Desde organización hacen el llamado a Fiscalía de Chile a asegurar que aquellas personas víctimas de este tipo de hechos puedan denunciar de manera expedita y que, a su vez, estas denuncias sean investigadas de forma inmediata, exhaustiva e imparcial.
En el marco del Día Internacional de la Tierra, conmemorado el pasado 22 de abril, Amnistía Internacional alertó sobre los riesgos y ataques a los que están expuestos los defensores y defensoras medioambientales principalmente en América, región más peligrosa del mundo para quienes están en la primera línea luchando por la protección de la tierra, el territorio y el medioambiente.
En Chile, las integrantes de Mujeres Modatima (Movimiento por la Defensa del Agua, la Tierra y el Medio Ambiente) de la Provincia de Petorca, organización que mantiene una lucha incansable por defender el acceso al agua, llevan años sufriendo ataques, amenazas y amedrentamientos.
La organización Mujeres Modatima nació en 2017 por la repercusión específica que la crisis hídrica significaba para las mujeres del territorio generando un impacto negativo sobre sus vidas y las de sus familias. A raíz de la valiente labor que han emprendido para denunciar su situación de vulnerabilidad, comienzan a sufrir vigilancia, intimidación, estigmatización, censura, persecución, amedrentamiento, obstáculos administrativos, allanamiento y amenazas.
Entre los casos que Amnistía Internacional ha documentado están los de Verónica Vilches y Lorena Donaire, ambas defensoras del derecho al agua.
Verónica Vilches es una mujer campesina, nacida y criada en Cabildo, Provincia de Petorca. A partir de 2015 es la presidenta del sistema de abastecimiento de agua potable rural (APR) de San José de Cabildo, cargo que desempeña de manera voluntaria y que permite abastecer de este vital recurso hídrico a más de mil personas de su comunidad. Verónica Vilches ha relatado a Amnistía Internacional que tras este momento empezó a sufrir mayor vigilancia y acoso.
“En 2017, seis funcionarios de la PDI llegaron a la planta de abastecimiento de agua sin ningún documento. Me insistieron mucho a que hiciera funcionar el pozo y en cada momento tocaban sus armas, parecía que me querían confundir y atemorizar. Más tarde me dijeron que yo, desde ese momento, pasaba a ser imputada por sustraer agua para la comunidad de San José y me hicieron firmar unos papeles”, relató Vilches.
Sin embargo, según las averiguaciones que hizo Amnistía Internacional en la Fiscalía Nacional, no existe registro de que se haya abierto nunca una causa en contra de Verónica Vilches.
Otro episodio grave reciente y el cual se conoció a través de medios de comunicación, ocurrió el 13 de febrero de este año cuando la planta de agua apareció con un rayado amenazante que decía: “Muerte APR. Muerte Verónica Vilches”. “Tras esto, y sin haber dado ningún tipo de aviso, llegan a mi casa un teniente y dos policías. Vienen a tomar declaración de lo ocurrido. En ese momento me increpan por no haber ido a denunciar. Yo le expliqué que aún estaba en shock. Con todo lo vivido, la angustia y pena, perdí la voz durante unas horas”.
En marzo, la PDI de Los Andes informó a través de un llamado telefónico a Verónica Vilches que el caso sería archivado porque no había pruebas. Sin embargo, otro PDI llega a su domicilio y la cita para que vaya a declarar a la Comisaría de La Ligua. A la fecha, no hay novedades con respecto a la investigación que está en Fiscalía.
Por otra parte, se encuentra el caso de Lorena Donaire Cataldo quien es madre, profesora y defensora de la tierra desde el año 2010. Actualmente vive en La Ligua y es vocera nacional de Mujeres MODATIMA. Lorena relató a Amnistía Internacional que en varias oportunidades ella ha sido perseguida por furgonetas o jeeps con vidrios polarizados y sin patente. También cuenta que ha tenido una furgoneta con esas características apostada frente a su casa y que en ocasiones ha detectado drones sobre su patio.
Además, relató que, en al menos cuatro ocasiones, sujetos desconocidos han entrado a su hogar, siempre de madrugada y mientras ella estaba en casa junto a sus hijos/as. En ninguna de estas ocasiones ha habido robos. “El último incidente de este tipo que sufrí fue en febrero de este año. Al escuchar los ruidos y forcejeo, tomé todos los cuchillos y me encerré en la pieza junto a mis hijos”. En esta última ocasión, Lorena Donaire mencionó que llamó a Carabineros y la respuesta fue que “no tenían furgón para ir a asistirla”.
Amnistía Internacional advierte que los ataques y amedrentamientos que han vivido Verónica Vilches y Lorena Donaire reflejan la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran otras integrantes de Modatima Mujeres y otros/as defensores/as medioambientales del país.
“Mientras estas personas mantienen su lucha valiente y necesaria a favor del derecho al agua para las comunidades, el Estado de Chile observa de reojo sin tomar medidas efectivas para proteger a los activistas medioambientales y prevenir los cobardes ataques que sufren por defender los derechos humanos”, señaló Ana Piquer.
El llamado que hace Amnistía Internacional a la Fiscalía de Chile es a asegurar que las personas que sean víctimas de este tipo de hechos puedan denunciarlo de manera expedita e investigar de forma inmediata, exhaustiva e imparcial todas las denuncias interpuestas por las defensoras de Mujeres Modatima. Por cierto, es imprescindible que lleve a la justicia a los responsables de los ataques y establezca mecanismos de protección para quienes las requieran. Esto es un primer paso para que el Estado reconozca la fundamental y legítima labor que realizan las personas defensoras del derecho al agua.
Por otra parte, se instó al presidente Sebastián Piñera a retomar el camino de liderazgo que había tomado en los inicios de las negociaciones internacionales que se generaron para lograr adhesión al Acuerdo de Escazú, pacto cuyo propósito es establecer nuevas normas de protección del medio ambiente y los derechos humanos.