La artista chilena estrenó hace unas semanas «La batalla», su tercer álbum, el que cuenta con colaboraciones de importantes cantantes nacionales y latinoamericanas: Flor de Rap, Lido Pimienta y la Incomparable Cecilia suman sus voces.
Volver a Chile luego de ocho años de estar radicada en México, no fue para nada fácil. Mariel Mariel, la cantante chilena que a través de su flow latino trae «La Batalla», un álbum de 12 canciones que forman una fiesta de ritmos urbanos, sonidos afro y andinos, preparados para conformar cada una de las luchas y empoderar.
En un principio el disco iba por otra corriente, otro flow, menciona Mariel Mariel, sin embargo, el volver a su país de nacimiento, el fallecimiento de su abuela, ser madre, la movilización feminista, el estallido social y la pandemia, redirigeron el propósito del albúm, el que demoró cinco años en estar listo.
“No podía soltar ningún capítulo de las cosas que iban pasando y por eso se tornó una batalla ante un clima desafiante, una analogía con mi vida. Simplemente mi trabajo como mujer, como artista independiente, querer hacer algo que a veces no es tan reconocido ni considerado y cómo perseverar para lograrlo, es una batalla. Es un disco de poder, de acompañamiento a enfrentar las cosas y de buscar sabiduría en base a la intuición,” explica la cantante.
Son «las luchas» las que marcan los 42 minutos de álbum, el que además presenta las participaciones de Flor de Rap, Lido Pimienta y Cecilia. Colaboraciones que aportaron desde cada una de sus veredas, desde sus sentimientos y sus recursos. Colaboraciones con rimas de rap fulminantes y otras que ponen a la sabiduría ancestral de las mujeres en el epicentro.
La primera de ellas fue “Sacar los tambores”, en donde a la voz de Mariel Mariel se le une la Incomparable Cecilia. La grabación de esta canción fue en el living de la casa de la ícono de la música popular chilena. Sintiendo y escuchando distintos ritmos, crearon un mantra, menciona Mariel, en el que Cecilia improvisa y hace un llamado a las mujeres, a las amigas, a sacar los tambores y prepararse para la batalla.
“Fue muy hermoso porque ella tiene ahí sus herramientas, una sabe cómo domina los ritmos y cómo muestra lo suyo. Siento que las colaboraciones del disco quedaron muy de las mujeres, muy de nuestros mensajes, que nos conectan en estos tiempos y que son bien representativos, es un orgullo”, afirma la cantante.
Bajo la producción ejecutiva de Martina Valladares, a este disco lleno de ritmos latinos, urbanos y afros, se le suma el videoclip de la última canción que lleva el mismo nombre. El video de “La Batalla”, dirigido por Felipe Gonzanava, presenta a Mariel Mariel en el puerto de Valparaíso, entre beats trivales, edificios históricos e imponentes, el comercio y una bolsa matutera en la mano.
“Está que estalla, se viene la batalla” canta la artista nacional. «Una crítica al contraste de los edificios institucionales del centro histórico de Valparaíso, que simbolizan cargas de poder que las propias personas han ido construyendo, con los transeúntes que circulan con sus bolsas matuteras», señala.
Un videoclip en el que converge el comercio ambulante, la migración y los territorios en los que las personas se desplazan con sus bolsas, las que no solo están cargadas de objetos, sino que de ideas, pensamientos y sueños, expone Mariel, curiosa por lo que cada persona lleva, tal como lo presenta en la portada del álbum.
“El video invita a pensar todo eso, a finalmente habitar las calles y preguntarnos cómo queremos compartir los territorios, cómo queremos construir los códigos de respeto y de diferencia entre nosotros. Esas son las batallas por estos días y está clara cuál es nuestra batalla. Cambiar la historia”, sostiene la cantante.
Su próximo show es el 1 octubre, en el Festival Arte y Memoria Víctor Jara, que se realizará en el estadio que lleva el nombre del cantautor chileno, luego de su versión online en 2021, donde también fue invitada. En este festival estará compartiendo escenario con otras artistas como Flor de Rap, Ángela Acuña, Magdalena Matthey y bandas como Illapu, Inti Illimani, Quilapayún, entre otros.