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Joji Obara, el magnate japonés que abusó sexualmente a más de 400 mujeres BRAGA Créditos: Pexels

Joji Obara, el magnate japonés que abusó sexualmente a más de 400 mujeres

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La desaparición de Lucie Blackman en julio del año 2000 fue el punto clave para destapar una ola de crímenes sexuales cometidos por un millonario japonés, quien drogaba a sus víctimas, todas mujeres jóvenes occidentales, mientras las filmaba y violaba.


Louise Phillips vivía en Tokio junto a su mejor amiga Lucie Blackman, quien trabajaba en Casablanca, una discoteca frecuentada por hombres cuya característica principal eran sus anfitrionas occidentales. El 1 de julio del 2000, Lucie se encontraba en su trabajo cuando se acercó un hombre, quien le regaló una botella de champagne y un teléfono celular, para más tarde invitarla e irse con ella a su departamento. 

A la mañana siguiente, a Louise la llamó un misterioso hombre avisándole que Lucie se había unido a una secta religiosa y que no quería contacto con nadie de allí en adelante. Esta fue la primera hebra de un perverso caso que se destaparía más tarde.

Tras la denuncia de Louise en búsqueda de su amiga, se abrió una larga investigación, que luego de meses resultó en la captura de Joji Obara, un peligroso criminal que se escondía bajo el perfil de un hombre de negocios educado. 

Según la policía japonesa, Obara seguía un modus operandi, donde buscaba a mujeres occidentales jóvenes más altas que él, las seducía dándoles ostentosos regalos para luego invitarlas a cenar y beber unas copas a su departamento. Allí, las drogaba al poner poderosos sedantes en los tragos de las mujeres y cuando estas perdían el conocimiento, se ponía un antifaz negro y grababa los reiterados abusos a sus víctimas.

Abusaba de las mujeres durante horas y si alguna de ellas despertaba desorientada volvía a drogarlas con cloroformo hasta acabar sus crímenes. Al día siguiente, las víctimas despertaban desorientadas y con dolores corporales, a lo que él les decía que habían quedado inconscientes por ingerir tanto alcohol y que se fueran a sus casas a descansar. Antes de que ellas salieran por la puerta, él les entregaba un fajo de billetes pagando por su silencio.

Cuando la policía capturó a Obara en octubre del 2000, revisaron el interior de su departamento, encontrando más de 400 grabaciones de abusos sexuales a distintas mujeres, y un diario donde relataba a detalle los crímenes cometidos.

Entre esos centenares de abusos, se confirmó que Obara había asesinado a dos de las víctimas: la australiana Carita Ridgway y la británica Lucie Blackman. Esto luego de que las intoxicara con una sobredosis hasta matarlas. La policía logró confirmar los asesinatos tras encontrar en el diario de Obara una frase junto al nombre de Carita: “demasiado cloroformo”.

Fue en febrero del 2001 que la policía japonesa logró finalmente recopilar todas las piezas de la investigación, cuando encontraron el cuerpo de Lucie en una cueva cerca de uno de los departamentos de Obara. Dándole fin a una fuerte investigación que destapó horribles crímenes sexuales en contra de centenares de mujeres.

En julio del 2023, Netflix estrenó el documental Desaparecida: el caso de Lucie Blackman, donde se relataron más a fondo los crímenes cometidos por Joji Obara.

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