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Adriana Olguín:  la primera mujer ministra de Chile y Latinoamérica que marcó un precedente en la historia política femenina BRAGA

Adriana Olguín: la primera mujer ministra de Chile y Latinoamérica que marcó un precedente en la historia política femenina

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A sus 41 años logró llegar a un puesto ministerial, hecho inalcanzable en esa época donde las mujeres tenían otros roles asignados, pero ella, Adriana Olguín decidió ser parte de la historia. Por esto, en un nuevo Mujeres Inolvidables, el especial semanal en donde destacamos las importantes hazañas de mujeres chilenas de la historia y el presente, visibilizamos el impacto de Adriana Olguín quien fue la precursora del cambio político femenino, donde abrió el espacio para más mujeres fueran parte de la política.


En pleno auge de la lucha por los derechos de las mujeres en los años 40 y 50, llegó Luz Adriana Margarita Olguín Buche, quien marcaría un auge que cambiaría la forma de ver la política en Latinoamérica. Nacida en la ciudad porteña de Valparaíso en 1911 fue la primera ministra de estado en Chile, dando pie a otras mujeres para ser parte de las decisiones del país.

Ingresó a la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Chile, para sacar su carrera como abogada, donde también se involucró en los movimientos feministas que surgieron para lograr el sufragio femenino. 

“Ingresé a derecho porque la Justicia era mi verdadera vocación; pensaba que en el Derecho tendría un instrumento para imponerla”, señaló Adriana en una entrevista realizada para la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales en 1997. 

En pleno auge de las manifestaciones de mujeres para poder tener un poder representativo en las votaciones de elección popular, Adriana integró la Federación de Instituciones Femeninas, creada en 1944, y ayudó en la creación de la Agrupación Nacional de Amas de Casa, participó de la Oficina de la Mujer y del Colegio de Abogados y Abogadas.

Su trabajo con las mujeres también lo realizó desde su profesión en donde estuvo en la Oficina de la Mujer entre 1946 y 1956, de igual modo, durante la década de 1960 fue asesora jurídica de la Contraloría General de la República. 

 

Su legado ministerial

Adriana escaló en una sociedad donde primaba el rol de la mujer como madre y cuidadora, sin embargo, rompió el estereotipo e ingresó a trabajar en política desde temprana edad. Si bien el voto femenino fue aprobado en 1934 para las elecciones municipales, fue hasta 1949 que bajo el gobierno de Gabriel González Videla que se obtuvo el sufragio universal. Ocurrido este hecho, en 1952 Adriana Olguín asume como Ministra de Justicia. 

“Una gran mujer, en materia de derechos de familia y derechos de la mujer, pero estaba olvidada (…) Es un reconocimiento a la mujer y es un reconocimiento a nuestra tía, nuestra familia pero por sobretodo en mi familia las matriarcas son las que ordenan la familia y son las que dan el ejemplo y ella fue un gran ejemplo para mi familia”, indicó su sobrino Víctor Olguin en 2019 tras un homenaje a Adriana. 

Pero antes de ser proclamada ministra, Adriana participó de asesorías para las mujeres, con cursos básicos de derecho para el manejo de bienes. “Yo organicé un Consultorio Jurídico, para atender los casos de jurisdicción civil, penal, del trabajo y de menores. De la misma manera, organicé Cursos básicos de Derecho Político, Derecho Civil y Legislación Social a fin de capacitar a la mujer para el ejercicio de los derechos conquistados como ciudadana y como productora de bienes y servicios, compenetrándose al mismo tiempo de sus obligaciones”.

 Su puesto como ministra llegó tras un cambio de gabinete del presidente González Videla, donde primeramente se le ofreció ser parte del Ministerio de Educación. Sin embargo, se quedó con la cartera de Justicia, tal como lo comentó Adriana: “Como la Oficina de la Mujer funcionaba en el primer piso de la Moneda, el Presidente me llamó por citófono. Una vez en su despacho, me dijo: “Adriana Ud. va a ser Ministro de Educación”. Le repliqué: Presidente ¿quiere Ud. quemar a las mujeres?, piense Ud. en lo conflictivo que es ese Ministerio y, además, yo no soy especialista en Educación… y siento la responsabilidad de demostrar que las mujeres están capacitadas para asumir altos cargos, por tratarse de la primera mujer Ministro de Estado, no sólo en Chile, sino en Latinoamérica… “¿Y justicia, qué le parece?”, me preguntó. Juré el 29 de julio de 1952”.

En el año 52 era extraño ver a una mujer con “poder” de decisión en las políticas públicas, caso que le pasó a Adriana en sus años como autoridad, incluso, en sus primeros días como ministra, le sucedió una situación incómoda cuando fue a su trabajo manejando: “Lo estacioné en el lugar reservado al Ministerio de Justicia, a un costado de la Moneda. De inmediato apareció un carabinero que me ordenó retirarme porque ese estacionamiento era el del Ministro. ”Yo soy”, le acoté. “Señora -me insistió- retírese inmediatamente porque yo no estoy para bromas”. Felizmente, en ese momento un funcionario del Ministerio solucionó el problema”.

Su legado ministerial continuó con la Oficina de la Mujer, avanzando en las políticas que eliminen las discriminaciones catalogadas de “otras épocas”. Por ejemplo, se aceptó que tanto los hombres como las mujeres sorprendidos en flagrante delito de adulterio, la ley favorece a ambos, derrocando el beneficio al marido. 

“También aceptó igualar a ambos cónyuges ante el delito de violación de correspondencia, sin que exista delito, lo que puso fin a la responsabilidad penal que el Código imponía sólo a la mujer”, señaló Adriana.  

¿Cómo cree Ud. que era mirada al ser la primera mujer que integraba un Gabinete Ministerial en el país?, le preguntaron a Adriana en la entrevista con la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales: “Sentí que con simpatía, tuve la colaboración inteligente de los hombres y siempre fui muy bien acogida por los Ministros de la Corte Suprema. No supe de comentarios desfavorables. También me trató muy bien la prensa, incluso me dedicó algunas editoriales”, indicó. 

Adriana Olguín falleció en 2015 a la edad de 104 años. 

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