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Esther Valdés: la mujer detrás del proyecto “La Palanca”, revista feminista obrera de principios del siglo XX BRAGA

Esther Valdés: la mujer detrás del proyecto “La Palanca”, revista feminista obrera de principios del siglo XX

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Esther Valdés fue una activista obrera que denunció las precarias condiciones laborales de las mujeres trabajadoras. Del mismo modo, trabajó para revertir la vulneración de derechos y utilizó la prensa escrita como su principal tribuna.


No hay registro de su fecha de nacimiento ni de defunción, pero sí de su legado como activista obrera a principios del siglo XX. Esther Valdés fue parte de la incorporación de la mujer en el trabajo industrial y en su experiencia evidenció lo desplazadas que se encontraban de la sociedad donde, incluso, la legislación no reconocía sus derechos civiles como, por ejemplo, el derecho a voto.

Del mismo modo, señala el Instituto de Derechos Humanos (INDH), “durante esta época, el Estado aún no garantizaba, a través de la legislación, el derecho de todo ser humano a poseer un trabajo que respete su dignidad e integridad, por lo cual muchas personas sufrieron tal vulneración”.

Desde 1897, Esther trabajó obrera corpiñera y justamente su experiencia laboral fue la que la llevó a desempeñarse como activista para así mejorar las remuneraciones de las mujeres. Asimismo, la labor de Valdés apuntaba a la entrega de ayuda mutua a través de seguros médicos o de cesantía, como también denunciar el abuso que significaba el trabajo de 14 horas diarias durante los siete días de la semana. Su trabajo para el bienestar colectivo tenía como fin generar un espacio en la legislación que “las protegiera de estos abusos y les garantizara el respeto al trabajo digno”.

La prensa escrita fue su principal arma de lucha. Es así como Valdés participó como parte del equipo de redacción, entre 1906 y 1907, del periódico “La Alborada”, el cual fue creado por y para mujeres de la mano de la feminista, activista sindical y obrera tipógrafa porteña, Carmela Jeria. Sin embargo, tras el delicado estado de salud de su fundadora, el diario dejó de circular. Ante esto, Esther emprendió un nuevo camino y continuó su lucha participando en la fundación de la Asociación de Costureras “Protección, Ahorro y Defensa”, organización que presidio y la transformó en una ferviente luchadora por los derechos y condiciones laborales de las mujeres.

Esta organización de mujeres tuvo como medio de difusión el periódico “La Palanca”, fundado en 1908 y el cual, junto con “La Alborada”, es considerado como prensa obrera feminista. El nuevo periódico reunía “una serie de artículos que presentaban las demandas de esas mujeres y también de hombres comprometidos con la instrucción y emancipación económica femenina, la lucha contra la violencia hacia la mujer y la ‘esclavitud de la mujer trabajadora’”, se señala en Memoria chilena. En este diario Esther forjó la continuación del trabajo de “La Alborada”.

En tanto, la Asociación de Costureras “Protección, Ahorro y Defensa”, la cual fue fundada el 26 de junio de 1906 y contó con alrededor de cien socias, “respondía a la situación de las costureras en Santiago y buscaba, por una parte, ofrecer protección a las afiliadas, en caso de muerte o enfermedad, y por otra, pretendía generar lazos de cooperación para que a través de la asociación las costureras se unieran y conocieran sus realidades”, según información del INDH.

El planteamiento de Esther Valdés apuntaba a lograr remuneraciones más justas, así como también “debían abogar por una legislación que les diera garantías de respeto y seguridad en sus trabajos”. En menos de un año desde su fundación, la asociación había logrado ayudar económicamente a sus asociadas a través de subsidios en los casos de cesantía y enfermedad. Del mismo modo, disponían de un servicio sanitario para la atención de las enfermas y habían creado un centro de información para encontrar trabajo.

En suma, a estas funciones de ayuda mutua, la asociación buscaba reglamentar las horas de trabajo y el descanso dominical. “Nuevamente, su acción pretendía que el Estado realizara una legislación que impidiera la vulneración de sus derechos. Esto, fundamentalmente, porque en ese minuto todavía no existía una regulación al respecto”. En 1907, se promulgó la ley de descanso dominical, el cual marcó “el inicio de un nuevo enfoque legislativo que acogió una preocupación social –la protección de los y las trabajadoras (es)- en la política laboral del país”.

Desde la asociación también lucharon contra las prácticas abusivas de los empleadores y se intentó crear una biblioteca que colaborara con la instrucción y la cultura de las costureras.

Tras el fin de “La Palanca”, el mismo año de su fundación, no se supo más de Esther Valdés. Asimismo, tampoco hay registros del accionar de la asociación después de 1908.

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