Desde el año 2013, la activista se dedica a concientizar sobre el cambio climático entre comunidades estudiantiles y sociales de Ovalle y alrededores de la mano de la Fundación Un alto en el desierto, donde se desempeña como directora ejecutiva. Desde la agrupación, se dedica a acercar y crear prácticas innovadoras para el desarrollo de soluciones que mitiguen la escasez hídrica, que se estima podrá alcanzar un 50% en las zonas centro y norte del país.
Según el Informe Anual de Medio Ambiente del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), se proyecta que durante los próximos años la crisis hídrica irá en aumento a lo largo del territorio. De hecho, en las zonas centro y norte del país ya se produjo una caída de entre 13% y 37% de disponibilidad de agua en las últimas tres décadas y se estima podría llegar hasta un 50%.
Esta preocupante situación fue la que motivó hace diez años a Natalia Rebolledo a impulsar causas de acción para combatir y mitigar la crisis hídrica en el norte del país. La activista, que es administradora pública de profesión, actualmente es directora ejecutiva de la Fundación Un alto en el desierto.
Desde la organización, Rebolledo se dedica a crear y difundir entre las personas herramientas concretas y efectivas para el reciclaje del agua. Esto, a la vez que se encarga de acercar la educación ambiental a todos y todas.
Por esto, en un nuevo Mujeres Inolvidables, el especial semanal en donde destacamos las importantes hazañas de mujeres chilenas de la historia y el presente, visibilizamos el impacto de la activista por el agua, Natalia Rebolledo, por su aporte a la concientización sobre la crisis hídrica y la creación de herramientas para enfrentar tal problemática.
Natalia durante al menos diez años se desarrolló en el sector público, allí trabajó en el Ministerio de Vivienda y el Fondo Nacional de Salud. Durante ese tiempo también desarrolló experiencia sobre la gestión y uso de agua.
Sin embargo, el año 2013 se acercó a la realidad del norte de Chile, conociendo así la crisis hídrica que afecta a la comunidad. En ese viaje, se dio cuenta de la ausencia de soluciones y herramientas concretas para mitigar esta problemática.
De esa forma, junto a un proyecto de recicladores de agua de la ciudad de Ovalle, formó la fundación Un alto en el desierto, organización sin fines de lucro que tiene como fin apoyar a personas, organizaciones y comunidades para desarrollar estrategias y adaptarse a la escasez hídrica.
Los principales ejes de la fundación son la educación ambiental, la innovación y el desarrollo de soluciones hídricas de bajo presupuesto adaptadas a los territorios.
“Nuestro mayor desafío es impactar en los hábitos de las personas. Cambiarlos en torno a la eficiencia hídrica, que sean duraderos y se vaya innovando de forma práctica y sencilla. Es increíble, pero en comunas donde existen decretos de escasez, se sigue regando a las tres de la tarde con agua potable e invirtiendo mucho dinero en camiones aljibe. Queremos incidir en soluciones de más largo plazo”, señaló Rebolledo a Mujer Impacta.
Entre las principales acciones de la fundación que preside Natalia, se encuentra el Programa de Educación Hídrico Ambiental, destinado a desarrollar aprendizajes sobre la escasez de agua y preparar a comunidades escolares de la Región de Coquimbo para que las y los estudiantes conozcan sobre esta temática.
A finales de 2019, el programa logró instalar sistemas de cosecha de aguas lluvias y reciclaje de aguas grises en más de 25 escuelas de la cuarta región. Además, realizaron más de 300 talleres hídricos ambientales donde los y las alumnas pudieron desarrollar investigaciones científicas.
Estos avances en relación con la preservación y reciclaje del agua, llevó a Natalia a ser reconocida por la Fundación Mujer Impacta el año 2020, debido a su iniciativa que se calcula ha ayudado a más de 20.000 personas.
La fundación también fue parte de la discusión de la Ley 21.075, de reutilización de aguas grises, que se promulgó el año 2018. Aunque Rebolledo valoró la legislación, la activista recalcó la urgencia de que se agilice el reglamento, la norma para que se incentive a la población a reciclar el agua. “Estamos en momentos claves, si no tomamos las riendas ahora, las consecuencias pueden ser fatales”, dijo a Mujer Impacta.