Según el estudio, ‘‘Salud mental en madres en el periodo perinatal’’ realizado por la Universidad del Desarrollo (UDD), las problemáticas de salud mental que se pueden desarrollar durante el periodo de gestación, afectan directamente a los recién nacidos y a su desarrollo socioemocional.
Diversos análisis y expertas/os han comprobado las consecuencias y efectos de la depresión post parto, pero ¿Cómo se desarrolla la salud mental de las mujeres durante la gestación? Esta es la pregunta que busca responder el estudio ‘‘Salud mental en madres en el periodo perinatal’’ de la Universidad del Desarrollo (UDD).
Los principales hallazgos del análisis, demuestran la prevalencia de síntomas ansiosos y depresivos en grupos de madres de Santiago y Concepción que se atienden en el sistema público de salud.
De acuerdo a las cifras, de las mujeres que participaron en el estudio, un 44,3% reportó síntomas de ansiedad durante el tercer trimestre de embarazo. A los seis meses post parto, la cifra se mantuvo casi igual, con un 41,3% de madres con los mismos síntomas.
Con relación a la sintomatología depresiva, un 13,9% de embarazadas presentó tales indicios entre la semana 28 y 40 de gestación. Mientras que, a los seis meses después del nacimiento la cifra se elevó a 20,9%.
Uno de los puntos más importantes que detectó el análisis, fue que en las mujeres que reciben mayor apoyo integral por parte de sus parejas y familiares, presentan menos señales de ansiedad y depresión. Por lo tanto, el acompañamiento y corresponsabilidad resulta crucial para la prevención y cuidado de la salud mental.
“En esta línea, es fundamental promover ambientes más protectores para las madres, promover que ellas reciban apoyo de sus personas cercanas y, en caso que los papás estén presentes, que se involucren en la crianza’’ señaló la profesora asistente del Centro de Apego y Regulación Emocional de la Facultad de Psicología de UDD, Soledad Coo a La Tercera.
Entre las principales consecuencias que el estudio determinó frente a estas problemáticas de salud mental, es que las mamás que reportaron ansiedad en la gestación, tienen mayor probabilidad de dejar de amamantar durante los primeros tres meses post parto.
Por otro lado, los síntomas de ansiedad y depresión afectan los vínculos entre madre e hijas/os, lo que es fundamental para el desarrollo socioemocional del recién nacido.
Las mamás ansiosas tienden a sobre proteger al bebé y ser intrusivas, mientras que, las que presentan indicios depresivos son menos hábiles para detectar señales comunicativas del niño/a. Por ejemplo, cuando necesita dormir o tiene hambre.
También, la ansiedad en las madres produce altos niveles de cortisol, lo que afecta directamente al bebé y le da señales biológicas de que el contexto es amenazante y que debe entonces prepararse para ello. Esto produce niños/as con temperamentos hipersensibles, que »son más difíciles de calmar y consolar”, aseguró Coo a LT.
Por último, la investigadora señaló al medio que es importante visibilizar las problemáticas de salud mental durante el embarazo para que más mujeres tengan acceso a los tratamientos disponibles.
“En Chile el GES cubre la depresión, pero las mamás derivadas van muy poco a tratamiento. Facilitar y promover el acceso a estas intervenciones, además de promover las iniciativas de prevención es muy importantes”, sostuvo.