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Cinco voces de mujeres líderes en Chile comparten sus visiones en la previa al 8M BRAGA

Cinco voces de mujeres líderes en Chile comparten sus visiones en la previa al 8M

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Antonia Sepúlveda
Por : Antonia Sepúlveda Periodista en El Mostrador Braga.
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Sylvia Eyzaguirre, Teresa Paneque, María Victoria Peralta, Sonia Montecino y Nicole Verdugo, comparten sus reflexiones sobre el feminismo y los movimientos feministas en el país, ofreciendo un panorama diverso y enriquecedor sobre las demandas, desafíos y logros por la igualdad de género.


En el marco del Día Internacional de la Mujer, próximo a conmemorarse este 8 de marzo, El Mostrador Braga se contactó con cinco voces de mujeres influyentes actualmente en el país, para conocer su percepción sobre los movimientos feministas, cuáles creen que son las principales demandas y qué desafíos perciben en cuanto a materia de género.

  • Sylvia Eyzaguirre, licenciada en Filosofía por la Universidad de Chile, con Doctorado en Filosofía por la Universidad Albert Ludwig, investigadora del Centro de Estudios Públicos (CEP) y excandidata constituyente.

“Es difícil hablar de ‘un’ movimiento feminista, más bien lo que se observó en la ola feminista de 2018 fueron múltiples movimientos con sellos y agendas distintas, pero por sobre todo un reconocimiento transversal a los problemas que aquejan a las mujeres. Dicho eso, la ebullición feminista que presenciamos en 2018 y 2019 prácticamente ha desaparecido, y esta no produjo cambios significativos. Hoy veo un Gobierno débil en materia de género; más allá del uso del lenguaje inclusivo, no veo avances significativos, ni siquiera hemos logrado cambiar el régimen de sociedad conyugal, que no requiere una reforma tributaria para su implementación. Por otra parte, la agenda feminista ha perdido visibilidad ante las urgencias que enfrenta el país”, afirmó la filósofa.

Según la Encuesta CEP 2023, las mujeres sienten de manera más aguda los problemas de inseguridad y violencia en el país en comparación con los hombres. En el ámbito laboral, persisten brechas relevantes de género, con una baja participación femenina, alta informalidad y salarios más bajos en comparación con los hombres. Para Eyzaguirre, abordar estas inequidades implica eliminar la discriminación establecida en el Código del Trabajo, como el artículo 203, que vincula el acceso a salas cunas con el género del progenitor, lo que puede perjudicar la contratación y los salarios de las mujeres. 

Llevamos más de cuatro gobiernos discutiendo el proyecto de ley de sala cuna universal, pero ha sido imposible avanzar. Otra demanda tiene relación con la flexibilidad de la jornada laboral, que permite una mejor compatibilización de la familia con el trabajo tanto para hombres como para mujeres. En este sentido, avanzar en una política de cuidado también es otra de las demandas femeninas, que reconozca la contribución que realizan las mujeres al PIB del país”, puntualizó Eyzaguirre.

Por último, la académica aseveró que “creo que a los movimientos feministas les falta mayor articulación para empujar una agenda común. La dispersión de agendas ha jugado en contra, así como ciertas demandas que no tienen necesariamente eco en la ciudadanía, como son la paridad o las cuotas, que algunos perciben como privilegios. Creo que priorizar los problemas que más aquejan a las mujeres, especialmente a las de menos recursos, y una mayor articulación entre los movimientos, así como con otros movimientos, permitiría una mayor movilización para avanzar en los temas que aquejan a las mujeres”, subrayó.

  • Teresa Paneque, astrónoma, escritora y embajadora UNICEF.

“Mi percepción del movimiento feminista en Chile es que se ha diversificado, se ha expandido, ha crecido y ha logrado entender que no es solamente una serie de demandas las que constituyen el feminismo en Chile. Las demandas feministas, de las mujeres, de las diversidades, van a ser distintas dependiendo del entorno y el enfoque”, afirmó la astrónoma para El Mostrador Braga.

En este contexto, Paneque explicó que los lugares donde se encuentran las demandas feministas de mujeres, que son madres, migrantes, que viven en áreas rurales, y las niñas en las escuelas, son variadas y abordan diferentes necesidades. Para la astrónoma, esto significa que ya no se puede considerar este movimiento como una única fuerza central o liderado por una sola entidad. 

“Es difícil definir una serie de demandas principales, porque, nuevamente, va a depender de la situación y del grupo humano. Sin embargo, hay cosas que son transversales a una mayoría, por ejemplo, el reconocimiento de las labores de cuidado; el pedir una vida libre de violencia que pareciera absurdo que en el 2024 sigamos exigiendo justicia con mirada feminista–; que no se les castigue a madres o mujeres que están escapando de situaciones de violencia intrafamiliar y que aun así se justifica a su agresor”, aseveró la autora de la saga El universo según Carlota.

Para la científica, no se podría hablar de solo una demanda por la causa feminista, no obstante, desde las ciencias, afirma que se sigue trabajando para visibilizar y valorar la labor de mujeres científicas. “Creo que seguimos luchando por lo mismo, por visibilizar, por acceder a puestos de poder, por ser reconocidas, por tratar de vivir una vida sin violencia, por buscar equidad en todos los espacios, derrotar estereotipos; que no se asocie la figura ser mujer con estar en la casa, con estar cuidando; y que aquello no se quede solo en el mensaje, sino que se aplique en la práctica, por ejemplo, con el fuero maternal y paternal. Son cosas hacia las cuales yo creo que se está avanzando, pero que van a seguir estando presentes mientras sigan siendo tema”, afirmó. 

Por último, la científica señaló que hace falta hablar de una “cultura feminista”, que se observe al feminismo como parte del día a día, trabajando en su relevancia pública en todos los espacios. “¿Cuál es la relevancia de hacer las cosas con una perspectiva de género”, se cuestionó Paneque: “Buscar la equidad, valorar el esfuerzo histórico y actual que están haciendo tantas mujeres y personas para avanzar hacia esa equidad”, concluyó.

  • María Victoria Peralta, académica de la Universidad Central, presidenta de la Fundación Integra y Premio Nacional de Ciencias de la Educación 2019.

 

La Premio Nacional de Ciencias de la Educación, María Victoria Peralta, también considera que existen diversos movimientos feministas, no uno único, “porque hay diferentes colectivos que representan diversos sectores de la sociedad, y, por tanto, si bien es cierto que hay demandas más consensuadas, hay ciertas temáticas y/o derechos distintos que se plantean o que varían en sus énfasis, intensidades e interpretaciones. Se detectan acciones muy concretas en común respecto al abuso sexual, la violencia contra la mujer y el femicidio, junto con los derechos reproductivos y la educación no sexista”, afirmó.

Desde su perspectiva, es crucial unir fuerzas para abordar urgentemente problemas como el femicidio, donde la aplicación firme de las leyes, la protección a las víctimas y el rechazo social al agresor deben ser prioritarios, pues la vida está en juego. Además de enfocarnos en estas cuestiones apremiantes que afectan a las mujeres, también debemos promover la inclusión de otros grupos sociales y atender problemáticas más específicas que a menudo pasan inadvertidas.

“Por ejemplo, por estar en la tercera edad, veo que las necesidades y las fortalezas que tenemos no siempre están en la agenda del feminismo. Las miradas de la sociedad van desde llamarnos con un cierto tono despectivo ‘abuelitas’, considerándonos personas disminuidas en todo, hasta pensar que la participación de este sector involucra muchas medidas o adaptaciones que hay que hacer para que todas las personas de esta etapa puedan seguir actuando”, afirmó la profesora. 

En esta misma línea, Peralta mencionó otros grupos de mujeres en situaciones desfavorecidas, como las afrodescendientes chilenas y sus familias. “Muchas ‘morenas’ hemos escuchado el ser ‘negras curiche’ y recibir esa mirada pequeña por ser descendiente de esclavos que existieron algún día en Chile, olvidando que fueron personas secuestradas que aportaron mucho a su constitución como república”, destacó la académica, haciendo la relación con la actualidad, en donde mujeres migrantes se enfrentan a prejuicios como el generalizarlas como trabajadoras sexuales o ladronas. 

“Por último, están los derechos de las mujeres reclusas, quienes, si bien han afectado a la sociedad en algún aspecto, la mayoría de las veces son por actos menores, lo que incide, en especial, en sus hijos, por la separación de ellos en los primeros años de vida. En esta etapa la presencia de la madre en la lactancia, la formación del apego, de la autoestima, de la identidad, son esenciales. Si bien hay algunas instituciones como Fundación Integra que se han ocupado de ello, instalando algunas salas cunas donde ellas interactúan permanentemente con sus lactantes, aprendiendo incluso a ser mejores madres y el valor de la educación desde el nacimiento, son pocas aún para las necesidades existentes”, puntualizó. 

  • Sonia Montecino, antropóloga, escritora y Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2013.

“Tengo una mirada muy positiva sobre la existencia del movimiento feminista en Chile, que se trata de una apuesta política que tiene una historia en nuestro país que data de inicios del siglo XX, muchas veces desconocida, obliterada. No obstante, hay un hilo que se transmite a pesar de que no se incorpora a la ‘historia oficial’. El movimiento feminista chileno tiene una serie de pensadoras, como Amanda Labarca, Elena Caffarena, Julieta Kirkwood, Eliana Largo, Margarita Pisano, Marcela Ríos, Patricia Crispi, Raquel Olea, Nelly Richard, entre muchas otras, que han realizado aportes teóricos relevantes y prácticas políticas que han configurado un devenir y propuestas de transformación de las relaciones sociales de género”, destacó Montecino a El Mostrador Braga sobre los movimientos feministas chilenos. 

Según la antropóloga, la comprensión del continuo cambio es crucial para entender las diversas manifestaciones de un movimiento feminista que se extiende tanto a nivel global como local en el presente. Mientras las estructuras que generan disparidades entre géneros permanezcan sin cambios, el movimiento persistirá, lo que explica su relevancia continua y su capacidad de acción evidente: la lucha y la oposición a estas disparidades han conducido a logros y progresos que nos brindan una plataforma desde la cual discutir estos temas. 

“Las demandas que se expresan de manera pública por el movimiento feminista son de orden económico, político y cultural y, de un modo u otro, apuntan a las evidentes maneras en que las mujeres ostentan, en gran parte de los espacios sociales, una posición y condición desmedrada, por lo cual cada uno de esos ámbitos están entrelazados”, puntualizó Montecino. 

Por otro lado, la autora especificó que el ámbito cultural juega un papel fundamental en los aspectos mencionados anteriormente: la falta de aprecio hacia las mujeres las deja expuestas a la vulnerabilidad y a la manifestación de la violencia tanto de forma evidente como encubierta. Esto, según comentó la antropóloga, también se traduce en la falta de autonomía para tomar decisiones sobre sus propios cuerpos, así como en la persistencia de la concepción de que son meros objetos de deseo o que su papel principal debe ser el cuidado de otros.

“Hay estudios que ponen de manifiesto, por ejemplo, que en los países donde hay más bajas tasas de natalidad se observa una menor participación de los hombres en el trabajo doméstico. Un tema preocupante es el que se vincula con las verificaciones de una masculinidad primaria, anclada en el machismo, la violencia, y en esto el movimiento feminista chileno y el internacional han puesto en evidencia cómo las violaciones, el feminicidio, la trata de blancas se han amplificado y traen consigo la repetida imagen de mujeres que las experimentan en pleno siglo XXI. Es escandaloso que en las guerras de Ucrania y Rusia, de Israel y Palestina, las mujeres sigan siendo el botín y su violación un mensaje de poder. Denunciar esto no es ‘ideología de género’. Desde sus inicios el movimiento feminista chileno ha abogado por la paz y hoy día debe hacerlo aun con más fuerza. Es por su género que las mujeres sufren la indignidad y el trauma de esas violaciones en contextos de guerra. El trabajo de denunciar y cambiar esto no es solo del movimiento feminista, sino de hombres y mujeres que entienden que las desigualdades no llevan un mejorar morar humano”, concluyó Montecino.

  • Nicole Verdugo, directora ejecutiva de la Cámara de Mujeres y Negocios, además de fundadora y presidenta del Women Economic Forum (WEF) y G100 Global de Emprendimiento Social, speaker internacional y creadora de comunidades.

“La lucha de las feministas, que están en diferentes ámbitos de la sociedad, está sustentada en promover el respeto de los derechos de las mujeres y sobre todo promover la equidad de género. Los movimientos feministas y de mujeres a lo largo de la historia han sido claves para el reconocimiento y la expansión de derechos sociales, políticos y económicos, y hoy además se suma la lucha por la seguridad de las mujeres frente a los actos de violencia por la única razón de ser mujer”, comentó la empresaria.

Respecto de los movimientos feministas, Verdugo destacó la necesidad de recordar la historia de los mismos, que han liderado por años los derechos de las mujeres y la defensa por lograr la equidad. “La búsqueda de poder lograr la conquista y garantía de derechos para las mujeres en iguales condiciones que sus pares hombres es el principal motor que permite el desarrollo de las luchas feministas en el mundo”, recalcó.

En relación con su área de experticia, aseveró que en el plano económico las mujeres sufren diversos tipos de discriminación a lo largo de su desarrollo profesional o empresarial. Debido a ello, muchas jóvenes y mujeres no logran continuar con su formación profesional ni seguir perfeccionándose en sus áreas, debido a decisiones relacionadas con los estereotipos y roles asignados al género, como quedarse en la casa a cargo de las tareas domésticas o del cuidado de los hijos.

“El movimiento feminista ha vuelto a resurgir y principalmente relacionado con la educación no sexista, los derechos reproductivos y la lucha en contra de la violencia hacia las mujeres. El tema del aborto y la violencia hacia las mujeres son parte de la agenda de los diferentes grupos organizados de mujeres, apoyados por el feminismo. Desde mi visión, todas estas luchas tienen que estar sostenidas y acompañadas de políticas públicas que les permitan a las mujeres lograr la autonomía en todos sus ámbitos: física, psicológica y económica”, expresó la presidenta de WEF Chile.

Para Verdugo, aún no se ha logrado eliminar conductas culturales arraigadas y, sobre todo, los sesgos y conductas discriminatorias hacia las mujeres en razón de su género. “Falta educación desde las primeras infancias en torno al respeto hacia las mujeres, promover comportamientos que estén orientados en el respeto de las personas y sobre todo al interior de las familias, fomentar que las personas tengan los mismos derechos sin importar su condición, sexo ni origen”, puntualizó.

Para concluir, la empresaria enfatizó que “aún falta mucho para lograr la igualdad de género, y espero que las mujeres de diferentes segmentos entiendan que el feminismo es la lucha por la igualdad de derechos y oportunidades y, para ello, es necesario también sumar a los hombres como aliados en la lucha de las mujeres”.

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