Las claves para comprender qué es y cómo ayuda la Educación Sexual Integral
La ESI, más que enfocarse solamente en el plano físico, comprende también el aspecto socio-emocional de las personas. En la misma línea, este tipo de educación se implementa de distintas formas dependiendo de la etapa en que se encuentre el individuo/a, de esta forma busca potenciar la autonomía y derechos de todos y todas.
Los mitos en torno a la Educación Sexual Integral (ESI) son una situación que persisten hasta la actualidad. ‘‘Se les va a enseñar a mis hijos sobre juguetes sexuales’’, ‘‘les van a decir a las niñas que pueden abortar cada vez que quieran’’, suelen ser las principales creencias erróneas respecto a la ESI.
Sin embargo, este tipo de educación va más allá, ya que se comprende que la sexualidad se debe desarrollar de acuerdo a la etapa que cada individuo/a esté atravesando. Además, no se limita solamente al aspecto físico, sino al emocional y social.
Desde Aprofa, organización dedicada a la defensa y visibilización de los derechos sexuales y reproductivos, explican que existen siete claves para comprender de mejor manera la educación sexual.
- La ESI busca informar a las y los jóvenes sobre los cambios en su cuerpo, para que puedan entender y gozar de su sexualidad física y emocional, a nivel individual y en sus relaciones, entendiendo esta, no solo como la expresión genital.
- La información que se entrega, está basada en evidencia científica y se avanza de manera gradual en los contenidos de acuerdo a la edad y etapas del desarrollo, resguardando que esta sea culturalmente relevante y pertinente al contexto de cada persona.
- Le permite a las personas formar opiniones propias y críticas sobre los estereotipos, las violencias, discriminaciones y abusos que existen respecto a la sexualidad, pudiendo resolver diferentes inquietudes con más herramientas.
- Se aborda desde el enfoque de derechos humanos, ya que genera cuestionamientos sobre desigualdades sociales y discriminación, exclusión y violencias desde una mirada interseccional.
- Se enseña a través de la participación individual y colectiva, relevando las experiencias personales y fomentando la apertura a las distintas vivencias de la sexualidad, comprendida de manera amplia y diversa.
- El/la profesor/a cumple un rol crucial en los procesos de formación de niñas, niños y jóvenes, transformándose en un adulto/a significativo/a, por lo que es necesario que cuente con capacitación en ESI desde su formación inicial y que se mantengan en permanente actualización.
- Finalmente, permite la vivencia de una salud sexual positiva, ya que promueve el trabajo en la autoestima, fomenta el acceso a información para prevenir las infecciones de transmisión sexual, incentiva la toma de decisiones en sintonía con el bienestar y es un factor protector ante la violencia y el abuso.
Por último, desde la organización señalan que la educación sexual debe brindar a todos y toda la oportunidad de ejercer autonomía sobre sus cuerpos y decisiones.
‘‘La sexualidad debe ser abordada y comprendida desde una perspectiva amplia, que involucre a todas las actorías y que entregue las competencias y herramientas para que las personas puedan tomar decisiones libres y conscientes sobre su cuerpo y su sexualidad”, finalizan desde Aprofa.