A las diversas manifestaciones de violencia de género se suma el ciberacoso, forma de agresión virtual que afecta diariamente a cientos de personas, especialmente mujeres. Estas pueden ser por su apariencia física, su orientación o identidad de género y posición política. Así lo reveló el estudio “Ciberacoso y Salud Mental 2021”, desarrollado por la Fundación Katy Summer. En entrevista con El Mostrador Braga, Emanuel Pacheco, director ejecutivo de la organización, manifestó que “esto se debe a la falta de empatía digital, es muy fácil opinar sin mirarse a los ojos. Olvidamos que al otro lado de la pantalla hay un ser humano”. Además, apuntó a la escasa información sobre este tema y que “la poca sensibilización en el entorno genera la normalización de la violencia, olvidando que libertad de opinión no es libertad de agresión”.
El ciberacoso como manifestación de violencia de género se encuentra frecuentemente en la luz pública. Así, cientos de denuncias se generan diariamente a causa de distintas formas de agresión digital, como lo demuestra el estudio “Ciberacoso y salud mental 2021”, en el que se encuestó a jóvenes de entre 15 y 29 años, revelando que esta forma de agresión sucede frecuentemente en entornos educacionales y afecta mayormente a mujeres, quienes son criticadas por su apariencia física y/o posición política.
El estudio fue impulsado por la Fundación Katy Summer, creada en memoria de la joven que en 2018 se suicidó luego de haber sido víctima de ciberacoso. Actualmente la organización se dedica a la sensibilización, educación y prevención sobre violencia digital. En entrevista con El Mostrador Braga, el padre de Katy y director ejecutivo de la fundación, Emanuel Pacheco, se refirió a los pendientes en materia de prevención de este tipo de agresiones, más aún si estas se generan en entornos educacionales. “Lo principal para prevenir es darles las herramientas correctas a las comunidades escolares para sensibilizar y educar entendiendo también que las acciones punitivas no deberían ser la principal solución”, apuntó.
A lo que agregó: “Quien ejerce violencia también tiene derecho a la educación y la solución no puede ser simplemente expulsar o suspender, el trabajo debe estar enfocado en cómo esa persona puede reparar el daño generado en su comunidad por medio de acciones formativas que impliquen voluntariado, educación, sensibilización, entre otras”. Por otra parte, Pacheco destacó la importancia de avanzar en materia legislativa, dando curso a los proyectos de ley que buscan “modificar el Código Penal en cuanto a amenazas, hostigamiento y coerción; sancionar el acoso por cualquier medio; modificar la Ley de Educación 20.370, incluyendo ciberacoso, y tipificar y sancionar diversas formas de violencia digital”.
En medio del regreso a las actividades pospandemia, los establecimientos educacionales han estado en la mira a causa del alarmante aumento de reacciones violentas y casos de acoso sexual. El ciberacoso también ha estado presente en estos espacios. En tal sentido, de acuerdo con los resultados obtenidos en la encuesta, el 63% de las víctimas que logran identificar a quien las acosa indicó que esta persona pertenece a su lugar de estudios. Otro resultado relevante es que el 78% de los casos de ciberacoso se desarrolla en forma de amenazas, aumentando la sensación de inseguridad para las víctimas, a lo que se suma la ausencia de testigos que puedan avalar la denuncia.
Sobre esta situación, Emanuel Pacheco explicó que “quienes tienen mayor capacidad para actuar son los testigos, ya que quien está recibiendo violencia no se encuentra en condiciones de defenderse o de pedir ayuda. Desde ahí planteamos el desafío de revisar qué tipo de testigo somos frente a la violencia”. En esta línea, el director de la fundación Katy Summer invita a la reflexión: “Aumentas la agresión con un like o con otra frase o imagen denigrante, o eres encubridor y consideras que quien recibe violencia se lo buscó, se lo merece, te es indiferente o es algo normal”, cuestionó.
En relación con los entornos educacionales, se hace necesario intervenir los espacios de riesgo. “Se debe intervenir en tres etapas que son continuas y que deben permanecer en el tiempo (…). Hacer estas tres acciones de forma periódica y consistente ayuda a que situaciones de violencia sean identificadas y gestionadas de forma positiva”, indicó.
Las tres etapas consisten en: Sensibilización, “llevar a cabo actividades como charlas, talleres o conversatorios, en los cuales, a través de opiniones de expertos y experiencias reales, se conversen ampliamente las situaciones que pueden generar ciberacoso y sus consecuencias”; esto, seguido de Alfabetización, que “trata de cómo educamos y unimos a los miembros de las comunidades educativas completas en estas temáticas para que las vean como relevantes y reales en su convivencia, como presentación de estudios, evaluación de clima escolar periódico, difusión de protocolos escolares”; y, en tercer lugar, Implementación, que “entrega de herramientas concretas codiseñadas en la comunidad o provistas por expertos para ser aplicadas de manera práctica. Mejoras en protocolos, métodos de denuncia anónima más eficientes, certificaciones, escuela de padres”.
Otro dato interesante que reflejó esta encuesta es que, pese a que desde el inicio de la pandemia se han habilitado servicios telefónicos para denuncias de violencia, el porcentaje que se hace efectivo a través de este mecanismo no es significativo. Al respecto, Pacheco indicó que “hoy los jóvenes no usan el teléfono para hablar, sino para comunicarse vía texto. Quienes aún hablamos por un aparato telefónico somos los adultos, por lo tanto, debemos agilizar estas herramientas, generando mayor efectividad y eficiencia, herramientas como Hablemos de Todo, de Injuv (https://hablemosdetodo.injuv.gob.cl ), permiten a los jóvenes una comunicación de contención y apoyo”.
Finalmente, este estudio fue presentado por la fundación en el contexto de la primera jornada del comité asesor interministerial contra la Violencia Digital, en la que participaron exautoridades de Gobierno del Ministerio de Desarrollo Social, Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones y Ministerio de Educación, junto a organizaciones representantes de la sociedad civil e instituciones como la PDI, Injuv y el Observatorio de participación ciudadana. En la instancia se adquirió el compromiso de trabajar en torno a esta problemática, implementando campañas de denuncia como #CortaLaCadena, impulsada por PDI.
En este sentido, considerando el reciente cambio de Gobierno, Pacheco comentó que ya han existido reuniones con carteras de la administración, como el Ministerio de Educación, “para potenciar este trabajo de manera transversal, a través de campañas que promueven la solidaridad colaborativa en acciones como #bloqueaelCIBERBULYNG, campaña que se lanzará a nivel nacional en abril, y otras iniciativas que se comunicarán en la próximas semanas por el Mineduc, para promover la empatía y responsabilidad social, entregando herramientas concretas a las comunidades”, detalló.