Es fundamental estar presente durante todas las etapas que implica para una víctima el proceso de reconocer y salir de una dinámica de maltrato.
En los últimos años, se ha visto un significativo aumento de la violencia contra la mujer y los casos de femicidio en todo el mundo. Muchas veces, las víctimas viven una realidad invisibilizada y silenciosa durante años, ya que la lógica del abuso se sostiene en mantener reserva y sufrir en soledad lo que están viviendo. Diversos estudios han mostrado que las mujeres demoran en promedio casi siete años en denunciar. Por esto es urgente y vital “empoderar” las redes de apoyo; sociales, familiares, institucionales y profesionales de las víctimas, para que estas lleguen a tiempo, puedan sostener, acompañar y cuidarlas en este doloroso proceso de reconocimiento y posterior denuncia a su agresor.
La psicóloga Javiera Donoso, especialista en reparación emocional y temáticas de autocuidado y autoestima, explica la importancia de tener conocimiento de primeros auxilios en salud mental para ayudar a las mujeres que son agredidas y cuáles son las frases que por ningún motivo le debes decir para que no sean revictimizadas.
Generalmente las mujeres se van aislando y quedando solas, por vergüenza, por control de sus agresores o por cursar cuadros depresivos. Por lo que es fundamental como red de apoyo, mantenerse cerca, no perder el contacto, estar disponible para prestar asistencia en el momento en que la mujer lo pida. “No juzgar, presionar o condicionar la cercanía a la separación del agresor. Ofrecer escucha a los temores e inseguridades, acoger las dudas y ayudar a la víctima a afrontar cognitiva y emocionalmente su situación. Mostrando las salidas, prestando acogida, buscando orientación profesional para saber qué hacer. Manteniendo la presencia durante todas las etapas que implica para una víctima el proceso de salir de una dinámica de violencia”. Explica Javiera Donoso.
Las redes de apoyo tienen un rol fundamental, ya que, en términos simbólicos, le prestan a la mujer «mente o psique» para pensar su situación fuera de la hipnosis en la que queda presa cualquier persona que ha sufrido de maltrato durante un periodo de tiempo más o menos sostenido. Las personas que han sufrido violencia intrafamiliar tienden a normalizar esta situación e incluso pueden culparse por ello. La contención entregada por su círculo más cercano es fundamental para que la víctima pueda mirar este problema con mayor objetividad, para así movilizar sus recursos externos e internos para encontrar una salida.
Es difícil estar cerca de una mujer que sufrió violencia o abuso, por eso es importante buscar redes de apoyo profesional. La contención puede provocar mucha impotencia y frustración, porque visto desde afuera la situación es clara y la solución evidente. Sin embargo, no debes olvidar que la víctima se encuentra inserta en una dinámica violenta, y le será complicado ver las mismas posibilidades que tú observas. “Es importante como red de apoyo contar a su vez con otras redes, ya que después de un tiempo de acompañar a una mujer que ha sufrido violencia pueden pasar dos cosas; o se entra en la misma “hipnosis” en la cual se empieza a justificar, minimizar y negar el problema. O sentir rabia hacia ella y comenzar a enjuiciar o tener poca empatía.” Sostiene la psicóloga.
Como red de apoyo, ¿cuáles son las cosas que por ningún motivo debo hacer y qué frases no debo ocupar?
La especialista en reparación emocional y temáticas de autocuidado y autoestima detalla cuáles son las frases que debes evitar decirle a las mujeres que sufren o han sufrido violencia intrafamiliar, ya que contribuyen a la revictimización, pues en lugar de sentirse contenidas, se refuerza la vivencia de ser violentadas, mediante el cuestionamiento, la justificación y otras formas de invalidación de su testimonio.
Nunca culparla: “Algo habrás hecho tú para que te esté pasando esto”
Nunca condicionar el apoyo a la separación del agresor: “O te separas o cortamos nuestra relación”.
Nunca poner en duda lo difícil que es para ella tomar una decisión: “¡Cómo eres tan tonta para aguantar esto!”
Nunca presionar o exigir que se tome acción: “No me cuentes más, si no haces nada no te quiero escuchar”
Nunca insinuar o decir que gana algo o elige al estar en esta situación: “Si no haces nada, será porque te gusta”
La psicóloga señala que es clave ayudar a las mujeres a liberarse de la culpa y la vergüenza promoviendo proyecciones y conectando con posibilidades de reconstrucción del proyecto personal, pero, sobre todo, mostrar que es posible hacerlo y que no está sola. “El romper con una relación de maltrato es el primer paso, luego habrá que iniciar un proceso de reparación emocional y de la autoestima, que queda muy dañada. El acompañamiento profesional es importante en este proceso, ya que como amigo o familiar es difícil escuchar los testimonios y el daño psíquico que dejan las heridas del maltrato y el abuso.”
Javiera Donoso quien trabajó durante cuatro años en centros de atención a víctimas y agresores, derivados de los tribunales de familia y de garantía, sostiene que la sociedad espera mucho de las víctimas de violencia, maltrato y abuso, pues “exigen” que tengan la lucidez para darse cuenta a tiempo de la situación en la que están y que decidan salir de estas relaciones. “Olvidamos que parte de la realidad de la víctima es precisamente el dudar de su criterio, el sentirse demasiado vulnerable, dependiente y asustada para enfrentar o decidir separarse de su agresor. Que en los casos de violencia intrafamiliar la persona que la agrede es con quién sostiene un vínculo de apego, con quién convive o tiene hijos y un proyecto de vida común.”