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Natacha Pino, rectora Universidad de Aysén: “Todas las niñas y jóvenes de este país pueden llegar a ser rectoras” BRAGA Créditos: uestatales.cl

Natacha Pino, rectora Universidad de Aysén: “Todas las niñas y jóvenes de este país pueden llegar a ser rectoras”

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Del total de 43 rectorías universitarias pertenecientes al Sistema de Acceso de Admisión Universitaria , 42 estaban ocupadas por hombres, contexto que se modificó para marcar un hito en la historia de las mujeres en 2019. La encargada de cambiar esta representatividad masculina fue Natacha Pino Acuña, quien asumió como rectora electa democráticamente de la Universidad de Aysén hace dos años. Esta casa de estudio es un precedente en la equidad de género, ya que desde su nacimiento en 2015, solo ha tenido rectoras mujeres. Por ello, El Mostrador Braga conversó con la profesional sobre las brechas de género en lo académico y los trabajos que se han realizado para equiparar a las mujeres en los espacios de poder.


Nunca imaginó que en su vida profesional iba a ser la rectora de una universidad en Chile, ni mucho menos, ser la primera mujer en conseguir ese cargo de manera democrática en una universidad estatal. En 2019, entre las demandas sociales que pedían igualdad entre mujeres y hombres, Natacha Pino Acuña, ingeniera civil industrial de la Universidad de la Frontera, se convirtió en un precedente para las otras dos mujeres que actualmente están en cargos de rectoría. Una mujer descentralizada de la Región de La Araucanía, ingeniera con mención en informática, que con su propio esfuerzo llegó a encabezar el mundo académico y a romper barreras normalmente realizadas por hombres, se convirtió sin querer en una líder que marcaría el camino de las mujeres en la toma de decisiones. 

En esta ocasión fue la Universidad de Aysén quien abrió sus puertas para que hasta el 2026 Natacha fuera quien presidiera la casa de estudios. Su llegada a la rectoría fue por un proyecto en conjunto con varios académicos/as e integrantes de la comunidad universitaria, “pensando en cómo podíamos tener un sello diferenciador a lo que estábamos viviendo en ese minuto, más regional, transversal, participativa y plural”, indicó. 

Cuando Natacha salió electa no visualizó el impacto que provocaría en los medios ni mucho menos en la sociedad. “Estamos haciendo historia”, mencionó. Sin embargo, antes de su elección, las y los académicos de la universidad sabían que la UAysén entraría en un hito importante en Chile, ya que dos mujeres eran las postulantes al puesto, por lo que el hecho marcaría en la agenda nacional. “Cuando ocurrió la elección fue una semana de locura en la prensa, medios y me preguntaron mucho que sentía. Esta es una señal para las niñas , para las jóvenes. Efectivamente alguien que estudió en una escuela y un liceo normal, que ha hecho una carrera de trabajo normal, indica que todas podemos llegar a ser lo que queramos”, enfatizó. 

“En el discurso de instalación también quise mostrar eso, que todas las niñas y jóvenes de este país pueden llegar a ser rectoras electas por sus pares”, señaló Natacha, agregando que ese mensaje tuvo más sentido tras las elecciones que dieron triunfo a dos mujeres más como rectoras durante este año.

A pesar de la alegría y el nuevo camino profesional que Natacha optó, ser mujer la lleva a esforzarse el doble que sus pares hombres, además de ser la rectora más joven del Consejo Nacional de Rectores  de Universidades Chilenas (CRUCH). “Cuesta más validarse en ese sentido porque te ven como una persona con poca experiencia”, comentó. 

 

  • ¿Por qué ocurren las brechas de género en el ámbito académico? 
  • Tiene que ver con las construcciones sociales en las que todos hemos crecido. Eso va moldeando las generaciones y luego se ve cuando hay que elegir qué estudiar (…) que las niñas vayan a estudiar algo relacionado a los servicios, a lo social y los hombres las ingenierías, las ciencias. Efectivamente cuando llegamos al pregrado, te enfrentas con dos aspectos: las carreras que son “muy masculinas” como las STEM, o al revés, las “muy femeninas” como enfermería, psicología, trabajo social, entre otras. 

La rectora enfatizó en que el cambio debe provenir desde la educación en los primeros niveles, enseñar que todas las personas “podemos estudiar de todo y que todos tenemos las aptitudes para estudiar cualquier carrera”. De igual modo, indicó que las universidades están realizando programas para incentivar la participación de mujeres en las carreras históricamente masculinizadas, creando accesos especiales y cupos para aquellas que deseen integrarse en las ingenierías, ciencias, matemáticas, entre otras. 

 

  • ¿Qué se puede hacer para equiparar el camino de las brechas? 
  • Nosotros en particular pensamos que debe haber una conexión desde el nivel escolar, con el pregrado y con el mundo profesional, porque puede ser que las estudiantes lleguen a carreras STEM, pero una vez salgan al mundo profesional, se encontrarán con esto mismo, la competencia con los hombres que estudiaron esas mismas carreras. Hay que generar políticas que permitan insertar mujeres en las áreas STEM en distintos espacios. 

En la academia pasa lo mismo, entran a pregrado pero a medida que avanzan a posgrado, se va distanciando, entonces hay muy pocas mujeres que llegan a ser doctoras,  pocas que llegan a ser directoras de proyectos de investigación. 

 

Brecha de género en las mallas curriculares

Natacha hace un feedback y compara su experiencia con la actualidad. A pesar de que no ha habido un cambio estructural mayor, si ocurrieron pequeños avances que encaminan la igualdad de género. “Cuando yo estudiaba, en el área STEM, tus autores eran todos hombres, pero tampoco te lo cuestionabas, ni siquiera revisabas si el autor era hombre o mujer. Actualmente , el asunto de incorporar la perspectiva de género en el ámbito curricular busca querer asegurar el acceso a conocimiento, bibliografía, estudios, investigaciones que tengan autores femeninos como masculinos”.  

Asimismo, la rectora enfatizó la idea de incorporar la perspectiva de género en el plan formativo,  es decir, no basta con tener un curso aislado que trate temáticas de género, sino que en distintas asignaturas se considere. En base a esto, Natacha sentenció que se debe hacer este planteamiento de manera oportuna y pronta, ya que en el diseño de las áreas de las sociedades se hace pensando en un “promedio de hombre”, por lo que urge la perspectiva de género en la educación para que esto cambie.  

La Universidad de Aysén tiene la Unidad de Equidad de Género, donde están realizando un estudio y diagnóstico de brechas para identificar cómo se encuentran en estas temáticas. “Buscamos establecer cómo están los espacios y diseñar una política de igualdad que considera tres lineamientos: transversalizar el género, la institucionalización de la perspectiva de género y erradicar la violencia”. 

Natacha Pino además de ser rectora de la Universidad de Aysén, también es la encargada   de la Comisión de Igualdad de Género del CRUCH, donde allí se encuentran todas las representantes de las unidades de género de las universidades pertenecientes al Consejo de Rectores. “Desde allí hacemos que todas avancen hacia políticas de género más allá de instalar el tema y difundir información. Lo que queremos es ir hacia el fondo, avanzar en estos temas y que las comunidades comprendan lo necesario de que las mujeres lleguen a espacios de poder y decisión”. 

Con respecto a la nueva Constitución, Natacha tiene esperanzas de mejorar las condiciones de las mujeres en el ámbito académico, considerando como opción la idea de que las rectorías sean rotativas entre hombres y mujeres, también en los equipos directivos, en las jefaturas de carrera, etc. “Entre más espacios de poder, menos mujeres habemos”, sentencia Natacha, esperando que con la redacción de la nueva Carta Magna se democraticen los espacios de decisión en las universidades y hayan muchas más mujeres que sigan sus pasos: llegar a ser rectoras. 

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