En conjunto con otras feministas, se organizó para formar parte de las agrupaciones de mujeres que pedían la vuelta a la democracia durante la dictadura militar, de hecho llegó a ser directora de la Corporación de Desarrollo de la Mujer La Morada. De forma paralela a su activismo, Olea también se dedicó a promover la literatura que visibilizaba temas como las brechas de género y la sexualidad. En 1987 co-organizó el primer Congreso de Literatura Femenina en Santiago
Feminismo, diversidad y roles de género son algunos de los principales temas que la destacada escritora, activista y académica nacional, Raquel Olea ha abordado a lo largo de los años en sus libros.
Olea, además fue una parte activa durante la organización de mujeres en dictadura, llegando a formar parte de La Morada, agrupación histórica que desde el feminismo abrió espacios de acción política durante el régimen militar.
Por esto, en un nuevo Mujeres Inolvidables, el especial semanal en donde destacamos las importantes hazañas de mujeres chilenas de la historia y el presente, visibilizamos el impacto de la destacada escritora y activista que promovió la literatura escrita por mujeres y luchó por recuperar la democracia en el país , Raquel Olea.
Raquel Olea nació el 7 de mayo de 1944, vivió y creció la mayoría de su niñez en el sur de Chile, específicamente en la ciudad de Arauco. Sin embargo, cuando ella cumplió seis años, su familia decidió trasladarse a Santiago para acceder a una mejor educación.
Llegando a la capital, Olea continuó con sus estudios básicos y secundarios. En 1969 se matriculó para estudiar Letras en el Pedagógico de la Universidad de Chile donde se comenzó a desarrollar y potenciar su talento.
Su paso por la universidad, también comenzó a acercar a Raquel a temas relacionados con la emancipación de la mujer o al cuestionamiento de por qué había menos presencia femenina en puestos de trabajo, por ejemplo entre los docentes de su casa de estudios. ‘‘Había bastantes mujeres en el curso, profesoras no muchas. Puedo decir que todos los ramos importantes los hacían hombres’’, señaló Olea en una entrevista a Palabra Pública.
La escritora también conoció la organización política que se realizaba en la educación superior en esos años. Democracia Cristiana, Partido Comunista y otros, fueron los grupos a los cuales se acercó, sin embargo, militar nunca fue su prioridad.
Con la llegada del golpe de Estado, Raquel no tuvo la oportunidad de finalizar sus estudios, ya que por intervención de la junta se detuvieron las clases en la educación superior. Su pareja en ese entonces, fue exiliado a Alemania y ella decidió acompañarlo. En el extranjero, formó su familia, pero las ganas de continuar desarrollando sus estudios nunca cesaron.
Comenzó a asistir a la Universidad Goethe de Frankfurt, en principio Raquel no entendía el idioma, pero finalmente consiguió un doctorado en Lenguas Románticas.
Con el pasar del tiempo y siempre preocupada del escenario social que envolvía a su país natal, la escritora reunió a distintas mujeres exiliadas chilenas para formar un club de lectura. En este lugar, Raquel abordó principalmente literatura feminista y promovió el debate en torno a la figura socialmente aceptada de la mujer.
Normativas y roles de género, la división sexual del trabajo y el cuidado de los hijos, fueron algunos de los principales temas abordados por Raquel Olea en sus círculos de lectura.
En 1985, volvió a Chile y de inmediato comenzó participar en agrupaciones civiles ligadas con el feminismo. Por ejemplo, formó parte de la Corporación de Desarrollo de la Mujer La Morada, organización fundada por las destacadas activistas, Julieta Kirkwood y Margarita Pisano. Raquel Olea llegó a ser directora de la corporación
La Morada tenía como principal objetivo ser un espacio abierto para la acción política y el encuentro de las mujeres en el contexto de la dictadura militar. Desarrollaron diversos talleres, charlas, debates y encuentros. Además, crearon la primera biblioteca en el país especializada en temáticas feministas, la que fue incendiada durante el régimen.
La organización también fundó Radio Tierra, la primera radio feminista autogestionada y operada solamente por mujeres. En este medio de comunicación, Olea participó activamente e incluso tuvo su propio programa.
Paralelamente a su trabajo como activista, también continuó desarrollando su otra pasión: la escritura. En 1987 co-organizó el primer Congreso de Literatura Femenina en Santiago, este espacio contó con exposiciones y mesas de discusión sobre crítica literaria y teoría feminista, literatura y patriarcado, estrategias del discurso femenino, poesía y narrativa latinoamericana, entre otros.
Actualmente, Raquel Olea cuenta con más de 7 libros publicados, en los cuales aborda temas como la literatura femenina, diversidad, sexualidad, etc. Además, se ha desarrollado como académica y ha sido invitada a diversas universidades nacionales e internacionales por su destacada carrera.