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A Chile le falta amor Yo opino

A Chile le falta amor

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Haciendo gala de toda mi valentía fui al dentista. Amerita después de tantos meses encerrada preocupada de colegas, estudiantes y familia, preocuparse por una misma.

Digo valentía porque me da terror contagiarme.

A la entrada de la consulta dental había una persona en la sala de espera. Un hombre que me examinó al llegar y cuyo peso del scanner me incomodó.

A la salida estaba el mismo hombre calmando el llanto de una niñita. Ante mi asombro y el asombro de la técnico-dental y el de otra paciente, el hombre gritaba ¡cálmate, cálmate! y de pronto la sacó del recinto y al parecer la violencia del zamarreo y los gritos le provocó sangre de narices. La paciente en espera reaccionó y pidió algo para secarla… Y el hombre continuaba diciendo ¡cálmate, cálmate! aunque quien debiera calmarse era él.

[cita tipo=»destaque»] Esa misma falta de amor es la que lleva a otros a ser irresponsables con el prójimo. Trasluciendo una especie de superioridad, similar al del primate maltratador, pero demostrando en fiestas, salidas sin mascarilla, darse la paz y otras cosas, que le importa muy poco el prójimo. [/cita]

La técnico-dental y yo, estupefactas… Paralizadas. Así me sentí.

¡Cuánta falta de recursos verbales, de ideas de entretención y de autocontrol en una sola persona!

Me aseguré de que el simio estaba calmado y vi la dulzura con que la paciente en espera, una extraña nada más, consolaba a la pequeña.

Me devolví triste a mi casa y reflexionando en la retorcida manera de calmar a una criatura de menos de 15 kilos por parte de un gorila de visibles 80 kilos al menos. Superior en tamaño y años, y nada equivalente en humanidad.

Que persona tan irresponsable al cuidado de una criatura pensé. Parecía que la menor era su enemiga. No podría afirmarse por sus descontrolados actos que la amaba. Si era la hija, cuanta falta de amor.

Me pregunto si esa misma falta de amor es la que lleva a otros a ser irresponsables con el prójimo. Trasluciendo una especie de superioridad, similar al del primate maltratador, pero demostrando en fiestas, salidas sin mascarilla, darse la paz y otras cosas, que le importa muy poco el prójimo.

Al 22 de enero de 2021 más de 5300 casos nuevos de contagiados por coronavirus dejan en vilo al sistema de salud del país. ¡Y la gente piensa aún en irse a Los Vilos! No les importa el vilo en que vivimos.

Estos números dejan al descubierto, la misma falta de autocontrol, de ideas de entretención y de recursos verbales en todos y cada uno de aquellos que han jugado con la vida de cada integrante del país. Lo mismo que el hombre en la sala de espera con la responsabilidad de cuidar a la niñita.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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