En el mundo de la realeza, Marie Bonaparte (1882-1962) fue una princesa francesa que rechazó el rol de sumisión femenina.
La sexualidad es un elemento inherente al ser humano. En las distintas culturas y a lo largo del tiempo las personas han variado su forma de relacionarse. Es así como la manera de experimentar y de concebir el cuerpo se ha transformado a través de los años hasta nuestros días.
Históricamente, la perspectiva femenina sobre la sexualidad ha sido silenciada y reducida únicamente a la función reproductora, ya que las mujeres eran consideradas simples objetos sexuales. Por ello es necesario visibilizar la labor realizada por un conjunto de figuras femeninas, relevantes y pioneras en materia de género, educación y salud sexual. Ellas fueron las encargadas de dar voz a un movimiento para convertir la sexualidad en un área abierta y en construcción.
En primer lugar, una de estas mujeres protagonistas indiscutibles de la historia fue la religiosa alemana Hildegarda Von Bingen (1098-1179), considerada la primera mujer en describir el orgasmo femenino. En su libro Causa est curae afirmó que las mujeres también sentían placer.
Más adelante, en la España del siglo XVIII destaca Luisa Rosado (1770), una matrona con amplia experiencia en el arte del parto. La idea de publicitar sus servicios mediante carteles le llevó a enfrentarse al Protomedicato (tribunal formado por protomédicos y examinadores, que reconocía la suficiencia de quienes aspiraban a ser médicos). Sucedió en una época en la que los cirujanos comenzaron a atender los partos y pronto esta disciplina se convertiría también en un ámbito médico masculino. Por su osadía, los médicos de la corte de Carlos III vieron incluso amenazada su posición privilegiada.
Posteriormente, Margaret Sanger (1879-1966), una enfermera y activista a favor de la educación sexual, fundó la ‘Liga Estadounidense para el Control de la Natalidad’. Consideraba que, para alcanzar la igualdad de la mujer, era necesaria una maternidad libre. Fue una figura emblemática en la defensa de los derechos reproductivos y la legalización del aborto. Publicó panfletos sobre el uso de métodos anticonceptivos, prohibidos en aquella época por las Leyes de Comstock. Sin embargo, su legado no está exento de controversias por sus conexiones con el movimiento eugenésico.
En la misma línea, Marie Stopes (1880-1958) fue la primera mujer doctorada en la Universidad de Manchester y defensora de los derechos de las mujeres. Publicó uno de los primeros manuales modernos que explicaban el uso de métodos anticonceptivos. En su libro Married Love (1918) hablaba sobre la sexualidad femenina, la exploración física y mental y la igualdad entre hombres y mujeres, hecho por el cual fue censurado. Pero su faceta combativa convivía con sus intenciones a favor de la eugenesia y de un ideal supremacista.
En el mundo de la realeza, Marie Bonaparte (1882-1962) fue una princesa francesa que rechazó el rol de sumisión femenina. Sintió curiosidad por su propio cuerpo y buscó respuestas para explicar el placer sexual femenino. Realizó estudios sobre la estimulación del clítoris y el orgasmo y en 1950 publicó su libro Sexualidad femenina. Es considerada una mujer revolucionaria y precursora de la investigación sexual, en una etapa en la que esta esfera seguía siendo muy patriarcal.
Hildegart Rodríguez Carballeira (1914-1933) era concebida como modelo de mujer del futuro. A los 11 años ya impartía conferencias sobre sexualidad y feminismo. Era defensora del aborto y de la educación libre. Destacaba su activismo en el movimiento por la emancipación de la mujer y fue elegida como secretaria de la ‘Liga Española para la Reforma Sexual’.
El logro de Miriam Menkin (1901-1992) al realizar la primera fertilización de un óvulo in vitro en 1944 marcaría el comienzo de una nueva era reproductiva. En este ámbito también destaca Jean Purdy (1946-1985), enfermera y embrióloga británica pionera en el tratamiento de la fertilidad. Ella fue la encargada de transferir el embrión en estado de blastómero al útero materno, pero tristemente su contribución jamás fue reconocida públicamente.
El libro El informe Hite (1976) es una obra clave del feminismo y la sexualidad. Cuenta la historia de Shere Hite (1942-2020), la mujer que se atrevió a preguntar lo que nadie había preguntado antes. Consiguió que 3 500 mujeres escribieran sobre sus experiencias sexuales. Desmintió uno de los grandes mitos de la sexualidad, que decía que la mayoría de mujeres solo podían alcanzar el orgasmo a través del coito. Su insistencia en que se escuchara a las mujeres fue innovadora, rompió tabúes y escandalizó al mundo heteronormativo.
Helen O’Conell (1962), especializada en urología, fue la primera mujer en describir la anatomía completa del clítoris, su vascularización e inervación. Sus investigaciones han estado centradas en el único órgano humano diseñado para el placer, mostrando cuál es la forma y el tamaño de cada uno de sus componentes.
La sexualidad femenina había estado encerrada en la vergüenza y el desconocimiento desde el principio de los tiempos, pero ellas rompieron con las normas establecidas, promoviendo una sexualidad más igualitaria y libre. Con sus discursos consiguieron que la diferencia sexual entre hombres y mujeres no fuera ignorada. Además, se negaron a aceptar la idea de que las mujeres solo debían complacer a los hombres y no experimentar placer.