Frecuentemente, el sexo se puede asociar al amor. Es algo fácil, rápido, sencillo, tienes relaciones con una persona y la liberación de hormonas, el ego, la satisfacción sexual puede producir una sensación de enamoramiento que te mantiene embelesada/o durante un día, o incluso más. La sensación funciona de maravilla y el amor se mantiene en el aire.
¡Todos/as lo hemos vivido! y, si no te ha pasado aún, deberías vivirlo. Esa sensación de enamoramiento fugaz y exquisito, que invita a ver nuevamente a una persona, esa seducción lograda en una noche con caricias, sexo, alcohol (probablemente) y conversación, derivan inevitablemente en aquello que luego de varios años he decidido llamar: Síndrome de Enamoramiento Post Coital (SEPC) ¡Asumámoslo! Es un síndrome. Quizás por eso la gente espera tres días para volver a comunicarse o, quizás, porque alguna película lo estableció, pero volvamos un poco más a la situación.
El amor es más complejo que una buena noche, pero la sensación de que todo va perfecto y de que el amor de tu vida existe, es real y, prácticamente, inevitable. Más allá de la oxitocina, dopamina, serotonina y las diversas hormonas o funcionalidades que tiene el sexo, podríamos cuestionar el hecho de que algo que solo ocurrió en unas horas sea algo tan concreto o real, es más podría ser una sensación efímera con señales evidentes.
Síndrome, según la Rae, es el “conjunto de síntomas característicos de una enfermedad o un estado determinado”, en este caso sería el ánimo el que se vería alterado por la excitación y liberación hormonal que nos conducen a esa falsa realidad de enamoramiento, de liviandad, de fascinación por un otro/a, pero ¿hay algo de realidad duradera en esa sensación?
No voy a responder a esa pregunta. Para qué quitar el entusiasmo de la lectoría si podemos llegar más allá. Eso sí, debo advertir que el SEPC debe ser tratado con cautela y para comprobar el síndrome se deben esperar 24 horas, o un poco más, antes de pensar en la próxima cita.
[cita tipo=»destaque»] El amor es más complejo que una buena noche, pero la sensación de que todo va perfecto y de que el amor de tu vida existe, es real y, prácticamente, inevitable. Más allá de la oxitocina, dopamina, serotonina y las diversas hormonas o funcionalidades que tiene el sexo, podríamos cuestionar el hecho de que algo que solo ocurrió en unas horas sea algo tan concreto o real, es más podría ser una sensación efímera con señales evidentes. [/cita]
Ahora bien, conversando al respecto con un amigo, llegamos a la conclusión de que en realidad, esto no solo se aplica al sexo casual (o permanente), sino que también a otras actividades vinculadas a un otro/a. Dejo acá un listado para que puedan seguir profundizando en tan interesante situación: