En Chile existe un gran problema respecto al acceso a salud sexual y reproductiva, situación que se evidencia incluso desde antes de la pandemia, cuando, por ejemplo, en 2018 se registró una falla con las píldoras “Tinelle”, las cuales tenían un cambio de composición del blíster. Es por ello que, para analizar la situación, conversó con El Mostrador Braga, la Dra. Andrea Von Hoveling, delegada en Chile para la Red Iberoamericana de Salud Reproductiva y Sexual.
La primera semana de octubre, tras detectar un problema de calidad en los anticonceptivos Minigest-15 y Minigest-20, el Instituto de Salud Pública (ISP) notificó el retiro de ambos en el mercado, ya que tenían una menor cantidad de principios activos que la declarada en los registros.
Antes de ello, el pasado 24 de agosto, el ISP publicó una alerta farmacéutica anunciando que 139.160 blisters de anticonceptivos “Anulette CD” del laboratorio Silesia estaban defectuosos, semanas después pasó el mismo error con un segundo lote de 137.730 blisters.
Retrocediendo más en el tiempo, en mayo, en plena cuarentena obligatoria, el primer estudio sobre salud sexual y reproductiva en pandemia, realizado por Miles Chile, develó que 4 de cada 10 chilenas (74%) vieron dificultado el acceso a salud sexual y reproductiva; de ellas, el 34% no pudo acceder a métodos anticonceptivos en distintos centros de salud público, principalmente por una falta de stock disponible.
En farmacias, las encuestadas (30%) denunciaron que habían visto incrementado el precio de los anticonceptivos y un 24% necesitaban realizarse el examen del PAP, pero de ellas, el 85% finalmente no pudo realizárselo.
Estos datos y muchos otros develan el gran problema que existe en nuestro país con el acceso a salud sexual y reproductiva, problema que se evidencia incluso desde antes de la pandemia, cuando, por ejemplo, en 2018 se registró una falla con las píldoras “Tinelle”, las cuales tenían un cambio de composición del blíster.
Es por ello que, para analizar la situación, conversó con El Mostrador Braga, la Dra. Andrea Von Hoveling, delegada en Chile para la Red Iberoamericana de Salud Reproductiva y Sexual y miembro del directorio de la Sociedad Chilena de Endocrinología Ginecológica (Socheg).
En primera instancia, la doctora considera que hubo una falla en la planificación de cómo se garantizaría el correcto acceso a la salud sexual y reproductiva durante el periodo de pandemia, puesto que se suspendió todo lo que no tuviera que ver con embarazo y parto, a pesar de las recomendaciones internacionales, ya que, por ejemplo, diferir un Papanicolau en una mujer sana no es lo mismo que una a quien se le hace un seguimiento por cáncer.
Los diversos problemas que se fueron dando en torno a los anticonceptivos durante los últimos meses, tendrán como consecuencia un “baby boom” post pandemia, el problema, es que la mayoría de ellos, según permea la especialista, serán por embarazos no deseados. En este sentido, la doctora considera que es un grave riesgo, y que no se debe romantizar la maternidad y asociar este baby boom con algo necesariamente positivo, porque se debe a una falla en la política pública.
“La anticoncepción está super probado que salva vidas”, explica, debido a que los embarazos no planificados tienen mayor morbilidad y mortalidad para la madre y para los hijos. “Eso es un hecho absolutamente visto en ginecología. Entonces, si tú lo ves desde una perspectiva sanitaria, tú debieras incluso optimizar el tema de la planificación familiar en un contexto en que la salud general de la población está amenazada”, analiza Von Hoveling.
No todas las mujeres terminan felices al enterarse de un embarazo, y a nivel colectivo, “el embarazo no planificado empobrece. Es así de drástico y eso no es una opinión, eso es una verdad estadística y de experiencia internacional”, agrega la experta.
Y es que, según su análisis, en primer lugar, si bien hay que apoyar que las parejas o mujeres que quieren tener hijos, no se debe garantizar la natalidad del país “a costa de embarazos no planificados”, porque, de partida, esto en contra del derecho de cada persona a decidir cuándo y cuántos hijos quiere tener.
En el plazo sostenido, la actividad sexual se mantiene, la intención de tener hijos baja, la fertilidad se mantiene, pero el acceso a posibilidades de diferir los hijos baja. Entonces, “¿qué tienes? Te aumentan los embarazos, no por intención, no porque aumenta la actividad sexual, no porque aumenta la fertilidad, sino porque se disminuyó el acceso a métodos anticonceptivos. Entonces, el baby boom no es una buena noticia”, recalca.
El error en el caso de las pastillas anticonceptivas causó mucha angustia en aquellas mujeres que fueron víctimas del error, para la doctora, por cómo y por dónde se dio este error de orden, es poco probable que se produzcan embarazos, sin embargo, “aunque se produzca sólo uno, es una crisis para esa mujer y una injusticia”.
El error en cuanto a masificación, número, es mucho peor en el caso de las Anulette, porque “es por lejos en primer, segundo y tercer lugar la pastilla más usada en Chile. Entonces en lo numérico es mucho más grave, pero era un error de orden y la mayor parte de las mujeres era capaz de darse cuenta y de consultar -lo que no minimiza, por favor, la responsabilidad del laboratorio- “, indica.
Las Minigest 20 y 15, son un caso grave en el ámbito individual ya que como usuarias no había forma para darse cuenta, además, “no hemos tenido mayor información, por ejemplo, de cuánto era menor la dosis, cuántas eran las pastillas afectadas. Porque es distinto una disminución, por ejemplo, en un quinto de la dosis, que una disminución a la mitad”.
Para la doctora, estos constantes errores e irregularidades en temas de salud sexual y reproductiva pueden tener como consecuencia una crisis de confianza. “Ya teníamos muchas suspensiones de métodos anticonceptivos por falta de acceso, porque mujeres quienes, por bajar su frecuencia sexual, habían suspendido las pastillas por la percepción de que no las necesitaban”, cuenta.
Si a esto le sumamos una crisis de confianza de, ¿para qué me voy a tomar esto si lo que me están dando no es de buena calidad? Eso sí que puede masificar el problema”, agrega.
En Chile, la doctora considera que lamentablemente todavía hay muchos profesionales que adhieren a un sistema más paternalista, en el cual una mujer va y le dice Hola, me quiero cuidar y le responden “tómese esto” y ella se va. Desde la visión de Von Hoveling, eso ya debiera estar obsoleto, porque desde hace décadas “los organismos internacionales vienen estandarizado que se haga una consejería anticonceptiva”.
Finalmente, ante cualquier duda, la doctora recomienda siempre usar condón, pero su uso abre otra arista, puesto que actualmente, Von Hoveling comenta que hay muchas advertencias de que la otra gran víctima de esta pandemia va a hacer que vuelvan a subir las infecciones de transmisión sexual.
Sin embargo, a nivel de políticas de prevención, pasa muchas veces que se lanzan frases, “pero esas frases no van acompañadas de una capacitación o de una demostración, a veces simplemente no se entiende. O sea, #UsaCondón, ok ya, ¿pero y si nadie les enseño a usar condón. Lo tienen que buscar en YouTube. A veces llegan a sitios porno. Me ha tocado ver eso”.
Es por lo anterior, que hace la invitación a las personas de informarse, de buscar en internet a los y las diversas profesionales que están dispuestos a orientar y resolver dudas, para que tanto mujeres como hombres, puedan ejercer su derecho a tener acceso a salud sexual y reproductiva.