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Enamorarse en una noche Yo opino

Enamorarse en una noche

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Elisa Massardo Parancán
Por : Elisa Massardo Parancán Licenciada en Historia y Estética y diplomada en Periodismo Cultural, Crítica y Edición
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Frecuentemente, el sexo se puede asociar al amor. Es algo fácil, rápido, sencillo, tienes relaciones con una persona y la liberación de hormonas, el ego, la satisfacción sexual puede producir una sensación de enamoramiento que te mantiene embelesada/o durante un día, o incluso más. La sensación funciona de maravilla y el amor se mantiene en el aire.

¡Todos/as lo hemos vivido! y, si no te ha pasado aún, deberías vivirlo. Esa sensación de enamoramiento fugaz y exquisito, que invita a ver nuevamente a una persona, esa seducción lograda en una noche con caricias, sexo, alcohol (probablemente) y conversación, derivan inevitablemente en aquello que luego de varios años he decidido llamar: Síndrome de Enamoramiento Post Coital (SEPC) ¡Asumámoslo! Es un síndrome. Quizás por eso la gente espera tres días para volver a comunicarse o, quizás, porque alguna película lo estableció, pero volvamos un poco más a la situación.

El amor es más complejo que una buena noche, pero la sensación de que todo va perfecto y de que el amor de tu vida existe, es real y, prácticamente, inevitable. Más allá de la oxitocina, dopamina, serotonina y las diversas hormonas o funcionalidades que tiene el sexo, podríamos cuestionar el hecho de que algo que solo ocurrió en unas horas sea algo tan concreto o real, es más podría ser una sensación efímera con señales evidentes.

Síndrome, según la Rae, es el “conjunto de síntomas característicos de una enfermedad o un estado determinado”, en este caso sería el ánimo el que se vería alterado por la excitación y liberación hormonal que nos conducen a esa falsa realidad de enamoramiento, de liviandad, de fascinación por un otro/a, pero ¿hay algo de realidad duradera en esa sensación?

No voy a responder a esa pregunta. Para qué quitar el entusiasmo de la lectoría si podemos llegar más allá. Eso sí, debo advertir que el SEPC debe ser tratado con cautela y para comprobar el síndrome se deben esperar 24 horas, o un poco más, antes de pensar en la próxima cita.

[cita tipo=»destaque»] El amor es más complejo que una buena noche, pero la sensación de que todo va perfecto y de que el amor de tu vida existe, es real y, prácticamente, inevitable. Más allá de la oxitocina, dopamina, serotonina y las diversas hormonas o funcionalidades que tiene el sexo, podríamos cuestionar el hecho de que algo que solo ocurrió en unas horas sea algo tan concreto o real, es más podría ser una sensación efímera con señales evidentes. [/cita]

Ahora bien, conversando al respecto con un amigo, llegamos a la conclusión de que en realidad, esto no solo se aplica al sexo casual (o permanente), sino que también a otras actividades vinculadas a un otro/a. Dejo acá un listado para que puedan seguir profundizando en tan interesante situación:

  • SEPS, Síndrome de Enamoramiento Post Sueño: Sueñas y despiertas enamorado/a de la persona con la que follaste soñando. Ocurre poco, pero es increíble. Absolutamente recomendado.
  • SEPSC, Síndrome de Enamoramiento Post Desayuno: Follas, duermes, despiertas y la otra persona hace un desayuno exquisito que lleva a la cama con pastelitos y todo. Puede ser fatal si tienes un gran gusto por el azúcar, poco recomendado.
  • SEPCM, Síndrome de Enamoramiento Post Cruce de Miradas: Vas caminando por la calle, se entrecruzan las miradas y te enamoras. Absolutamente frecuente, altamente recomendado.
  • SEPBC, Síndrome de Enamoramiento Post Buena Conversación: Puede ser presencial o virtual, siempre está la posibilidad del enamoramiento después de una buena charla. Puede ser peligroso y, generalmente, conduce al SEPC.
  • SEPP, Síndrome de Enamoramiento Post Personaje: Ocurre cuando ves una película y las/os personajes son tan atractivos y su caracterización tan perfecta que, obvio, enamorada/o. Frecuencia relativa, se recomienda ver otra película con el/la mismo/a actor/a.
  • SEPY, Síndrome de Enamoramiento Post Yo: Esto le ocurre a todo/a ególatra/o, cuando se enamora de sí mismo/a y se fascina de su ser. Suele ocurrir después de compartir con otra persona, te tomas una buena foto o tienes algún tipo de triunfo. Su frecuencia depende absolutamente del ego.
  • SEPVM, Síndrome de Enamoramiento Post Visita Médica: Vas al/la doctor/a y ya, te enamoras. Su frecuencia es relativa y depende de muchas variables, eso sí, probablemente el/la doctor/a tenga anillo.
  • SEPM, Síndrome de Enamoramiento Post Multisistémico: Puede equivaler a todos los anteriores en conjunto con una o múltiples personas. Es complejo, duradero y ocurre de manera poco frecuente. No se recomienda.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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