La preeclampsia es la presión arterial alta, que puede generar daño hepático o renal, que puede ocurrir a las personas gestantes después de las 20 semanas de embarazo. Sin embargo, también se puede presentar dentro de las 48 horas siguientes al parto, lo que se denomina preeclampsia postparto. Si no se presta atención a los síntomas, puede tener consecuencias irremediables como la muerte de la madre o el bebé.
Según diversos estudios, la preeclampsia es una complicación que puede afectar a un bajo porcentaje de los embarazos (entre el 3 y 7%), sin embargo, no deja de ser una condición preocupante que se debe tener en consideración.
La preeclampsia es la presión arterial alta, que se traduce también en daño hepático o renal que ocurre en las mujeres después de las 20 semanas de embarazo. No obstante, también puede presentarse dentro de las siguientes 48 horas después de parir, lo cual se denomina preeclampsia postparto.
No existen estudios aún que identifiquen una causa certera que pueda detonar la enfermedad, sin embargo, existen mayores probabilidades de padecerla cuando la persona presenta factores tales como trastornos autoinmunitarios, problemas vasculares, la dieta y la genética.
Asimismo, los factores de riesgo se pueden presentar cuando se trata de una persona mayor de 35 años, si es el primer embarazo, embarazo múltiple (gemelos o más), antecedentes familiares; antecedentes de obesidad, diabetes, presión arterial, renal o tiroides.
Se puede presentar la hinchazón de manos, cara y ojos, así como un aumento repentino de peso. Si se sube en 1 o 2 días casi un kilo, se debe consultar con el ginecólogo de cabecera.
Si la enfermedad no es tratada a tiempo, puede agravarse, presentando síntomas tales como dolores de cabeza frecuentes que van en aumento, dificultades respiratorias, dolor abdominal del lado derecho bajo las costillas, bajas ganas de orinar, náuseas y vómitos, cambios en la visión, mareos y desmayos. En el peor de los casos, puede generar la muerte de la madre y el bebé.
Si usted presenta algunos de estos síntomas durante el embarazo o dentro de las 48 horas siguientes al parto, debe contactar a su médico.
No existen formas de prevenir la preeclampsia, pero sí para evitar consecuencias irremediables.
En primera instancia deberá someterse a diversos exámenes para identificar la necesidad de adelantar el parto, con un tratamiento previo que incluye un control riguroso del embarazo, acompañado por medicamentos para bajar la presión arterial y tratar las complicaciones.
Asimismo, en la minoría de los casos, puede existir la posibilidad de hospitalizar a la persona gestante que padezca preeclampsia, con el objetivo de ir haciendo un seguimiento constante de la enfermedad.