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Perspectiva de género en la investigación académica: ‘‘Hemos vivido un lento, pero continuado proceso de transformación’’ BRAGA

Perspectiva de género en la investigación académica: ‘‘Hemos vivido un lento, pero continuado proceso de transformación’’

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Javiera Bruna
Por : Javiera Bruna Fonoaudióloga y Comunicadora
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La académica española María José Rodríguez, especialista en transversalización de la perspectiva de género en la gestión universitaria, conversó con El Mostrador Braga en el contexto de una serie de cursos que impartió en Chile, para compartir la experiencia europea sobre la inclusión de la perspectiva de género en el contenido de la investigación académica. Al respecto, Rodríguez expresó que, “la incorporación de las perspectivas de género en la investigación ha demostrado el enorme potencial para el avance en áreas del conocimiento y además han demostrado cómo este precipita y cataliza procesos de transformación social”.


“El mayo feminista chileno consiguió que las instituciones consideraran las demandas feministas, estos temas nunca son considerados si no hay elementos que la empujan y eso es una elección fantástica”, expresa la doctora en sociología y vicerrectora de la Universidad de Alicante, María José Rodríguez.

La investigadora estuvo de visita en Chile impartiendo una serie de cursos que buscan educar sobre la inclusión de la dimensión sexo/género en el contenido de la investigación. “El cuestionamiento sobre las políticas de género en la Institución universitaria se remonta a la década de los 80 del siglo pasado a nivel global y teniendo esta perspectiva de cuarenta años yo diría que hemos vivido un lento, pero continuado proceso de transformación”, comentó.

Género e investigación

En la actualidad, diversas universidades, entre ellas la universidad Autónoma de Chile,  se encuentra generando una línea de investigación en cuanto al desarrollo de competencias en materia de género, que busca evidenciar que, independientemente del área de conocimiento, todas las investigaciones pueden considerar la dimensión de género, promoviendo una ciencia rigurosa que fomente contenidos tan contingentes relacionados con todas las áreas.

“Incluir políticas de igualdad mejora el rendimiento de la institución o el ámbito en que se aplica y de esto hay muchísima evidencia”, expresa la académica, quien estuvo a cargo de impartir esta formación en Chile.

Según detalla, incluir la visión de género transversalmente en la investigación traería solo beneficios. “Tiene una doble finalidad; mejorar el propio sistema científico y catalizar procesos de cambio”.

Rodríguez, además, ha sido espectadora de un continuo proceso de cambio social y conoce muy de cerca el movimiento feminista universitario en Chile. “En primer lugar mejora la ciencia, yo soy científica y espero de mí y de mi comunidad hacer la mejor ciencia posible, y además transforma la sociedad en que vivimos y la ciencia con perspectiva de género mejora la vida y los contextos donde desarrollamos nuestras aspiraciones, nuestros anhelos, nuestros deseos”, asegura.

Entrando en materia, la académica explica que este proceso de inclusión “ha implicado en un primer momento sumar a más mujeres a la ciencia, en un segundo momento en diagnosticar las asimetrías sexistas dentro de la institución, como los cargos de poder dentro de ella o las asimetrías salariales y finalmente el análisis que involucra incluir el enfoque de género en el contenido de la investigación”.

Por lo tanto, para ella no se trata únicamente de incluir en la estructura de las instituciones, sino también de producir conocimiento. En ese sentido, la académica detalla que, “sería fantástico que en este momento observaran por una mirilla las mujeres pioneras del feminismo, que empezaron a decir que el conocimiento no es neutro, está excluyendo, discriminando y no contribuye a avanzar en la sociedad ni en las democracias, sería fantástico que vieran que este proceso está cuajando”.

Resistencias al cambio

Pese a sus beneficios, el proceso no ha sido fácil. La académica hizo referencia a una serie de sesgos inconscientes que han demorado la apertura a esta nueva visión. “Todo es un proceso de cambio cultural. Cuando hablamos de cualquier tipo de discriminación, la contraparte es mantener los privilegios que te has ganado porque culturalmente así se ha establecido, no por un mérito o por alguna capacidad excepcional. Esto genera mucha resistencia, sobre todo cuando hablamos de sesgos de género”. Con esto puso un ejemplo paradigmático sobre sesgos inconscientes de género en la academia “El efecto John y Jenifer”:

“Se hizo una investigación donde el mismo curriculum fue firmado por el nombre de una mujer, Jenifer y el nombre de un hombre, John. Este documento fue enviado a distintas universidades del este y del oeste norteamericanas y se les pidió que lo evaluaran con base en una serie de términos y que determinara qué retribución económica debían recibir para el cargo de dirección de un laboratorio. Sorprendentemente, encontraron que frente al mismo curriculum, en todos los criterios que tenían que evaluar, destacaban al firmado por un hombre y no solamente eso, sino que los científicos consideraron que la retribución económica que debería recibir era un 20% superior”, relata.

Para Rodríguez ejemplos como este únicamente dejan ver los privilegios inconscientes que existen en espacios de generación del conocimiento, “es necesario pasar un proceso de reseteo personal, es cuestionarnos a nosotros mismos. Las resistencias pasan por los sexismos interiorizados y la academia no es la excepción”.

Experiencias de cambio

Afortunadamente, las políticas públicas europeas han avanzado en este aspecto, “en Europa este proceso ha terminado de cuajar cuando en la convocatoria de la comisión europea aprobada el año pasado en donde se aprueban los fondos destinados a la investigación en Europa por primera vez se exige que para que un proyecto sea financiado incluya la perspectiva de género en el contenido de la investigación, en todas las áreas del conocimiento”.

Su acercamiento con estos avances es justamente uno de los motivos de su visita a Chile, “eso es lo que está haciendo el INES de género de la Universidad Autónoma y por eso me han invitado”, comenta.

En esta línea, aconseja que, para poder incluir las perspectivas de género en la investigación académica en toda su extensión hasta generar el cambio de paradigma, “lo primero es desmitificar que hablar de la inclusión de las perspectivas de género es lo mismo que hablar de estudios de género”, asegura, “es un campo fantástico multidisciplinar que tiene como objeto central considerar desde distintas miradas disciplinares los estudios de género y como parte del proceso conocer las experiencias de las académicas, de las académicas LGBTI, del colectivo de estudiantes con disidencias y que formen parte del diseño y generar redes, generar sinergias que muchas veces coadyuban a que la institución cambie”.

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