“De esta forma, las guerras que proliferaron en el mundo, sobre todo durante el siglo XX, muestra una relación entre agresor y agredida, en el que las mujeres representan al pueblo dominado o al pueblo que se quiere dominar”, explican desde la Red Chilena Contra la Violencia Hacia las Mujeres.
Durante la semana pasada en el programa de CHV “Podemos Hablar”, los exconscriptos Christopher Pakarati y Francisco Adasme relataron el trato que recibieron en el regimiento de Huamachuco y las indicaciones tras la tragedia en Putre. En esta instancia, denunciaron el uso de discursos de apología a violación de mujeres y niñas en el Ejército.
“Nos decían que si estuviéramos en una guerra perderíamos. ¿Por qué? Porque ellos vendrían, se violarían a nuestros hermanos chicos, hermanas chicas, a nuestra familia. Y claro, que si no lo hacíamos nosotros, era mejor que nosotros lo hiciéramos a ellos”, relató Cristopher Pakarati. A su vez que su compañero, Francisco Adasme, confirmaba el discurso, afirmando que “sí, siempre tenían esa perversión mental de incitarnos a que nosotros teníamos que ir a dañar a los civiles allá”.
Asimismo, Adasme relata que durante su formación en el regimiento, uno de los cabos le pregunta si le gustaría ir a la guerra, a lo que el joven respondió que no. “Y me dicen, ‘¿tú sabes qué pasa cuando hay guerra?’ No, le digo. ‘Vienen los enemigos, entran a las casas y se violan a las mujeres. Por eso es mucho mejor que nosotros vayamos y hagamos eso con ellas’”.
Al respecto, desde la Red Chilena Contra la Violencia Hacia las Mujeres, condenaron la “la relativización de la violación, y su uso como método de instrucción, control y adoctrinamiento por parte de las Fuerzas Armadas”.
La vocera e integrante de la coordinación nacional de la Red Chilena Contra la Violencia Hacia las Mujeres, Priscila González, afirmó a El Mostrador Braga que “hay un paradigma de la masculinidad con el que quien comete el acto de violación está dialogando. Ese paradigma de masculinidad tiene que demostrarse a través de la fuerza, a través de la sumisión de lo femenino, la sumisión ‘simbólica’ y luego materializada en delitos como la violación”.
“En el ámbito de la guerra aparece este paradigma de la masculinidad, donde por medio de la violación, por una cuestión que no es formal, porque está prohibido en los convenios internacionales con relación a la guerra, sin embargo, se transmite, como lo vemos en el caso del Ejército de Chile, mediante lo que Rita Segato llama la pedagogía de la crueldad. Es decir, la manera en la que se reproduce este sistema de dominación. De esta forma, las guerras que proliferaron en el mundo, sobre todo durante el siglo XX, muestra una relación entre agresor y agredida, en el que las mujeres representan al pueblo dominado o al pueblo que se quiere dominar”, comentó la vocera.
González afirma que el relato de los jóvenes exconscriptos, denuncia cómo se enseña la violación como un crimen de guerra, válida en situaciones bélicas. “No nos extraña para nada porque es algo que se ha transmitido en distintas partes del mundo, pero tenemos que preguntarnos si esa es la formación de conscriptos que queremos, que la violación siga apareciendo como un arma”.