Publicidad
La prostitución, una actividad «legal de facto» y normalizada en internet BRAGA Créditos: Fernando Villar/Efe

La prostitución, una actividad «legal de facto» y normalizada en internet

Publicidad

Aunque no se conocen cifras absolutas del número de demandantes de prostitución, diversas encuestas indican que pueden ser entre el 4 y el 10 % de los hombres, de entre 20 y 55 años. Son mayoría los varones que viven solos y están separados o divorciados; poseen una visión «segregadora y machista» de la mujer; y consumen con frecuencia pornografía.


Machista, con actitud patriarcal y consumidor frecuente de pornografía son algunos de los rasgos del demandante de prostitución, actividad que en la última década ha experimentado una transformación digital profunda y que en España puede considerarse «legal de facto», por la normalización de su presencia en internet.

Así lo pone de manifiesto en una entrevista con EFE el catedrático de Sociología en la Universidad de Valencia Antonio Ariño, quien en su libro «La prostitución en la Comunidad Valenciana» (Tirant Lo Blanch) propone una mirada sociológica a este fenómeno y analiza las características propias de una «institución histórica de larguísima duración» y sustentada en buena medida en mujeres víctimas de trata.

Aunque la publicación no hace referencia concreta a la reciente ley de solo sí es sí, que considera ilícita la publicidad que promueva la prostitución, Ariño indica que están estudiando su impacto en el descenso o desaparición de algunos de los servicios que ofrecen las distintas plataformas a través de internet.

A su juicio, la prostitución en España podría calificarse como una práctica «alegal», pero en internet, donde hay una «desinhibición del lenguaje» y un «avance en la cosificación de los cuerpos sin el menor autocontrol y autorregulación», se convierte en un fenómeno «normal y tolerado», lo que se traduce en una «legalización práctica».

La prostitución, una actividad "legal de facto" y normalizada en internet

Imagen de 2021 de una concentración del colectivo de trabajadoras sexuales bajo el lema «Nada sobre putas sin las putas». Créditos: Rodrigo Jiménez

Transformación digital

En los últimos diez años, según Ariño, la prostitución ha sufrido una transformación profunda ante la generalización de los teléfonos inteligentes y la ubicuidad del acceso a internet, con nuevas formas de organización en torno a plataformas que la ha hecho más móvil y dispersa pero, sobre todo, «más invisible y más normalizada».

«Se ha multiplicado y crecido exponencialmente en internet», afirma el catedrático de Sociología, que explica que en esa migración se ha observado una reducción importante de la prostitución a pie de calle, un desplazamientos a pisos -con mayor dispersión en la ciudad- y una gran movilidad de las mujeres.

Las plataformas digitales permiten desarrollar de un forma extensa la mercadotecnia digital y, además, generan nuevas experiencias, como la emisión de directos en la red («webcamming») o la creación de foros de demandantes.

El análisis de webs y plataformas ha permitido a Ariño confeccionar mapas de anuncios, pisos, clubes y agentes por toda España, así como de los servicios que ofrecen, y comprobar el «carácter mercantilizador, machista y agresivo en muchas ocasiones, que aproxima prostitución y pornografía».

Durante la pandemia, señala, hubo una «diversidad de estrategias» para eludir los controles y, aunque los clubes tuvieron que cerrar, «o abrieron de forma intermitente», la práctica de la prostitución en los pisos no se pudo controlar y «se mantuvo contacto físico y sin protección» frente al coronavirus.

La prostitución, una actividad "legal de facto" y normalizada en internet

La prostitución ha sufrido una transformación ante la generalización de los teléfonos inteligentes y la ubicuidad del acceso a internet. Créditos: Sascha Steinbach.

Los demandantes de la prostitución

Aunque no se conocen cifras absolutas del número de demandantes de prostitución, diversas encuestas indican que pueden ser entre el 4 y el 10 % de los hombres, de entre 20 y 55 años.

Son mayoría los varones que viven solos y están separados o divorciados; poseen una visión «segregadora y machista» de la mujer; y consumen con frecuencia pornografía.

Otro de los datos incluidos en el estudio, y en el que Ariño señala que le gustaría profundizar porque el tamaño muestral es pequeño, es el de la orientación ideológica; en el caso de la política la mayoría de los demandantes es de extrema izquierda, y en la religiosa, los valores más altos de demanda se dan entre los creyentes no practicantes.

Mujeres sometidas y explotadas

Aunque tampoco se dispone de cifras absolutas sobre las mujeres prostituidas, se estima que en la Comunidad Valenciana podrían ser entre 10.000 y 13.000, en su mayoría de entre 25 y 34 años, claramente inferior a la de los demandantes, y un número importante víctimas de trata de países como Nigeria, Rumanía o Colombia.

Ariño subraya que desde que comenzó la guerra de Ucrania han observado a través de internet un «cierto incremento» de mujeres procedentes de ese país que son prostituidas porque, afirma, «todas las situaciones de necesidad extrema son aprovechadas por gente sin escrúpulos».

Las mujeres en situación de prostitución ocupan posiciones subordinadas e inferiores, proceden de entornos pobres y vulnerables y cuando no son víctimas de trata, suelen verse empujadas por la necesidad de un medio de subsistencia económica. «Abarca desde fenómenos de nivel social más bajo hasta la prostitución de lujo», añade.

Posibles soluciones a la prostitución

Para Ariño, «no hay fórmulas mágicas». «No las hay para casi ningún fenómeno social y menos para uno como éste, que es extraordinariamente complejo», señala este catedrático, que reclama tanto reformas legislativas como actuaciones policiales.
El Congreso tramita una proposición de ley del PSOE que busca caminar hacia la abolición de la prostitución penalizando todo tipo de proxenetismo y multando a los consumidores.

En la Comunidad Valenciana, además de ordenanzas municipales que ya imponen sanciones, la Generalitat ha propuesto en esa línea una serie de modificaciones normativas para sancionar la demanda de prostitución y a todo aquel que se beneficie de ella, y trabaja para que se lleven a cabo medidas de apoyo a las mujeres víctimas.

«Si alguien piensa que una ley abolicionista lo resuelve en un plis plas, que se vaya a Francia y vea que en 2016 se aplicó una ley abolicionista y no se ha abolido. Si alguien piensa que esto se resuelve legalizándola, que se vaya a Alemania o Amsterdam y verá que no», asevera Ariño.

«¿Qué alternativa se va a ofrecer a estas mujeres que proceden de la trata, no tienen documentación y les han obligado a contraer una deuda?», se pregunta.

«Hay que rescatarlas y liberarlas de estas mafias, facilitarles vivienda e introducirlas en un proceso de formación para que puedan encontrar un trabajo que ellas entiendan que es digno y les permite llevar una vida autónoma».

Publicidad

Tendencias