El pasado 15 de noviembre tuvo lugar el debate presidencial de Anatel, el cual se caracterizó por una amplia discusión en torno a las temáticas de igualdad de género, aborto, derechos sexuales y reproductivos, materias de LGBTIQ+ y derechos económicos de las mujeres, entre otras. Esto derivó en una agitada discusión entre los contrincantes de la carrera a La Moneda, en la que el blanco de las críticas en la jornada fue el líder del Partido Republicano, José Antonio Kast, quien en varias ocasiones cambió su postura durante el debate respecto a los temas allí abordados, bajo la premisa de que “los programas no están escritos en piedra”, como es el caso de la polémica decisión de reemplazar el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género por un Ministerio de la Familia.
En el último debate presidencial antes de los comicios, los temas de género y disidencia no quedaron fuera de la discusión, palpando de cierta manera cada una de las áreas del debate entre los candidatos y la candidata. En general, en dicha instancia se menciona a las mujeres transversalmente en los temas a discusión, por ejemplo, al hablar de economía, se menciona a las mujeres como las más golpeadas por la crisis.
Respecto de la forma en la que se fueron incluyendo las temáticas de género a lo largo del debate, para la docente del Departamento de Filosofía de la Universidad Alberto Hurtado, Rosario Olivares Saavedra, en conversación con El Mostrador Braga, su organización fue de acuerdo a «temas emergentes».
Particularmente en torno a género y derechos sexuales y reproductivos, “esto último me parece que aún es una deuda, porque no se trata de ponerlo en ‘problemas que surgen en la sociedad’, sino más bien entenderlo como problemas transversales, integrales y que están en la base de la estructura de la nación”, explica. Por lo tanto, para ello se debe pensar una política que “los aborde en todas sus dimensiones”. Pese a lo anterior, destaca la importancia de que hoy estos temas sean ineludibles en un debate presidencial. “Esto se debe al trabajo y la lucha de tantos años de los movimientos feministas y de disidencias sexuales”, subraya.
Nicolás tiene dos papás fue el punto de partida y de no retorno en donde comenzaron una álgida interpelación a cuáles candidatos son y no son discriminadores, siendo las lanzas apuntadas al candidato de extrema derecha, José Antonio Kast.
Respecto a si estaban de acuerdo con la entrega de este libro para enseñar desde la infancia la existencia de familias diversas, Kast –quien se opuso a la entrega del texto cuando comenzó su circulación en 2014– dijo que él velaba por la libertad de enseñanza de los padres, por lo tanto, como no está de acuerdo con la “adoctrinación” desde la infancia, solo aceptaría su entrega en los recintos en donde los apoderados y las apoderadas estén de acuerdo. “Existe libertad de proyectos educativos y los papás tienen el derecho de elegir los proyectos, no soy partidario de que se entreguen los libros”, mencionó.
En tanto, Artés sí respalda la entrega, porque “los seres humanos somos seres sexuales y tenemos toda la libertad del mundo”. Allí saltó hacia otro ámbito y opinó acerca del trabajo sexual, en donde aseveró que “las trabajadoras y las disidencias han sido quienes la han pasado sumamente mal, más de 50 mil trabajadoras del sexo no han tenido ningún tipo de apoyo”.
Yasna Provoste defendió que “hay que incluirlo hasta que los tipos de familia dejen de ser tema en nuestra sociedad”. Dicho punto dio paso a que criticara que la extrema derecha se negó a debatir en el pasado por derechos humanos básicos, como lo fue el debate que elimina que un(a) niño(a) fuera legítimo(a) o no dependiendo de si nacía dentro o fuera del matrimonio.
Sichel, por su parte, concentró su respuesta en que “por supuesto que lo incluiría, todos son iguales”. Allí interpeló a JAK, y le dijo que con su postura no se asegura que no haya discriminación y una visión de que todas las familias son válidas. “La sociedad de la tolerancia es la que entiende que su familia es distinta”, aseguró.
Para Boric era una respuesta sencilla, ya que él fue uno de los impulsores y defensores de la entrega de este libro. “Creemos en una Educación Sexual Integral (ESI)”, dijo. Al comenzar a hablar acerca de la ESI, le preguntaron sobre su visión respecto de poner en los colegios dispensadores de condones.
En tal sentido, aseguró que su propuesta es avanzar en corresponsabilidad, que no caiga en las mujeres la responsabilidad de la educación, que se necesita una ley de garantías de la infancia. “Nosotros creemos que debe haber una educación sexual integral a partir de una edad prudente, y que la postura de los dispensadores se tome en conversación con la comunidad educativa”.
En ese punto, Provoste evadió responder directamente si está o no de acuerdo con los dispensadores, y aseguró que cree en “la justicia educativa y que está de acuerdo en lo que dice su programa”.
En tanto, ME-O expresó que la entrega del libro es necesaria porque “el conocimiento es un bien público, el Estado no debe juzgar”, y que, más allá de eso, es importante bajarles el IVA a las toallas higiénicas y “proteger realmente a las mujeres”, dando paso a interpelar a Kast. “Estamos en 2021, no puedes proponer eliminar la agenda de género. Usted es una anormalidad”.
Kast, por su lado, respondió que jamás ha discriminado, que él tiene amigos homosexuales y que nunca ha dicho que una lesbiana no puede criar bien, “ni he dicho que las clases de religión sean obligatorias. Ustedes la niegan, persiguen la religión y la libertad de culto”.
Allí lo volvieron a interpelar por sus dichos defendiendo en redes sociales al “Bus de la libertad” y sus críticas a la lucha de la comunidad LGBTIQ+ respecto del matrimonio igualitario, la filiación y otros proyectos de ley, sobre lo cual afirmó que eso no es discriminación, porque el problema es el “lobby gay”.
“Me sorprende que Kast diga que no discrimina a nadie. Se opone al matrimonio igualitario (…). Tienen acostumbrada esta odiosidad, esta violencia”, comentó Provoste.
“José Antonio, no seas agresivo ni violento. Ataca al programa, no a la persona (…). No se trata del matrimonio igualitario, sino que las personas que amen. El primer acto de intolerancia es decir que ‘tengo un amigo gay’”, planteó Sichel.
Aumentar los sueldos de manera paritaria es una de las propuestas que Boric cree que genera incertidumbre en su programa, pero que es una de las más necesarias para disminuir las brechas de género. Sobre todo, considerando que durante la pandemia “hubo un retroceso en el empleo de las mujeres por 10 años”.
En este sentido, Provoste fue cuestionada por patrocinar los retiros de la AFP, situación en la que sostuvo que, independientemente de los miedos de los inversionistas, finalmente gracias a los retiros muchas mujeres “han podido alimentar a sus hijos”.
En tanto, ME-O defendió que debería existir una renta básica para todas las mujeres; y Artés, que hace falta cambiar completamente el sistema en Chile, “hace falta una izquierda dura”, puntualizó.
El debate nuevamente comenzó a acalorarse cuando se mencionó el problema que existe en la actualidad con el aborto clandestino. Sichel no está de acuerdo con el aborto en ninguna circunstancia, pero asegura que respetará las tres causales vigentes. “No estoy de acuerdo con una ley que solo determina el plazo de la vida del que está por nacer (…). Respecto de las salidas humanitarias en casos críticos, no creo que haya un derecho frente a otro”.
Para Provoste, promover la despenalización es muy importante, ya que esto forma parte de una realidad “más allá de nuestros principios y creencias, deben haber políticas de Estado”. Ante los cuestionamientos respecto a si será viable o no eso en su programa, por la historia que arrastra la DC en este tipo de temas, dijo que en su propuesta presidencial “señalamos un programa de interrupción voluntaria hasta las 14 semanas integral, con programas de acompañamiento, anticonceptivos…”.
Kast, en tanto, reafirmó que es contrario al aborto. Allí lo interpelaron por establecer en su programa que derogará la ley vigente, ante lo cual respondió: “Yo creo en la democracia, si algún día se declara la mayoría parlamentaria…”.
Luego de eso respondió que para él las mujeres son importantes y que el presupuesto del MinMujer actual es “ínfimo”, por lo cual defiende la eliminación del MinMujeryEG y el SernamEG, para crear el “Ministerio de Familia y Desarrollo Social”. En ese punto le preguntaron: “¿Para usted es lo mismo mujer que familia?», ante lo cual contestó que “los programas no están escritos en piedra”, por lo que, si hay cosas que mejorar o cambiar, está dispuesto a hacerlo, incluso de incluir propuestas de Provoste y Boric.
Frente a lo anterior, volvieron a interpelarlo y señaló que “ya ha cambiado varios puntos de su propuesta presidencial durante este debate”.
Artés, por su parte, defendió que se necesita una “sociedad abortiva”, porque “no se dan las condiciones para criar hijos”, y que “ninguna mujer se va a embarazar para ver cómo se siente el aborto, hay que tener cuidado con verlo con tanta liviandad”. Finalizó su intervención puntualizando que “hacer esto que hace Kast, es estar mirando a la mujer como la costilla del hombre”.
Yasna Provoste, en el cierre del debate, reflexionó que las mujeres “queremos ser protagonistas de nuestro propio destino, no queremos que hombres hablen por nosotros”. Por lo que, observando la disputa entre sus compañeros varones, sentía que “cada vez que votamos por un hombre, estamos invisibilizando los verdaderos problemas y aspiraciones que tenemos las mujeres”.
Como análisis general, a la docente de la UAH algo que le parece muy importante destacar es la centralidad que tuvo la Educación Sexual Integral, al abordar las temáticas de género, “dada su importancia en la prevención de todo tipo de violencia de género, y la posibilidad de vivir una vida sexualmente plena”, comenta.
A eso le suma el reconocimiento de todo tipo de familias y el aborto sin causales “como un horizonte a conquistar”, por un sector de las candidaturas, como Provoste, Boric y Enríquez-Ominami, pese a que este último quiso ponerse por delante de la iniciativas históricas del movimiento feminista, atribuyéndose el crédito por haber sido quien propuso de los primeros un proyecto de ley en torno al tema.
“La derecha tuvo algunas diferencias, en el caso de Sichel, sobre el Matrimonio Igualitario, a diferencia de Kast, quien centra su política en un tipo de familia heteronormada y casada, incluso como espacio de preferencia en la obtención de ayudas sociales, dejando fuera toda diferencia y no considerando en sus programa a las disidencias sexuales, lo que en la actualidad significa un tremendo retroceso”, analiza la académica.
Por último, Rosario Olivares destaca el posicionamiento de una situación generalizada en los cuerpos feminizados, que es la pérdida de trabajo y precarización de la vida producto de las consecuencias de la emergencia sanitaria, por parte de Gabriel Boric, «quien con más esfuerzo intentó incorporar una perspectiva feminista transversal a distintas temáticas, en este caso, la reactivación económica de las mujeres y las labores de cuidado”, finaliza.