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10 mitos de la sexualidad femenina: el “misterio” de la zona G, clítoris, lubricación y más BRAGA

10 mitos de la sexualidad femenina: el “misterio” de la zona G, clítoris, lubricación y más

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Siendo 2021 aún hay mitos en torno a la sexualidad femenina que datan de hace 100 años o más. Entre ellos, aún hay quienes creen que la zona G no existe o que el clítoris es un pene pequeño.


Si bien en la Antigua Grecia ya se reconocía el clítoris en la anatomía femenina, y en los años 60’ el ginecólogo William Masters y la sexóloga Virginia Johnson fueron los pioneros en desarrollar estudios sobre el clítoris y la respuesta sexual humana, no fue hasta 1998 que Helen O’ Connell, una uróloga australiana, describió por primera vez el clítoris en su totalidad, su forma y tamaño. Dicho de otro modo, recién hace 23 años nos enteramos más a cabalidad acerca de este órgano femenino esencial en el placer de la mujer.

A pesar de lo anterior, recién en la última década se ha visibilizado la sexualidad femenina, se le ha reconocido como importante y – aunque parezca sorprendente – tan normal como la masculina, se ha escrito sobre ella, ha aparecido en libros, revistas, fotografías, reportajes de TV.

A pesar de los avances, aún quedan muchos mitos, tabúes y mentiras que hay que combatir en torno a la sexualidad femenina. Geraldine Acevedo, dueña de Starsex, cuenta que “muchas de nuestras clientas no saben dónde queda el clítoris o piensan que vagina y vulva es lo mismo. En el caso de los hombres, también hay un desconocimiento de su genitalidad y más aún de la mujer. Por lo mismo, nosotros como no solo vendemos productos, sino que asesoramos a nuestros clientes en relación a lo que buscan, los guiamos y también los educamos sobre sexualidad”.

Principales mitos:

1- El clítoris es un pene erecto: por alguna extraña razón, durante años – hasta hoy – para explicar la anatomía del clítoris se le compara con el pene. El clítoris es único y es parte de la anatomía de la mujer, ¡punto! Tienen más de 8 mil terminaciones nerviosas y puede ser estimulada con los dedos, la lengua o un juguete sexual, en especial, los que vibran.

2-Lo normal es tener orgasmos vía penetración: esta es una creencia que sigue siendo popular y genera un alto nivel de angustia a millones de mujeres que no consiguen experimentar un orgasmo a través de la penetración de un pene o de un juguete sexual, sino que tan solo mediante la estimulación del clítoris o de otra zona de su cuerpo. Lamentablemente Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, fue quien postuló que el orgasmo vaginal era sinónimo de una sexualidad plena, mientras que el que lograba a través del clítoris, era de segunda. ¡Pero eso fue hace más de 100 años! Es hora de superarlo, y de dejar de etiquetar incluso al tipo de orgasmos que se consiguen. No existen orgasmos buenos, malos, mejores o peores.

3-La zona G no existe: la verdad es que no sé cuántos estudios habrá que citar para que se establezca de una buena vez que la zona G sí existe y que puede ser estimulada, generar placer, orgasmos y multiorgasmos en la mujer. Y es importante que no hablemos de Punto G, porque es más que un punto, es una zona extensa que se encuentra en la vagina entre unos 3 a 5 cm desde su abertura en la vulva. Es una zona erógena poderosa de la mujer, pero ¡no es la única! Su letra G, se debe a su descubridor, Ernst Gräfenberg, un ginecólogo alemán que en los años ‘40 lo descubrió por casualidad mientras investigaba la uretra femenina.

4-Si no estás lubricada, no estás excitada: otra mentira que hasta hoy angustia y literalmente “seca” la vagina de millones de mujeres en todo el mundo. Se nos ha dicho que la lubricación de la vagina indica que la mujer está excitada y lista para un encuentro sexual penetrativo. Si bien esto es cierto, también hay casos de mujeres que no lubrican mucho o nada y que están excitadas o por el contrario, mujeres que lubrican mucho y no están excitadas. Cada cuerpo es un mundo y por ende, no debe ser tratado igual. Además, la lubricación no es un líquido mágico, depende de muchos factores externos como, por ejemplo, si la mujer ha sido mamá, si está embarazada, si está tomando ciertos medicamentos, si está estresada, etc.

El mundo de la pornografía en ese aspecto también ha aportado su grano de arena en cuanto al “vender” el estereotipo de la mujer ultra excitada, jadeante y capaz de realizar el llamado “squirt” que al parecer revoluciona las hormonas de muchos hombres, pero que la ha significado otra “obligación” más a las mujeres a la hora del sexo.

5- El sexo anal tiene que doler: normalizar el dolor o la molestia en el sexo, es lejos uno de los peores enemigos del placer. Es tan simple como esto: si duele, es porque así no es. Esto ha llevado a que muchas mujeres se vean obligadas a someterse a experiencias sexuales dolorosas – en algunos casos hasta traumáticas – con tal de darles en el gusto a sus parejas o también las ha llevado a negarse completamente a vivir esta experiencia por miedo a sentir dolor. Para que el sexo anal no duela, se debe hacer con los cuidados que se requieren: estimulación adecuada con los dedos, lengua o un juguete sexual, uso de un lubricante íntimo para la zona anal y uso de condón. Pero nada de esto sirve si no contamos con un compañero o pareja poco empático y con poca o nula educación sexual.

6- Las mujeres no se masturban: aunque cueste creerlo, aún existen personas que así lo creen o que piensan que las que lo hacen, es porque no están en pareja o tienen algún tipo de patología que las lleva a este acto. Bueno, para estas personas, les recordamos que no solo las mujeres se masturban, sino que lo hacen porque es una experiencia placentera y de autoconocimiento, saludable y propia de una mujer que sabe que es un ser sexual y sensual ¡a toda edad!

7-Las mujeres no son visuales: de seguro que has escuchado esto más de una vez, lo que explicaría por qué a los hombres les gusta el porno y ver a mujeres bailar desnudas, etc. Bueno, les contamos que hay varios estudios que concluyen que hombres y mujeres pueden excitarse de igual manera mediante imágenes que llamen a la lujuria. Y hay mujeres que les gusta la pornografía, como hay las que no, y hay mujeres que también les gusta ver a hombres bailar desnudos, y hay otras que no. Todas somos distintas, la sexualidad es diversa.

8- Ser virgen es una virtud: pensamos que la palabra “virginidad” está totalmente obsoleta si se trata de definir el estado sexual de una persona. Es una palabra que está ligada a una creencia religiosa y al concepto de pureza. La virginidad define el estado de alguien que no ha sido penetrado o no ha penetrado, pero la sexualidad no es solo coital. Hay sexo cuando hay besos, caricias, abrazos, palabras eróticas no solo cuando hay penetración.

9-Si no tienes orgasmos eres frígida: les contamos que la palabra “frígida” es un término que ya no se usa en el mundo de la medicina debido a su connotación negativa y denostativa hacia la mujer. Hoy se habla de una mujer con deseo hipoactivo cuando hay un trastorno en el deseo sexual femenino. Pero queremos hacer hincapié que no tener orgasmos no te convierte en una persona con una patología terrible ni en alguien extraño.

El ser humano tiene la increíble posibilidad de tener placer sexual y ese debiese ser siempre el foco al momento del encuentro sexual y la masturbación, el orgasmo no debiese ser el fin. Esta obligación de orgasmear ha generado una tremenda angustia de muchas mujeres que, ante esta premisa, terminan teniendo pánico de sentir. Lo que pocos nos dicen es que el no tener orgasmos puede ser producto de no conocerse bien o de tener una pareja poco empática o que desconoce tu cuerpo. Mejor partir descartando esto y luego pensar en trastornos.

10- La mujer tiene 2 zonas erógenas: que vendría siendo la vagina y el clítoris. Pero resulta que el cuerpo es la zona erógena más extensa de la mujer y también del hombre. Volvemos a recordar que el sexo no es solo genital, están los senos, los pezones, las orejas, la espalda, las manos, las piernas y tantos otros rincones para encender la pasión.

Finalmente, “los estereotipos y las etiquetas nos alejan del placer, hacen que la brecha orgásmica entre géneros se acreciente y como marca, todos los días trabajamos para acortar esa brecha y lograr una sexualidad mucho más igualitaria, inclusiva y democrática”, agrega Acevedo.

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