Según el estudio, hombres y mujeres le asignan la misma valoración al desarrollo profesional. Sin embargo, persisten brechas en relación con la disposición a asumir desafíos y responsabilidades adicionales, las que se encuentran ligadas a las exigencias de cuidado y crianza.
El estudio “Abriendo la caja negra 2.0: Factores que impactan en el desarrollo profesional”, arrojó datos reveladores sobre las diferencias de género en el ámbito del desarrollo profesional en Chile.
Según los resultados del informe, elaborado por la Red de Mujeres en Alta Dirección (Redmad) en colaboración con Criteria, revela brechas significativas en cuanto a la disposición para asumir desafíos y responsabilidades adicionales, que están vinculadas a las exigencias de cuidado y que afectan la percepción de la vida profesional de mujeres y hombres.
La presidenta de Redmad, María Ana Matthias, explicó que este trabajo tiene un antecedente en una investigación previa en la que se detectaron dos variables: la persistencia y el avance. “Quisimos profundizar en los cambios y entender cómo podíamos avanzar, conscientes de que las transformaciones que se requieren para que exista mayor equidad en relación con el avance de la carrera profesional no se están dando con la velocidad necesaria”, explicó Matthias.
El director de Asuntos Públicos de Criteria, Matías Chaparro, señaló por su parte que “el objetivo del estudio fue registrar las reflexiones que las y los profesionales chilenos hacen sobre sus propias experiencias en el desarrollo de sus carreras. Quisimos conocer las habilidades personales que, según lo que creen, más han influido positivamente y las vivencias que más han impactado negativamente en su vida profesional. Nos interesó conocer también la evaluación que, a partir de su propia experiencia, hacen de las empresas y organizaciones chilenas en cuanto a políticas y prácticas que fomentan o frenan el avance de sus carreras”.
El levantamiento de datos se realizó mediante encuestas a mil profesionales chilenos con estudios superiores de cuatro años o más, mayores de 30 años y pertenecientes a los estratos ABC1, C2 y C3. Las principales temáticas analizadas fueron la percepción del desarrollo profesional, vivencias y principios, y las orientaciones pro desarrollo profesional de las empresas.
Uno de los hallazgos clave es que no hay diferencias significativas en cómo mujeres y hombres valoran el desarrollo profesional. En esta línea, un 77% y 74%, respectivamente, respondieron que este es bastante o muy importante. Sin embargo, al profundizar en las vivencias propias del desarrollo profesional, se encontraron brechas intergeneracionales, especialmente en la satisfacción con la carrera, siendo los hombres mayores de 60 años los que se sienten más plenos con sus trayectorias profesionales.
Además, las mujeres muestran una menor capacidad de autogestión de la carrera en comparación con los hombres, especialmente en la disposición para asumir responsabilidades adicionales y enfrentar desafíos. Así, ante la afirmación “estoy dispuesto a asumir responsabilidades adicionales en el trabajo”, hay una distancia de 11 puntos porcentuales (pp) en desmedro de las mujeres.
Estas brechas están relacionadas con las tareas de cuidado, que recaen principalmente en las mujeres y que actúan como un freno para asumir más responsabilidades laborales.
Respecto de las políticas de promoción del desarrollo profesional que han implementado las organizaciones empleadoras, en temas como la existencia de políticas de equidad salarial cuando se trata del mismo trabajo, existe una brecha de 11 pp; que las políticas de reclutamiento sean justas y transparentes (brecha de 12 pp), que exista transparencia en las políticas de ascenso (brecha de 15 pp), que todas las personas puedan acceder equitativamente a puestos de jerarquía (16 pp) y que las personas trabajen en función de objetivos más que por jornada (18 pp).
Esto se replica en el tema del tiempo libre. Al consultarles si acaso para las empresas es importante que las personas puedan tener tiempo libre para sus intereses, las mujeres responden afirmativamente en un 69%, versus un 81% de los hombres (brecha de 12 pp). Con respecto a la pregunta de si es relevante para las empresas que las personas puedan pasar tiempo con sus familias, las mujeres responden afirmativamente en un 66% versus un 79% de los hombres (brecha de 14 pp).
María Ana Matthias enfatizó la importancia de la diversidad de género en las posiciones de liderazgo para gestionar los sesgos de percepción identificados en el estudio y destacó la necesidad de políticas internas que promuevan la corresponsabilidad entre hombres y mujeres.
El estudio fue presentado en un encuentro coorganizado por la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez y contó con la participación de diversos expertos en el tema.