En su homenaje, existe un reconocimiento para las mujeres destacadas en las áreas de ingeniería y en 2018 rebautizaron en su nombre la torre central de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile.
Justicia Acuña fue una destacada ingeniera chilena del siglo XX quien abrió las puertas a las mujeres al mundo de la ingeniería en el país. Egresada de la Universidad de Chile en 1919, comenzó a trabajar en la Empresa de Ferrocarriles del Estado, para más tarde avanzar hacia el Departamento de Vías y Obras, donde se jubilaría con 61 años.
Derribando las barreras del mundo académico y de las carreras de ingeniería, relegadas históricamente a los hombres, fue una destacada pionera en su campo, al titularse como ingeniera civil con su tesis de grado titulada “Proyecto de Resistencia de Materiales”.
Por esto, en un nuevo Mujeres Inolvidables, el especial semanal en donde destacamos las importantes hazañas de mujeres chilenas de la historia y el presente, visibilizamos su impacto en la época y repercusiones en el presente.
Nacida el 14 de enero de 1839, en el seno de una familia que la incentivó a una educación profesional, Justicia Espada Acuña Mena creció en un ambiente académico y de igualdad de género, que con el tiempo le ayudó a desarrollarse profesionalmente y romper con los estereotipos de la época.
Estudió en el Liceo de Aplicación de Santiago y posteriormente entró a la carrera de Pedagogía en Matemáticas en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. Sin embargo, al terminar el bachillerato decide profesionalizarse e ingresa a Ingeniería Civil en la misma casa de estudios, siendo así la primera y única mujer, en esa época, en entrar a ésta.
Tras titularse en 1919 como ingeniera civil, con su “Proyecto de Resistencia de Materiales” con la cual tuvo importantes avances en refuerzos de puentes metálicos, para que soportaran máquinas extranjeras más pesadas en el Viaducto del Malleco y del puente Ferroviario del Tinguiririca.
Es así como su vida laboral inició en la Empresa de Ferrocarriles del Estado, donde tenía el cargo de calculista de puentes, trabajo no fácil debido a los roles de género tan definidos en ese entonces, en donde se dudaba de las capacidades de ellas al ser consideradas estas labores masculinas.
En este trabajo estuvo durante toda su vida hasta jubilarse en 1954. También, fue parte del Instituto, donde se instauró un reconocimiento en su nombre en 1980, el premio “Justicia Acuña” que se otorga cada dos años a una mujer destacada del rubro. De igual forma, fue integrante del Colegio de Ingenieros por muchos años, en donde se le incluyó en la “Galería de Ingenieros Ilustres”.
Justicia se convirtió en la primera mujer en obtener el título académico de ingeniera civil en Chile y en Latinoamérica, siendo un símbolo de progreso femenino en el continente, inspirando a generaciones de mujeres a instruirse en esta formación académica.
En 2018 la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, a petición de los estudiantes y con autorización del consejo académico, rebautizó su torre central en el nombre de Justicia Acuña para homenajearla y conmemorarla.
En la actualidad las mujeres en carreras de ingeniería representan, según la fundadora y directora de Mujeres Ingenieras de Chile, Consuelo Fertilio, a solo un 28% en Chile. Sin embargo, Acuña sentó el precedente para que otras pudieran ingresar a este mundo y romper los estereotipos de género presentes aún en la sociedad.