esto no es así. La solución es tener una buena técnica de acople, la cual se llama “acople asimétrico”.
7. Hay que dar una cantidad de tiempo determinada de cada pecho.
Falso. Actualmente se sabe que el recién nacido es el que determina el tiempo que se mantiene en el pecho amamantando. El proceso de lactancia y producción de leche varía en cada madre. Al comienzo la leche inicial tiene mayor contenido líquido, pero pasados unos minutos empieza a aumentar su producción de materia grasa, la cual hace que el bebé crezca sano y fuerte. La lactancia siempre debería ser a libre demanda, cada hijo tiene un metabolismo distinto; algunos requieren solo 10 minutos de pecho, mientras que otros requieren 40 minutos.
8. Si la madre pasa un mal rato o un estrés muy grande, puede que se “corte” la leche.
Falso. Si bien al vivir una situación de estrés físico o mental el organismo, como mecanismo de supervivencia, libera hormonas como adrenalina, noradrenalina y cortisol, las cuales bloquean la producción de la leche, lo que es temporal. La lactancia se reinicia al momento en que la madre coloca nuevamente al bebé al pecho; la succión es la encargada de generar nuevamente la producción de leche.
9. Si la abuela no pudo dar leche, la mamá del recién nacido tampoco podrá.
No es así; la lactancia es no es “hereditaria”. Cada proceso de lactancia es distinto de mujer a mujer. Incluso una madre que tiene lactancia fallida con su hijo anterior puede en una nueva ocasión lograr lactancia 100% exclusiva con el nuevo hijo. Las madres sí pueden influenciar a sus hijas de manera negativa, ya que al estar mencionando reiteradamente que ellas no dieron pecho, esto genera en la nueva madre la idea de que ellas tampoco serán capaces. Es muy importante que las madres cuenten con una buena red de apoyo para lograr una lactancia exitosa.
10. Si la madre come alimentos flatulentos o muy aliñados, le pasará por la leche al bebé, provocando cólicos.
Falso. Los alimentos no pasan a través de la leche. La madre es libre de comer todo lo que quiera, sin restricción alguna a excepción del alcohol y la cafeína en exceso. Lo que sí ocurre a veces es que la leche cambia de sabor, lo cual puede generar algún tipo rechazo del recién nacido en un inicio, pero no genera daño o cólicos en el bebé. De hecho, está demostrado que esto ayudaría a que el recién nacido genere mayor facilidad para aceptar nuevas comidas y sabores al momento de agregarlos al consumo diario después de los 6 meses de vida.