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Femicidios en Chile: una década de impunidad BRAGA

Femicidios en Chile: una década de impunidad

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El 18 de diciembre se cumplieron 10 años desde que se incluyó el delito de Femicidio en el Código Penal. A pesar de este cambio, los crímenes han ido en aumento, superando las 300 mujeres asesinadas a manos de un hombre según datos del Ministerio de la Mujer. La siguiente investigación pretende mostrar a través de cifras, lo que ha sido esta década de femicidios en el país y las principales dificultades que deben enfrentar las otras víctimas de este delito: la familia de la mujer asesinada.


Amanda Rojas Riquelme y Claudio M.R siempre comentaban a sus cercanos que no estaban pololeando, pero lo cierto era que llevaban más de un año como pareja cuando Amanda fue encontrada sin vida con 5 cuchilladas en su garganta el 7 de diciembre el 2018. El día anterior, la joven de 24 años había pasado la noche con Claudio en su departamento en Valparaíso.

Se conocieron por amigos en común en Punta Arenas, cuando ella tenía 23 años y él 21. Amanda, quien estaba terminando su último año de Relaciones Públicas en el DUOC de Viña del Mar, pasaba sus días en los dos departamentos que sus padres tenían en Santiago y Valparaíso, donde Claudio la acompañaba con regularidad. Era tan cercana su relación que los amigos de Amanda tenían guardado el teléfono del joven por si no la podían ubicar e incluso ella lo llevó a conocer a sus padres en Punta Arenas a mediados del 2018.

“Cuando lo conocí, algo en el cuerpo, quizás intuición, me decía que ese hombre no era para ella. De hecho se lo comenté, pero ella se veía tranquila, ya que en sus planes principales estaba buscar trabajo en lo que había estudiado y no formalizar una relación de pareja”, comenta la madre de la joven, Lorena Riquelme.

Efectivamente, el principal foco de Amanda era entrar al mundo laboral y luego ir a perfeccionar su inglés a Nueva Zelanda, donde vive su hermano mayor. Llevaba más de 10 meses sin encontrar trabajo en su área, a pesar de que sus amigos creían que era la persona perfecta para esa profesión. “La Amanda tenía algo innato para esa carrera, era muy extrovertida y tenía un carisma que hacía que las personas se le acercaran. Además era una persona muy preocupada, si alguien tenía un problema ella hacía lo que estuviera a su alcance y más para ayudarlo”, comenta Javiera Espinoza, amiga de Amanda.

De entre todas las postulaciones laborales que había realizado, una le resultó. “Era solo una pega puntual el viernes 7 de diciembre que le había conseguido una amiga mía, pero estaba emocionada ya que pensaba que ese podía ser el inicio para algo más estable”, recuerda Lorena.

Dos días antes de comenzar su trabajo, Amanda y Claudio fueron a un bar en Valparaíso y luego se dirigieron al departamento de ella ubicado en  Avenida Placeres. Eran las 23 horas del 5 de diciembre del 2018 cuando las cámaras de seguridad del edificio captaron a los dos jóvenes entrando al lugar.

Cerca de 6 horas después, a las 6.45 am del 6 de diciembre, las mismas cámaras captaron a un joven con mochila salir rápidamente del edificio. El hombre era Claudio.

Un crimen sin pruebas

“Solo un ticket en Whatsapp”, que significa que el remitente del mensaje no ha tenido conexión con su celular o no ha abierto la aplicación y “su teléfono está apagado o fuera de servicio”, fue lo que extrañó a Mónica, amiga de la infancia de Lorena Riquelme y quien estaba tratando de comunicarse con Amanda durante toda la mañana del 6 de diciembre, ya que con ella trabajaría al otro día y necesitaba darle las instrucciones de la jornada laboral. La mujer avisó a la madre de Amanda que esta no respondía y ella a su vez se comunicó con sus amigos cercanos, a quienes también les extrañó que Amanda no devolviera los mensajes, sobre todo porque la joven siempre estaba conectada a internet.

Fue tanta la preocupación de sus amigos que decidieron llamar a Claudio, quien a varios de ellos les comentó lo siguiente: “Hace días que no sé de ella”.

A primera hora del viernes 7 de diciembre, Verónica intentó por última vez contactar a Amanda. Esta vez tenía las llaves del departamento, ya que una amiga de la joven tenía unas copias y ella las había ido a buscar.  La mujer subió al departamento y luego tocar varias veces la puerta sin éxito, decidió entrar.

Ahí vio un cuerpo lleno de sangre de una mujer semidesnuda recostada en la cama. Era Amanda.

Inmediatamente Verónica llamó a una ambulancia y a la PDI. Mientras esperaban, la mujer revisó las cámaras de seguridad y ahí se encontró con la imagen de Claudio. La grabación fue entregada a Policía de Investigaciones (PDI) apenas llegó.

Horas más tarde, en el cuartel de la PDI, Claudio declaró. Dijo que no recordaba por qué se inició la pelea, pero que de un momento a otro Amanda tomó un cuchillo y empezó a enterrarse el elemento en la garganta. Añadió en su declaración que él, en estado de shock, decidió irse del lugar, llevándose el arma que luego tiró a la basura.

Sin embargo, durante la declaración Claudio no comentó que luego de ver muerta a su pareja, decidió llevarse sus tarjetas bancarias, su notebook y que rompió el celular y chip de Amanda. Tampoco comentó que luego de haber salido del departamento se dirigió al cajero automático de un servicentro, donde giró 200 mil pesos con la tarjeta de Amanda y luego de ir a su casa a cambiarse de ropa, se dirigió al Mall Marina Arauco a gastar más de 200 mil pesos en ropa de marca pagadas con la tarjeta de crédito de la joven. Tampoco explicó por qué al día siguiente volvió a ir al mall a gastar otros 250 mil pesos entre giros en cajeros automáticos y compra de ropa. Todo eso se supo días después, cuando la familia de la joven comenzó a revisar sus pertenencias y estados de cuenta.

El parte de defunción de Amanda consigna que la joven murió producto de 5 cuchilladas profundas en la garganta, durante la madrugada del 6 de diciembre. Debido al testimonio de Claudio y a que no había pruebas suficientes en su contra, la hipótesis principal de PDI y la Fiscalía fue que el hecho fue un suicidio. Decidieron informarlo así a la familia. Claudio actualmente se encuentra en libertad.

Una historia que se repite

Aunque la familia de Amanda al principio creyó la hipótesis del suicidio, comenzó a sospechar que su hija podría haber sido asesinada por su pareja cuando escucharon los testimonios de Verónica y de los amigos de la joven, y tras percatarse del robo que sufrió Amanda.

Decidieron contratar al abogado Víctor Demaria Varas , el cual les comentó que era muy probable que Amanda hubiese sido asesinada. Sin embargo, debido a que Amanda y Claudio no eran una pareja formal, el delito de femicidio no podía incluirse en este caso.

Según datos del Servicio Nacional de la Mujer (SERNAMEG), desde que se estableció por primera vez el delito de femicidio en el Código Penal, el 18 de diciembre del 2010, al día de hoy, han ocurrido 374 de estos crímenes. Cifra inferior al conteo paralelo que lleva la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres (organización civil sin fines de lucro creada en 1990 y que trabaja apoyando víctimas de violencia, además de la realización de estudios y campañas públicas sobre la temática, como #CuidadoElMachismoMata), que durante ese mismo periodo de tiempo contabilizaron 557 femicidios.

¿La razón de esta diferencia? Es el contenido de la ley, que considera como femicidios solo relaciones sentimentales formales (matrimonios legales), dejando de lado otros tipos de relaciones como la convivencia o el pololeo. Por su parte, la Red considera que un femicidio es “cualquier asesinato de una mujer realizado por un hombre solo por razón de su género”, según explica Silvana del Valle, abogada y encargada de este registro en la institución. De esta forma, este conteo incluye todos los casos en donde la mujer fue asesinada por un hombre por el simple hecho de ser mujer.

El pasado 2 de marzo del 2020, gracias al esfuerzo realizado por organizaciones de la sociedad civil y por la familia de Gabriela Alcaíno, adolescente de 17 años que fue asesinada junto con su madre por su ex pareja, Fabián Cáceres, se aprobó la “Ley Gabriela”, que amplía el delito de femicidio a cualquier muerte de una mujer que tenga que ver con razones de género, donde se incluyen las relaciones de convivencia y de pololeo.

Las penas por este delito van desde el presidio mayor en su grado máximo a presidio perpetuo calificado, es decir de 15 años y un día a 40 años de cárcel,  lo que implica que los autores de estos delitos no pueden postular a la libertad condicional antes de cumplir los 40 años de condena. Sin embargo esta ley empieza a aplicar solo a casos que hayan ocurrido desde la fecha de su promulgación. De comprobarse que Claudio asesinó a Amanda, el hecho no podría ser sancionado por la ley.

En el siguiente gráfico se puede ver la diferencia de cantidad de femicidios entre SERNAMEG y la Red contra la Violencia hacia las Mujeres en los últimos 10 años:

Según datos de la red, la muerte de Amanda es un caso con características que se repiten en la mayoría de los femicidios que han ocurrido en los últimos 10 años. La mayoría de las mujeres víctimas de este delito tenían la edad de la joven, mantenían o habían terminado una relación sentimental con su victimario y su principal causa de muerte fue el apuñalamiento.

Respecto a la edad de las víctimas, en el rango etario donde más se producen femicidios es entre los 24 a 30 años, teniendo como peak los 26 años, con 21 casos. (ver infografía)

En relación al nexo entre víctima y victimario, en el 76% de los casos las mujeres mantenían o mantuvieron una relación amorosa con su asesino, donde se incluyen los matrimonios, convivencia, parejas/pololeo, relaciones informales o amantes. El 24% restante corresponde a nexos con familiares, conocidos (compañeros de trabajo, vecinos, clientes, entre otros) y desconocidos.

Respecto a las causas de muerte, al igual que en el caso de Amanda, en un 39% de los casos las mujeres han sido apuñaladas, convirtiéndose así en la principal causa de muerte en los femicidios. Lo siguen asesinatos por golpes (24%), disparos de armas de fuego (18%) y asfixias o estrangulamientos (17%).

De estos casos, 48 mujeres sufrieron además violencia sexual antes de su muerte, entre ellas la violación, mientras que en 21 casos se presume que hubo este tipo de violencia, aunque no pudo probarse. Sin embargo, para Silvana del Valle,  abogada de la Red esta cifra sería muy superior, ya que en la mayoría de los casos no se toma en cuenta la violencia sexual hacia las mujeres y generalmente solo se investiga el hecho que conlleva más pena de cárcel, omitiendo los otros delitos que existan, sobre todo en casos de violencia hacia la mujer, tal como explica en el siguiente audio:

En la siguiente infografía se puede visualizar de mejor manera las características de los femicidios en los últimos 10 años:

Infografía 1:

Si se analizan los datos de la Red a nivel nacional, las regiones que más femicidios han tenido en los últimos 10 años son la región Metropolitana, con un 186 casos (34%),  Valparaíso (región donde murió Amanda) con 58 casos (10%) y Bío Bío, con 51 muertes (9%).

En los siguientes gráficos se puede observar la evolución de los femicidios en los últimos 10 años por región y la geolocalización de los femicidios por comuna y año

Gráfico 1 

Gráfico 2 

Las otras víctimas de un femicidio

Lorena, la madre de Amanda, recuerda que cuando supo que su hija murió, quedó en shock. “Recuerdo que también me llamó PDI y me dijeron que debíamos ir a reconocer el cuerpo al Servicio Médico Legal. Uno ahí actúa de manera automática, tomamos el primer avión que había y no fue hasta que llegué al lugar y vi su cuerpo a través de un vidrio y su cara de sufrimiento, cuando se me cayó el mundo encima. En ese momento ya no era yo, fue como si mi alma se hubiese separado de mi cuerpo”, explicó Lorena.

La familia de Amanda decidió cremar su cuerpo para facilitar el traslado hacia su ciudad natal, Punta Arenas. Algo que tras los nuevos antecedentes del caso, consideraron un error, ya nuevas pericias habrían podido entregar luces sobre posible violencia sexual. El informe del SML solo indica que murió producto de 5 heridas en la garganta producidas por un objeto cortopunzante, sin especificar que fueron realizadas por la misma víctima o por un tercero.

El 21 de diciembre del 2018 paralelo a la investigación de fiscalía, el abogado de la familia interpuso una querella criminal en el Juzgado de Garantía de Valparaíso contra Claudio, acusándolo de tres delitos distintos: robo con homicidio, uso fraudulento de tarjetas de crédito sustraídas y obstrucción a la investigación por haberse deshecho de pruebas del crimen como el arma homicida, el celular y ropa de la víctima. En total la familia de Amanda pide más de 27 años de cárcel para Claudio.

Hasta hoy, el caso sigue abierto en la Fiscalía de Valparaíso, el cual ha tenido dos cambios de fiscales. Para Paloma Galaz, abogada especialista femicidios y actual encargada penal del estudio jurídico AML Defensa de Mujeres, lo que sucedió con el caso de Amanda es uno de los muchos problemas que deben enfrentar las familias vìctimas de femicidio (ver recuadro), donde el principal problema es la falta de interés de las instituciones públicas encargadas de investigar y sancionar un delito de este tipo, tales como Carabineros, PDI, Servicio Médico Legal, Fiscalía y los Tribunales de Justicia.

“Hay algunos casos en que los organismos están colapsados o no hay suficientes recursos para profundizar la investigación, pero en general lo que he visto es que este es un problema multisectorial, donde las instituciones no le toman el peso a realizar una investigación exhaustiva en los delitos de violencia contra la mujer”, comenta Galaz quien agrega que este problema se debe en parte a la poca preparación de los funcionarios públicos en materia de género.

“Si se capacitara a estos organismos con enfoque de género, los casos de violencia hacia la mujer tendrían una mayor rigurosidad en las investigaciones y se les daría una prioridad principal, lo que también ayudaría a las familias a confiar en la justicia y a alivianar un poco la pérdida”, explica la abogada

La lentitud en la investigación y falta de interés de las autoridades es algo que ha notado Lorena en la investigación de su hija y que ha afectado directamente su ánimo durante el duelo por la pérdida de su hija. “En un inicio cada vez que tenía noticias sobre la investigación era una frustración y un bajón tremendo. Nos comentaban las cosas con lenguaje técnico y nos enviaban de una institución a otra. Nosotros solo queríamos saber si este hombre tuvo que ver con la muerte de nuestra hija y que pagara por ello. No es posible que se demoren meses en tomar declaraciones a testigos claves en la investigación”, expresó la mujer.

Respecto al último punto, Lorena comenta que durante la investigación se supo que Claudio tenía antecedentes de violencia en anteriores relaciones sentimentales. “Conocí el caso de dos chicas que habían sufrido violencia física y psicológica de parte de este hombre.

Solo una quiso declarar y fiscalía se demoró meses en tomarle la declaración a pesar de su disposición a hablar”, aseguró Lorena.

De hecho en base a los datos del registro de femicidios de la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, sumado a una investigación propia de revisión de antecedentes de los victimarios, se comprobó que un 49% de los hombres involucrados en delitos de femicidio en los últimos 10 años tenían antecedentes penales. De estos victimarios, en un 66% de los casos sus delitos judiciales eran por Violencia Intrafamiliar (VIF), tal como se puede apreciar en los siguientes gráficos.

Para Galaz, la violencia física y psicológica durante las relaciones de pareja es uno de los principales problemas que las autoridades deben poner atención para prevenir los femicidios. “Sabemos que hay muchas mujeres que no denuncian el maltrato por varios motivos, pero la tarea del Gobierno no es solo incentivar a que denuncien, sino que tener un sistema sólido de protección integral a la víctima”, explicó la abogada.

Los problemas que se encuentran las mujeres víctimas de violencia intrafamiliar que se atreven a denunciar, son muy similares a los que deben enfrentar los familiares de víctimas de femicidio.

“Nuevamente este es un tema que involucra a todas las instituciones que investigan y dan las sentencias. Sistemas engorrosos y largos sobre todo en los tribunales, medidas cautelares que muchas veces no se cumplen, sumado a la revictimización del hecho y que muchas veces tienen que volver a ver su agresor en el juicio, produce que muchas mujeres desestimen sus denuncias”, expuso Galaz.

Ya han pasado más de 2 años desde que la investigación judicial por la muerte de Amanda sigue abierta. Durante este tiempo su madre Lorena ha tratado de sobrellevar el duelo de diferentes maneras. “He estado con psicólogos y psiquiatras, me he hecho todas las terapias alternativas que existen. He estado aprendiendo a vivir sin la Amanda. Para mi marido y mis otros dos hijos también ha sido difícil, pero siento que ellos no entienden que esto puede ser un crimen de género que nos afecta directamente a nosotras”, explicó Lorena quien agregó que gracias a que su hija luchaba por los derechos de las mujeres, ella ha podido encontrar una razón por la que luchar.

“Mi hija era abiertamente feminista y era una activista por la igualdad de hombres y mujeres. De hecho siempre cuando hacía un comentario machista ella me lo rebatía. Luego de que ella murió entendí su lucha y la hice mía. Sé que así su muerte no será en vano” reflexionó Lorena.

*Debido a que hay una investigación judicial en curso, no se ha podido identificar al acusado con su nombre y apellido en el texto.

*Colaboraron en esta investigación: Camila Bohle, María Ignacia Santos y Gabriela Soto.

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