Poco se habla del oscuro periodo de la historia en que más de 60.000 personas fueron ejecutadas por acusaciones de brujería durante la inquisición. Sin embargo, el feminismo y las manifestaciones han alzado la voz por la invisibilizada historia de las mujeres asesinadas en esta época, quienes en parte eran “brujas” y fueron pioneras de áreas científicas como la medicina y la botánica.
Este mes de octubre se celebra el mes de las brujas, una figura abiertamente satanizada y perseguida a lo largo de la historia de la humanidad. De acuerdo con las caricaturas y la literatura infantil, estas generalmente suelen ser mujeres viles, feas, arrugadas, viejas y solteras cuyo propósito es destruir la felicidad de las demás personas, en especial de una inocente, bella y delicada princesa.
Sin embargo, esta concepción de la brujería no puede estar más lejana de la realidad, ya que, las brujas fueron las primeras mujeres en salir del área doméstica al cual las mujeres han sido históricamente relegadas y se atrevieron a incursionar en lo que serían los primeros intentos de prácticas medicinales, químicas e incluso en los estudios de la botánica.
No fue hasta el año 1400 que esta figura comenzó a ser ampliamente demonizada por la Iglesia Católica, hecho que desató uno de las asesinatos en masa más crudos de la historia, ya que se estima que entre los siglos XV y XVII en Europa y América fueron ejecutadas más de 60.000 personas, entre ellas, principalmente mujeres que fueron acusadas de practicar brujería.
Según la tarotista, bruja por estilo de vida y administradora de la cuenta de Instagram ‘Bruja Boreal‘, Karen Esparza, como en esos tiempos la mujer no tenía derecho al estudio y no había el respaldo científico aceptado para sus descubrimientos, “estas eran perseguidas y llamadas brujas solamente por sanar un dolor de estómago, que en ese tiempos podía significar que una persona estaba endemoniada”.
En ese entonces, la fe católica reinaba en occidente, las ciudades eran construidas en torno a la figura de las iglesias y, en consecuencia, todo aquel que amenazara a la institución del catolicismo como la máxima autoridad eran torturados, colgados, quemados vivos u obligados a realizar tareas imposible de lograr humanamente hablando.
Sin embargo, lo que la iglesia consideraba brujería abarcaba una amplia serie de conocimientos relacionados a las ciencias o cualquier práctica que estuviera fuera de la norma. Un ejemplo de esto era la recolección de plantas medicinales, cuyo uso estaba prohibido salvo que su eficacia fuese reconocida explícitamente por la iglesia como una manifestación del poder divino.
De acuerdo con la practicante de brujería y tiktoker con más de 380 mil seguidores, María Godoy, mejor conocida en las redes sociales como Milkybaae, “cualquier tipo de mujer que supiese un poco de medicina o el manejo de las plantas era considerada bruja por el único hecho de que se creía que las mujeres eran incapaces de ser inteligentes y hacer lo que un hombre no podía. Por ende, una mujer que supiese sobre herbolaria, naturaleza, remedios caseros, astrología y que supiese más de lo que se suponía, era considerada bruja. (…) Cuando en realidad las brujas son quienes practican entienden las energías y saben usarlas a su beneficio”.
Así fue cómo la iglesia erradicó a toda una generación de mujeres con amplios conocimientos en diversas prácticas, invisibilizando todos los aportes científicos que hicieron durante el periodo de la inquisición.
Desde el principio de los tiempos, el feminismo y la brujería han tenido una relación con respecto a la opresión histórica que han vivido las mujeres, ya que, si bien esta es una práctica ajena al género, ya que es una disciplina tanto para hombres como para mujeres, tienen esa carga histórica por haber sido las primeras mujeres que hicieron frente al hombre en la historia, para defenderse contra la represión, continuando con sus prácticas en la clandestinidad.
Bajo esa misma línea, las brujas siempre abogaron por los mismos valores que abogan las feministas, por ejemplo, el autoconocimiento físico y la libertad, por lo que la temática del aborto iba de la mano con el trabajo en medicina y herbolaria.
“La brujería y el feminismo están conectados de forma no tan lineal, no fue que en algún momento dijeron ‘vamos a ser las nietas de las brujas que no pudieron quemar’, pero tiene relación con la opresión que hemos vivido (…) Es por ello que las brujas también ayudaban a otras mujeres que no querían ser madres a través de las medicinas con plantas, existen diversos tipos de plantas que nos pueden ayudar a abortar y que en ese tiempo utilizaban para no quedar embarazadas. Hoy en día quizás son muchas menos quienes las utilizan para abortar o prevenir embarazos, pero son conocimientos que van pasando a través de los distintos tipos de época”, asegura Esparza.
Para la experta, esta práctica sirve mucho para “empoderarnos y dejar de ser nuestras propias enemigas, porque cuando a ti te llega la regla a los 12 años, odias tu útero, odias ser mujer y odias todo ese ‘castigo divino’ que te da la vida. Sin embargo, desde la brujería, aprendes a no verlo como un castigo ya que te va aportando autoconocimiento a través de tus propios estados emocionales. Yo lo encuentro maravilloso”.
Es gracias a este tipo de conocimientos que en muchas ocasiones las brujas fueron apodadas las “primeras feministas de la historia”. Con respecto a esto, la administradora de Bruja Boreal asegura que “para ser bruja tienes que ser feminista y para ser feminista también es necesario comprender el dolor de otras hermanas que vivieron en otras épocas y que sufrieron y fueron perseguidas solo por el hecho de ser mujeres”.
Por otro lado, para la joven tiktoker, “si bien no es requisito ser feminista para ser bruja, es muy común que se entienda esa relación entre ambas. Ya que la brujería se relaciona con el empoderamiento de la mujer y la sororidad, esta práctica hace que te entiendas a ti mismo, te hace ser consciente de tus emociones, de lo que te rodea y el poder sobre una misma”.
En la actualidad, muchas mujeres jóvenes pertenecientes al movimiento feminista han revindicado la invisibilizada historia de las brujas que fueron perseguidas y asesinadas por el hecho de ser distintas y últimamente, la figura de la bruja ha sido utilizada como símbolo feminista en las protestas sociales.
“Que hoy en día tomen en referencia como un icono feminista a las brujas lo encuentro maravilloso, porque también en sí las brujas como practicantes fuera lo que era la sociedad encontramos la respuesta en un ambiente que también fue muy oprimido por hombres, pero esto da cuenta que hoy logramos tomar para nosotras mismas”, señala Esparza.
Actualmente, la brujería sigue siendo una práctica bastante estigmatizada y como se solía hacer en el pasado, suele practicarse a escondidas de la luz pública. Sin embargo, cada vez es más común ver a jóvenes aprendiendo astrología y otros conocimientos ancestrales que reivindican.
María, explica que, si bien su práctica la hace de forma solitaria, ha habido ocasiones en las que se ha unido a otras mujeres para hacer hechizos por causas comunes, como fue en el caso del juicio de Martín Pradenas, ocasión en que se unieron para hacer una velatón para manifestar buenas energías a nombre de Antonia Barra y su familia. En otra ocasión realizaron un hechizo con energía negativa a Pradenas para hacerle llegar el karma por sus acciones. “Al día siguiente cayó en prisión preventiva”, cuenta.