La máxima inversión del Estado estará puesta en el área de la construcción, un campo donde las mujeres históricamente no han tenido una participación significativa. De hecho, la disminución laboral de las mujeres en esta área, durante los últimos 12 meses, fue de 21.000 puestos. En cambio, 149.000 mujeres trabajadoras de casa particular perdieron su trabajo y la cifra aumenta a 243.000 puestos perdidos en la rama del comercio.
El gobierno está llevando adelante un plan de reactivación económica y laboral que solo en proyectos ligados a la infraestructura y necesidades sociales, desembolsará 34 mil millones de dólares para financiar 2.544 proyectos, planificación que busca devolver cierta estabilidad a las y los habitantes de nuestro país. No obstante, los efectos de la pandemia no son parejos, 800 mil mujeres dejaron de trabajar el último año, según evidenció el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y, lo más preocupante, 79% están inactivas, es decir, no están trabajando ni pudiendo buscar trabajo.
En este contexto, cabe preguntarse, siendo las mujeres quienes componen el 51% de nuestra población, ¿qué tan consideradas están siendo en las medidas de reactivación implementadas por el Gobierno?
El plan “Paso a Paso, Chile se recupera” que se desarrollará entre 2020-2022 cuenta con más de 2.500 proyectos y, según las autoridades, logrará generar alrededor de 250 mil puestos de trabajo. No obstante, la propuesta de inversión pone el foco en la creación de empleos ligados al área de la construcción de obras públicas, un área donde las mujeres tienen una participación de solo 6%, según la encuesta Casen.
En este sentido, la pérdida de empleos formales no es el único problema, sino que, “las mujeres no están pudiendo salir a buscar nuevos trabajos, solo un 10% lo ha podido hacer. ¿Por qué?, porque no se están reactivando los rubros donde ellas tienen una alta participación y porque están principalmente a cargo de los niños y niñas que están sin jardines infantiles, sin salas cuna y sin colegios”, explicó en conversación con El Mostrador Braga, la presidenta de Fundación Chile Mujeres, Francisca Junemann.
Una inversión histórica que excluye a las mujeres
El plan “Paso a Paso, Chile se recupera” dentro de su presupuesto, tiene como principal gasto la inversión en obras públicas, serán 34.000 millones de dólares, equivalente al 12% del PIB nacional. Esto quiere decir que la máxima inversión del Estado estará puesta en un área donde las mujeres históricamente no han tenido una participación significativa. De hecho, la disminución laboral de las mujeres en el área de construcción, durante los últimos 12 meses, fue de 21.000 puestos. En cambio, 149.000 mujeres trabajadoras de casa particular perdieron su trabajo y la cifra aumenta a 243.000 puestos perdidos en la rama del comercio.
“Siempre en las crisis las mujeres han salido peor. Lo que plantea esta situación, es cuál es la calidad del trabajo que tienen las mujeres y yo creo que la calidad del trabajo de ellas es mucho peor que el de los hombres, no solamente por diferencia salarial, sino porque hay una segregación muy grande en el mercado del trabajo”, señaló la subdirectora del Centro de Estudio de la Mujer (CEM), Virginia Guzmán. Así, la inversión del 12% del Producto Interno Bruto de Chile en un área donde las mujeres han sido excluidas, no representaría una mayor mejora a la situación crítica que viven.
De hecho, actualmente, las mujeres tienen una tasa de ocupación laboral que llega apenas al 37%, es decir, menos de la mitad de quienes podrían trabajar tiene un trabajo remunerado, y lo que es aún peor: sólo 2 de cada 10 mujeres desempleadas está pudiendo buscar trabajo.
¿Medidas con enfoque de género?
El plan de Subsidios e Incentivos a la Creación y Recuperación de Empleos es otra de las inversiones que considera el proyecto Paso a Paso. Esta arista sí consagra medidas con enfoque de género, debido a la presión que ejercieron integrantes del Consejo Mujer Covid-19, pero ¿qué tan eficientes son estas?
La única iniciativa que busca generar empleos para las mujeres es el subsidio a la contratación, el cual -bajo ciertas condiciones- por cada mujer nueva contratada considera 20 mil pesos adicionales al bono base. No obstante, el dinero extra también se obtiene por la contratación de jóvenes entre 18 y 24 años. Entonces, ¿qué tan probable es que se contrate a una mujer versus un joven? Según Junemann, “la diferencia de 20 mil pesos no compensa los mayores costos de contratación de las mujeres”.
Uno de los factores que influye en que las empresas evalúen la contratación de mujeres como un mayor costo es la obligación de pagar sala cuna cuando tienen más de 20 trabajadoras. Por ello, las mujeres participantes del Consejo Mujer Covid entregaron una propuesta de medidas al gobierno y una de sus prioridades era precisamente la aprobación del proyecto de ley de sala cuna presentado en 2018, el cual propone la creación de un fondo solidario que se haga cargo de este gasto y el derecho de acceso de todas las mujeres a este beneficio. No obstante, al día de hoy, no hay pronunciamiento del Gobierno respecto a este tema.
Al mismo tiempo, otro problema en la integración de las mujeres al mercado laboral es que el subsidio con enfoque de género solo se centra en la contratación y no en la reincorporación de quienes tienen contratos suspendidos, donde el bono es igual para hombres y mujeres. “¿A cuántas madres y mujeres se les pondrá término de sus contratos de trabajo suspendidos una vez terminada la vigencia de la ley de protección del empleo, debido a las leyes que encarecen y desincentivan su contratación?”, enfatizó Junemann.
De hecho, hasta el momento, según declara la presidenta de la fundación, solo el 35% de los subsidios al empleo han sido entregados para apoyar los trabajos de mujeres y el 65% de estos fondos han sido destinados a hombres.
Así, la integración de las mujeres al mercado laboral depende actualmente de un subsidio que las hace competir contra la contratación de jóvenes, de una inversión histórica donde su participación es del 6% y de que las labores domésticas y de cuidado que han debido cumplir durante toda la pandemia incidan en que solo 21% de las mujeres desempleadas puedan buscar un nuevo trabajo.