La forma como pensamos sobre la sexualidad está cambiando. Donde una vez hubo una sola y conocida bandera del arco iris, símbolo del orgullo, hoy ondea una amplia gama para mostrar la diversidad de orientaciones sexuales.
La gente parece cada vez más abierta a discutir su sexualidad, y las identidades menos convencionales, incluso antes «invisibles», se han convertido en parte de un discurso cada vez más dominante.
Abierto el diálogo, las identidades sexuales se han vuelto menos rígidas y más fluidas.
Pero los datos más recientes muestran que este cambio es más frecuente en un grupo: en muchos países, las mujeres están ahora adoptando la fluidez sexual a tasas mucho más altas que en el pasado, y de manera más significativa, que los hombres en general.
¿Cómo se explica esta diferencia?
Los expertos creen que hay muchos factores que alimentan esta progresión, especialmente los cambios en el clima social que han permitido a las mujeres romper con los roles e identidades de género convencionales.
Pero en vista de esto, la pregunta sigue siendo: ¿qué significa para el futuro de la fluidez sexual de todos los géneros?
Sean Massey y sus colegas del Laboratorio de Investigación de Sexualidades Humanas de Binghamton en Nueva York han estudiado los comportamientos sexuales durante aproximadamente una década.
En cada una de sus investigaciones, les pidieron a los participantes que informaran sobre su orientación sexual y género.
Nunca se habían fijado en la evolución de esa información a lo largo del tiempo, hasta que se dieron cuenta que, en realidad, tenían entre manos un tesoro.
«Pensamos, Dios mío, hemos recopilado estos datos durante 10 años», explica Massey, profesor asociado de estudios sobre la mujer, el género y la sexualidad en la Universidad de Binghamton.
«¿Por qué no la revisamos y vemos si se distingue alguna tendencia?».
Y así descubrieron que entre 2011 y 2019 las mujeres en edad universitaria se habían alejado cada vez más de la heterosexualidad exclusiva.
En 2019, el 65% de las mujeres consultadas dijeron sentirse únicamente atraídas por los hombres, cuando ese porcentaje había sido del 77% en 2011.
El número de mujeres dijeron tener sexo exclusivamente con hombres también disminuyó en esos años.
Mientras tanto, la atracción y el comportamiento sexual de los hombres permaneció en su mayoría estático en el mismo período: alrededor del 85% informó sentirse atraído únicamente por mujeres, y cerca del 90% aseguró que tenía tener relaciones sexuales exclusivamente con mujeres.
Otras encuestas realizadas en otros países, incluidos Reino Unido y los Países Bajos, presentaron hallazgos similares.
En general, más mujeres han estado reportando más atracción por el mismo sexo, año tras año, que sus contrapartes masculinos.
«Todo esto es demasiado complicado para atribuirlo a una sola cosa», dice Elizabeth Morgan, profesora asociada de Psicología en el Springfield College de Massachusetts, EE.UU.
Pero los roles de género y cómo estos han cambiado y cómo no, puede ser un factor importante.
Massey y sus colegas atribuyen en gran medida la evolución a los cambios culturales, como el progreso del feminismo y el movimiento de mujeres, que han cambiado significativamente el panorama sociopolítico en las últimas décadas.
Sin embargo, estos cambios afectaron a hombres y mujeres de manera diferente.
«Realmente se ha avanzado en torno al rol de género femenino y menos en el rol de género masculino», dice Massey.
Aunque no descarta el efecto del movimiento LGBTQ + en las personas que se identifican como sexualmente fluidas hoy, Massy cree que el feminismo y el movimiento de mujeres juegan un papel en por qué más mujeres se identifican de esta manera que los hombres.
Y lo cree especialmente porque ningún movimiento masculino equivalente ha permitido que los hombres salgan de la misma manera de las restricciones históricas basadas en el género.
«Hace cincuenta años, no podías tener una vida si no te casabas con un hombre y sólo podías establecerte si él te mantenía», agrega Morgan.
En ese sentido, evitar la heterosexualidad exclusiva podría verse como parte de la ruptura de las mujeres con los roles tradicionales de género.
Mientras tanto, a medida que las mujeres han podido encontrar más libertad, los roles de género de los hombres se han mantenido relativamente estáticos mientras continúan ocupando el poder en la sociedad.
«[Los hombres] necesitan defender un rol de género muy masculino para mantener ese poder, y parte de la masculinidad es la heterosexualidad», dice Morgan.
La entrenadora y educadora sexual Violet Turning, de 24 años, también señala la «fetichización» que se hace de dos mujeres teniendo sexo o besándose, específicamente desde la mirada masculina.
Según ella, esto también ha contribuído a que la atracción hacia el mismo sexo entre mujeres sea más aceptable socialmente, aunque sea por las razones equivocadas.
Mientras tanto, la gente parece encontrar la idea de que dos hombres tengan relaciones sexuales mucho menos agradable, señala.
Un estudio de 2019 que analizó las actitudes hacia los hombres y mujeres homosexuales en 23 países encontró que, para los participantes en general «los hombres homosexuales son más desagradables que las mujeres lesbianas».
Los espacios en los que las mujeres pueden hablar abiertamente sobre su sexualidad también se ha multiplicado.
Cuando Lisa Diamond, profesora de psicología y estudios de género en la Universidad de Utah, EE.U.U., comenzó a estudiar la fluidez sexual a principios de la década de 1990, su investigación se centró en los hombres.
Muchos de los participantes del estudio, dice, provenían de grupos de apoyo para homosexuales, en su mayoría miembros masculinos, por lo que los hombres eran «más fáciles de encontrar para los investigadores».
Pero Diamond quería indagar sobre la sexualidad de las mujeres.
Así comenzó una investigación que duró una década y para la que preguntó a 100 mujeres cada dos años sobre su orientación y comportamiento sexual.
Su libro, «Fluidez sexual: comprensión del amor y el deseo de las mujeres», se publicó en 2008.
En él analiza cómo, para algunas mujeres, el amor y la atracción son fluidos y pueden cambiar con el tiempo.
Esto estaba en desacuerdo con la línea de pensamiento anterior que describía la orientación sexual como rígida, una visión a la que se llegó con los estudios que se habían llevado a cabo observando únicamente a hombres.
Coincidiendo con la publicación del libro, varias famosas estadounidenses que hasta entonces habían salido con hombres, como Cynthia Nixon y Maria Bello, hicieron públicas su experiencia de atracción por personas del mismo sexo.
La presentadora estrella Oprah Winfrey luego le pidió a Diamond que fuera a su programa para hablar sobre la fluidez sexual femenina.
El concepto y la práctica habían entrado oficialmente en el diálogo general.
Asimismo, Turning señala que el lenguaje ha evolucionado para reconocer a las mujeres como sexualmente no binarias.
Por ejemplo, Turning dice que su pareja lesbiana pertenecía a una «alianza gay heterosexual (AGH)» en su escuela secundaria, alrededor de 2007.
Esa expresión fomentó lo binario: los miembros eran homosexuales o heterosexuales, sin opciones reales para aquellos que podrían haberse identificado en algún punto intermedio, y tampoco contenía ningún término que hiciera referencia específicamente a la sexualidad femenina.
«Ahora, es como si todo el mundo tuviera la opción de identificarse como queer, porque está muy aceptado», dice Turning, quien afirma que la terminología ha evolucionado para incluir a personas de todos los géneros, incluidas las mujeres.
La fluidez sexual puede estar en camino de ingresar a espacios más masculinos.
En TikTok se ha vuelto popular entre los hombres jóvenes y heterosexuales pretender ser homosexuales en sus videos.
Sus seguidores, en su mayoría mujeres, lo disfrutan, según un artículo de The New York Times sobre la tendencia.
Independientemente de si estos creadores se sienten realmente cómodos jugando como queer o lo hacen para ganar clics, esta tendencia sugiere un cambio de actitudes hacia la masculinidad, lo que puede allanar el camino para que más hombres adopten la fluidez sexual en el futuro.
Las mujeres sexualmente fluidas también pueden ayudar a allanar el camino.
Que haya más mujeres hablando abiertamente de sus orientaciones fluidas significa que habrá más personas, en general, discutiendo sobre alternativas a la sexualidad rígida.
«Nuestra cultura se avergüenza mucho de la sexualidad», dice Diamond.
Así que, «cualquier cosa que haga más fácil y socialmente aceptable que la gente reflexione sobre el deseo sin entrar a juzgarlo ni avergonzarse de ello», agrega, tiene el potencial de conseguir que se abran a las distintas posibilidades o, al menos, que consideren la idea de hacerlo.
«Hay que empezar a liberar a los hombres de la heterosexualidad obligatoria [y] la masculinidad tradicional», añade Massey.
«Puede que tenga un resultado distinto, o tal vez igual, (que el que tuvo con las mujeres) en términos de permitir una mayor diversidad en la sexualidad».