El informe anual de Amnistía Internacional (AI) sobre Derechos Humanos denuncia la “arraigada” discriminación hacia mujeres, inmigrantes y personas LGTBI en Japón, y sus limitados avances en la lucha contra el cambio climático.
En su último informe sobre la situación de los derechos humanos en el mundo, la ONG subraya que se ha producido una disminución en la representación política de las mujeres en los últimos años, donde estas ocupan solo el 10 % de los escaños parlamentarios y menos del 10 % de los cargos ministeriales.
Según el más reciente Informe sobre la Brecha Global de Género que publica todos los años el Foro Económico Mundial, el país también habría empeorado en este apartado, pasando del puesto 116 al 125, de un total de 146 países.
Un país que no avanza
A pesar de que el Parlamento nipón aprobó enmiendas al Código Penal en virtud de las cuales se reconocía por primera vez como violación determinados tipos de relaciones sexuales no consentidas, la organización destaca “una arraigada cultura de hostigamiento que incluye el acoso sexual” en diferentes sectores, incluido el Ejército.
En este sentido se ha referido al caso de la exmiembro de las Fuerzas de Autodefensa de Japón Rina Gonoi, que presentó una demanda contra 5 ahora exsoldados por el sufrimiento mental que había experimentado debido a la violencia sexual ejercida contra ella mientras estuvo en el Ejército, y contra el Gobierno por no haber evitado las agresiones ni haberlas investigado debidamente.
Con respecto a las personas LGTBI, AI señala los “avances limitados” en el reconocimiento de sus derechos tras varios fallos que, entre otras cuestiones, no han permitido a las parejas del mismo género recibir prestaciones por cónyuge.
El organismo también destaca la discriminación contra la población de etnia coreana, después de que, tras cumplirse el centenario de una masacre de personas de este colectivo que había tenido lugar en Japón, el Gobierno japonés se negara a reconocer los hechos y a disculparse oficialmente.
Con respecto al medio ambiente y a pesar de que Japón viene registrando temperaturas récord en los últimos veranos, el país sigue siendo el único industrializado rico que no se ha comprometido a eliminar gradualmente el empleo de carbón en la generación de electricidad.