Según señaló la tatuadora Paula Batista, la extirpación de las mamas para las mujeres suele tener un alto impacto emocional, el que se suma al ya experimentado por ellas a lo largo de la enfermedad. Por esta razón, los tatuajes oncológicos son una forma de empoderar a las pacientes y reconstruir su amor propio.
A menudo, mujeres con cáncer de mama deben someterse a una mastectomía, intervención quirúrgica donde en la mayoría de los casos se extirpa la mama de manera completa. Este procedimiento puede causar daño en la autoestima de las pacientes, la cual ya viene debilitada por la patología.
Ante esta situación es que una nueva técnica ha surgido poco a poco en nuestro país, se trata de los tatuajes paramédicos oncológicos. El procedimiento consiste en lograr recrear una areola en la mama lo más similar y natural posible.
“La mujer está muy poco abrazada en el minuto que le dicen que tiene cáncer de mama. El tatuaje oncológico no es solamente un tema de pezón y/o aréola debido a la mastectomía, también llegan por labios, cejas, cicatrices, alopecia”, aseguró la tatuadora y exponente nacional de reconstrucción oncológica, Paula Batista.
Según explicó la profesional, los senos se tienden a relacionar a la maternidad, la estética, la sexualidad y la feminidad, por eso, la extirpación de estos suele tener un impacto profundo en la autoimagen personal, así como también genera un cambio profundo a nivel emocional.
Por lo tanto, el procedimiento de tatuaje oncológico es una forma efectiva para que las mujeres vuelvan a sentirse seguras y desarrollen una percepción positiva de ellas mismas. “Se empoderan de y reconstruyen su autoestima», señaló Batista.
Cabe señalar que la diferencia de esta práctica relacionada con la micropigmentación (mayormente implementada por tatuadores en Chile) es que el tatuaje dura toda la vida.
De hecho, La micropigmentación no es para pieles fragilizadas, ya que dura mucho menos, incluso semanas y/o meses. En el caso del tatuaje paramédico oncológico se utilizan insumos especiales para estas pieles que el mismo cuerpo retiene.
Sin embargo, la tatuadora señaló que a pesar de que esta práctica está normada, no se reconoce como tal. Por lo tanto, las mismas mujeres deben costear este tipo de reconstrucción.
“En nuestro país el tatuaje paramédico oncológico no existe como tal, se reconoce solo como micropigmentación y es regulado como tatuajes profesionales. Lamentablemente, no está dentro de los planes de salud y se debe pagar del bolsillo de cada paciente, ya que se considera como reconstrucción estética y no reconstrucción por cáncer”, sostuvo Batista.
Paula Batista, aparte de desempeñarse como tatuadora, también se dedica a crear conciencia sobre el cáncer de mama. Cabe destacar que el 70% de los casos relacionados con la patología se da en mujeres que no tienen ningún factor genético o de riesgo.
La decisión de Batista por dedicarse a informar sobre la enfermedad, se debe a que ella misma tuvo una experiencia cercana con el cáncer. Según contó la profesional, utilizando el dispositivo Palpa pudo reconocer una anomalía en su pecho, lo que la llevó a consultar de forma temprana con un profesional de salud.“Se te pasan por la cabeza muchas cosas, uno nunca piensa que le puede tocar. En mi caso tuve suerte que no fuera nada grave porque llegué a tiempo”.
Palpa es un objeto que simula ser una mama y de esa forma, enseñar a las usuarias cómo realizar el examen preventivo de cáncer.