Pionera en la observación de los cielos, y primera chilena en obtener el título de doctora en astrofísica, Gutiérrez se convirtió en un referente para las científicas que ven en ella la posibilidad de surgir y romper con los estereotipos de género que enfrentan. Precursora de la enseñanza de la astronomía a nivel nacional, antes de ella, esta disciplina se impartía dentro del programa de ingeniería. En un nuevo Mujeres Inolvidables, recordamos su valiosa trayectoria que inspira nuevas generaciones para desarrollarse en el camino de la ciencia.
Cien años de desarrollo científico en astronomía tenía Chile hasta la llegada de Carmen Adelina Gutiérrez Alonso, primera mujer registrada en la historia de esta disciplina. Nacida el 27 de mayo de 1925 en Santiago, demostró su vocación educativa al titularse inicialmente como profesora en física y matemática, en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile en 1948. Posteriormente, se desempeñó como profesora de ciencias en el Liceo Darío Salas y en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de la Universidad de Chile. En esta última institución, emprendió su carrera de investigadora a través del Observatorio Astronómico Nacional.
A fines de los 50, viajó a Indiana en Estados Unidos, donde obtuvo el doctorado en Astrofísica, convirtiéndose en la primera chilena en obtener este título.
Este hecho es muy significativo dado que logró consagrarse con la máxima distinción académica en un camino plagado de dificultades para las mujeres. La misma Adelina debió haber percibido esto como un gran logro, tal y como recuerda el menor de sus tres hijos, Alfredo Moreno: “Para mi mamá el hecho de haber tomado una opción poco común para el ambiente femenino la llenaba de orgullo”, afirmó.
Hasta la segunda mitad del siglo XX, los estudios de astronomía no contaban con un programa de formación específico. Los astrónomos locales provenían de las carreras de ingeniería o pedagogía en matemáticas. En esta línea, la astrónoma se dedicó a crear las primeras bases de este campo de estudio de manera especializada.
Sus primeros impulsos en la educación superior científica se dieron en su regreso a Chile, donde en colaboración de otros académicos, creó el programa de Licenciatura en Astronomía, y el Magíster en Astronomía en 1976, transformándose en la primera académica contratada por la facultad de ciencias en la Universidad de Chile.
Ella fue desde el principio la responsable de este programa de estudios, impartiendo infinidad de cursos, asignaturas, y gestionando la parte administrativa.
De este modo, el mérito de Adelina Gutiérrez no solo recae en ser la primera mujer formada en astronomía, sino que también, en ser pionera en este campo de investigación, ayudando a formar astrónomos para todo Chile.
“Fue la primera persona en enseñar astronomía de manera profesional en Chile. Antes de ella, se dictaban cursos con un sentido más práctico para agrimensores, más bien cosmografía, en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile de donde venía ella y todos los astrónomos de esa generación. Pero cuando ella regresó del doctorado […] se incorporó a hacer clases de astronomía propiamente tal”, afirmó el astrónomo Héctor Álvarez.
Su importante labor ha sido valorada por varias científicas chilenas reconocidas, como por ejemplo, por la Premio Nacional de Ciencias Exactas 2021, Mónica Rubio.
“No tenía referentes en ese momento, pero sí había leído con mucho interés los libros de Asimov. Luego me marcó mucho la doctora Adelina Gutiérrez, la única mujer en el Departamento de Astronomía, la única astrónoma que tenía un doctorado, el resto de los profesores no tenía estudios en el extranjero. Ella se dedicaba a un área que no me motivaba mucho, pero el hecho de que era mujer, madre de tres hijos, que había logrado sacar adelante su carrera, viajando al extranjero, en esa época fue muy pionera. Fue un gran estímulo”, afirmó para una entrevista del Ministerio de Ciencias.
Gutiérrez, fue pionera en fotometría fotoeléctrica de estrellas australes y autora de docenas de libros y manuales de estudio entre los que se encuentra “Observando los Astros: desarrollo de las técnicas de astrofísica” (1978), donde aborda cronológicamente, desde Galileo hasta la época de la autora, las técnicas de astronomía y astrofísica. Otro texto clave fue “Astrofísica general” coescrito con su marido, el científico Hugo Moreno. Este escrito surgió como una respuesta ante la falta de textos de estudio especializados en español para los alumnos de astronomía, particularmente de los grados superiores como Magíster.
En 1967 comenzó a trabajar junto al científico Moreno, en el recién inaugurado Observatorio de Cerro Tololo, y ese mismo año, sus logros la llevaron a ser nombrada como miembro de número en la Academia Chilena de Ciencias, convirtiéndose en la primera mujer en ser parte de dicha organización.
Adelina Gutiérrez realizó clases de astronomía durante la mayor parte de su vida, jubilándose a fines de 1987. Sin embargo, su legado ha sido una fuerte influencia para las mujeres de la ciencia. Es por esto que desde la Academia Chilena de Ciencias, con el fin de aumentar más espacios de reconocimiento, se otorga anualmente el “Premio Adelina Gutiérrez” a investigadoras menores de 40 años que destacan en el área de las ciencias naturales y exactas.
Este año fue galardonada la ingeniera y académica de la Facultad de Química y Farmacia, Paula Aguirre, quién en la instancia mencionó la relevancia de la astrónoma en su carrera.
“El nombre ya tiene un peso súper importante. Adelina Gutiérrez fue una excelente investigadora y que por supuesto es una forma de inspiración para mí, y espero también para otras investigadoras”, señaló.