“El cuidado de los niños queda relegado a personas que están instaladas en las comunidades que no tienen el perfeccionamiento ni una trayectoria formativa”, afirmó la jefa de carrera de Educación Parvularia en la Universidad de Chile, Daniela Puentes.
La aprobación en general del proyecto de Sala Cuna Universal en el Senado generó una serie de críticas y preocupaciones, especialmente en el ámbito de la educación parvularia.
El proyecto, originalmente diseñado para ampliar el acceso a salas cuna a trabajadores independientes y de pequeñas empresas, ha sido objeto de críticas por parte de parlamentarios, trabajadores de la educación inicial y académicos.
La iniciativa establece la creación de un Registro Nacional de Cuidadores, con el objetivo de incorporar en una sola plataforma los antecedentes de los cuidadores y cuidadoras de niños y niñas menores de dos años. Esto, según señalan las organizaciones de educadoras, podría equiparar inadecuadamente el cuidado y la educación que proporcionan los jardines infantiles con el servicio ofrecido por guarderías y cuidadores vecinales.
La crítica al proyecto ha sido tal, que el pasado 5 de abril la Asociación de Trabajadores de la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Ajunji), convocó a una marcha para protestar contra el proyecto. Asimismo, varias docentes de la carrera de Pedagogía en Educación Parvularia de la Universidad de Chile, presentaron una carta en contra de la iniciativa. Esto, sumado a la paralización de las estudiantes de la misma carrera, con el fin de manifestarse en contra del proyecto.
En una reciente entrevista con Radio y Diario Universidad de Chile, académicas y estudiantes de Educación Parvularia de la Casa de Estudios expresaron sus inquietudes respecto a este proyecto de ley.
La jefa de carrera de Educación Parvularia en la Universidad de Chile, Daniela Puentes, destacó que el proyecto relega el cuidado de los niños a personas sin formación especializada ni trayectoria formativa.
“En el fondo, el cuidado de los niños queda relegado a personas que están instaladas en las comunidades que no tienen el perfeccionamiento ni una trayectoria formativa. Hoy día, en educación parvularia son cinco años de formación, está asociada a la política pública y a elementos de temas transversales como la inclusión o la educación emocional. Entonces, hay varios elementos que quedan fuera, porque se espera que estos cuidadores de niños, los que tiene el proyecto, queden a cargo como una especie de cuidado vecinal, domiciliario, comunal”, comentó.
Además, se señaló que el proyecto no es verdaderamente universal, ya que deja fuera a mujeres con trabajos informales, madres que no trabajan por las horas específicas requeridas y dueñas de casa con trabajos remunerados que no pueden acceder a la sala cuna de su elección.
La representante de las estudiantes de Educación Parvularia de la Universidad de Chile, Antonia Acevedo, agregó que “las madres estudiantes o las madres que no trabajan por la cantidad de horas específicas que pide el proyecto, quedan fuera y por ende también sus hijos”.
Ambas voceras enfatizaron en la desvalorización que sufriría la carrera de Educación Parvularia con la implementación de este proyecto y que la carrera podría retroceder décadas en su reconocimiento y profesionalización.
En esta misma línea, el Ejecutivo tiene hasta el 6 de mayo para presentar indicaciones al proyecto aprobado en el Senado.
Al respecto, el ministro de Educación, Nicolás Cataldo, señaló que: “Acá hay un tema de fondo y es que a nosotros como Gobierno nos parece que no se puedan hacer colisionar dos derechos: el derecho a las madres o padres trabajadores a tener a su hijo en una situación de cuidados, con el derecho de esos niños y niñas a tener una buena educación”.
Asimismo, la Subsecretaria de Educación Parvularia, Claudia Lagos, informó que en el proceso de mejora sustitutiva que se va a presentar el próximo 6 de mayo, el Registro de Cuidadores ya no iría. Esta modificación evitaría que las educadoras de párvulos sean parte del mismo registro destinado a cuidadores de adultos mayores y personas con discapacidad, lo que ayudaría a resolver parte de las preocupaciones planteadas.
A pesar de estos avances, académicas y estudiantes insisten en la necesidad de seguir trabajando para mejorar el proyecto y asegurar que se mantenga un enfoque pedagógico adecuado en la educación parvularia.
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