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Prevención de VIH e ITS con perspectiva de género: ‘‘Apuntamos a que la educación sexual sea un derecho humano” BRAGA Créditos: Agencia Uno

Prevención de VIH e ITS con perspectiva de género: ‘‘Apuntamos a que la educación sexual sea un derecho humano”

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Valentina Paredes
Por : Valentina Paredes Periodista en El Mostrador Braga
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Actualmente, ocho de las diez secciones de la División de Prevención y Control de Enfermedades del Ministerio de Salud cuentan con mujeres a su cabeza, entre ellas, la matrona y jefa del Departamento de Control y Prevención VIH e ITS, Katiuska Rojas. En conversación con el Mostrador Braga, Rojas explica las nuevas -pero esperadas- campañas de prevención y promoción de sexo seguro en centros de educación. Por otro lado, también aborda el choque intergeneracional dentro de la cartera, el que complica la incorporación por completo de la perspectiva de género en los nuevos protocolos y normativas que se buscan implementar. ‘‘Hay que reconocer los avances y los logros que se han hecho anteriormente, pero también reconocer que muchas veces se generan resistencia a los cambios y tiene que ver con estos nuevos paradigmas, con las nuevas formas de hacer las cosas’’.


El gobierno feminista y la transversalización de la perspectiva de género en los distintos espacios del Estado, es una de las promesas que más expectativas ha causado en la ciudadanía. Este anuncio del presidente Gabriel Boric, va tomando forma en algunas oficinas y servicios. 

Uno de los departamentos que se encuentra en ese trabajo es el de Control y Prevención VIH e Infecciones de Transmisión Sexual (ITS). Este espacio tiene como fin disminuir la morbilidad, mortalidad, transmisión y discriminación de personas con alguna patología de carácter sexual. 

Según destaca en conversación con el Mostrador Braga, la matrona y jefa del Departamento de Control y Prevención VIH e ITS, Katiuska Rojas, durante estos primeros meses la misión de este lugar ha sido focalizar el abordaje de las patologías a través de la perspectiva de género y nuevas estrategias territoriales para acercar la educación sexual a sectores más vulnerables. 

‘‘Se invisibiliza muchas veces a esas dueñas de casa, que adquieren VIH o ITS de sus parejas. Así también tenemos mujeres jóvenes y adultas mayores, vinculadas a situaciones de violencia. Por ejemplo, que han sido víctimas de adquirir este virus sin su consentimiento en el caso de abusos o de violaciones’’, señala Rojas. 

‘‘Poder trabajar desde esa perspectiva y visibilizar, por ejemplo, a las mujeres que tienen sexo con otras mujeres, generar prevención con otros métodos de barrera, que no sean solamente el condón interno o el externo, u otras formas que estamos hoy día explorando’’, explica la matrona. 

Campañas focalizadas

Una de las primeras campañas que se han impulsado desde el departamento, es el convenio entre el Ministerio de Salud y Educación, que persigue la promoción del sexo seguro en estudiantes universitarios/as. 

La iniciativa propone que diversas casas de estudio adhieran al convenio para así implementar en sus espacios dispensadores de condones internos y externos, lubricantes y otros dispositivos que previenen las prácticas sexuales no seguras. 

‘‘Esperamos que de aquí a diciembre existan ya 50 instituciones de educación superior con sus dispensadores instalados, además acompañado de eso está la estrategia del programa educativo para una educación sexual con enfoque de género’’, señala Katiuska Rojas. 

Sin embargo, el mayor desafío de la campaña se centra en los centros de estudio que decidan adherirse al convenio, ya que según explica la matrona, esto es opcional. Por ejemplo, la Pontificia Universidad Católica de Chile hasta la fecha no ha solicitado dispensadores de condones. 

En esa línea, es necesario recordar que esta medida no es una novedad, sino algo que desde hace tiempo se busca implementar, pero que -principalmente- debido a la poca intención política se ha pospuesto. Durante el año 2018 se reveló un aumento de portadores de VIH, siendo el grupo de riesgo entre los 15 y 24 años, y el inicio de la actividad sexual en 16 años promedio. 

Bajo tal contexto, el entonces ministro de Educación, Gerardo Varela fue cuestionado sobre la poca intención de entregar condones en establecimientos educacionales e integrar programas de educación sexual integral. 

«Soy bastante liberal en esto, a mis niños los he educado sin abejitas. De hecho les he ido a comprar (condones) porque no se atreven cuando chicos», relató en una entrevista con Radio Universo. ‘‘¿Por qué la diferencia entre sus hijos y los estudiantes?’’ le preguntó el periodista: «Pero es que mis hijos son unos campeones, necesitan más de tres parece», expresó Varela.

«Uno con sus hijos tiene ciertos niveles de libertad y responsabilidad que no tiene con los niños ajenos, yo no le puedo decir a usted como tiene que educar a los suyos. Tengo que tener cuidado en esto y ver cuál es la mejor política pública en este tema. No es solo educación, tiene que ver también con salud», concluyó.

Por otro lado, la matrona y jefa del departamento, adelanta la implementación de medidas de prevención de VIH e ITS a través de los municipios. Acción que se espera aborde las diferencias que existen entre grupos socioeconómicos en cuanto al acceso a educación sexual integral. 

‘‘Queremos llegar cuando se inician las distintas prácticas sexuales, antes de la infección. Y que no solamente esté dirigido a hombres bisexuales o gays, sino que apuntamos a que la educación sexual sea un derecho humano y no sea solo entregado en sectores con más recursos’’, señala Rojas. 

Resistencia al cambio

Según explica Katiuska Rojas, estas nuevas estrategias no vienen solamente desde una mirada biomédica y estrictamente técnica, sino que desde el departamento pretenden que las formas de prevenir y abordar el VIH e ITS sean inclusivas y con componentes feministas. 

‘‘Es muy importante el acompañamiento de la educación sexual con un enfoque de género respetuoso, lo que significa generar relaciones interpersonales y mejorar las prácticas sexuales seguras’’, señala. 

Sin embargo, estas nuevas miradas y liderazgos se han cruzado con otras que por años se vieron ligados a espacios más conservadores respecto a la perspectiva de género. 

‘‘Este choque transicional intergeneracional ha generado complicaciones, y no por una mala intención de los equipos. Hay que reconocer los avances y los logros que se han hecho anteriormente, pero también reconocer que muchas veces se generan resistencia a los cambios y tiene que ver con estos nuevos paradigmas, con las nuevas formas de hacer las cosas’’, sostiene la matrona. 

‘‘Estamos haciendo cambios internos en los documentos normativos, los reglamentos, los protocolos. Cuesta mucho incorporar el componente de género desde el lenguaje hasta los conceptos mismos’’, agrega. 

En la misma línea, destaca la incorporación de jefaturas de mujeres jóvenes y feministas a los espacios institucionales, actualmente ocho de los diez departamentos de la División de Prevención y Control de Enfermedades del Ministerio de Salud cuentan con mujeres a su cabeza. Entre ellas, Rojas quien tiene trayectoria en la defensa de los derechos sexuales y reproductivos desde las organizaciones civiles. 

Sin embargo, dado estas experiencias y con el choque anteriormente descrito que se vive dentro de la institucionalidad, lo que es provocado principalmente por la novedad que significa finalmente integrar la perspectiva de género a las políticas públicas, el escenario para las jefaturas no ha sido fácil. 

‘‘Ha sido complejo para las feministas porque hemos tenido que también de alguna forma entrar en espacios, que muchas veces han tenido ciertas formas de relacionarse, que tienden a ser un poco agresivas y sobre todo en una población que históricamente ha estado muy dañada y que entiende que esa es la forma de relacionarse’’, finaliza.

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