Las autoridades defienden el programa “Crece con Orgullo” que no incluye terapia hormonal para niños, niñas y adolescentes (NNA), pero afirman que “desde principios del 2023 se ha estado trabajando lineamientos técnicos asociados a este tema”.
El gobierno abordó por primera vez la controversia generada a nivel mundial por el denominado Informe Cass. Por medio de una reunión encabezada por la subsecretaria de Salud Pública, Andrea Albagli, y el subsecretario de Redes Asistenciales, Osvaldo Salgado, discutieron los lineamientos a seguir como país luego del estudio.
El informe, elaborado por la pediatra independiente y expresidenta del Royal College of Paediatrics and Child Health, Hilary Cass, llevó a Inglaterra a restringir en marzo pasado el uso de bloqueadores de pubertad en menores de edad, limitándolos solo a pacientes inscritos en investigaciones clínicas.
Inglaterra se unió a otros países europeos como Suecia, Finlandia, Noruega y Dinamarca para limitar los tratamientos debido a la falta de pruebas sobre sus beneficios y preocupación por posibles daños a largo plazo. No obstante, el informe también ha sido criticado por omitir aspectos como la reducción de la ideación suicida y autolesiones en quienes utilizan terapias hormonales.
La subsecretaria Albagli defendió el Programa de Apoyo a la Identidad de Género (Paig), más conocido como “Crece con orgullo”, que apoya a niños, niñas y adolescentes (NNA) en su proceso de transición de género. Aclaró que este programa actualmente no incluye la terapia hormonal y que la indicación de monoterapia para adolescentes en Chile no está normada.
“No tenemos lineamientos técnicos para esto actualmente. En algunos casos particulares, los equipos especializados en la red asistencial han seguido lineamientos internacionales, con guías clínicas internacionales que están disponibles, para la indicación de esta terapia en el contexto del libre ejercicio de la práctica médica. En este contexto, desde principios del 2023, es decir, hace ya más de un año, se ha estado trabajando lineamientos técnicos asociados a este tema”, señaló la subsecretaria.
Al respecto, el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) señaló que “desde el 2015 que el Movilh viene solicitado al Estado que regule la terapia hormonal para menores de 18 años, toda vez que en la práctica tales intervenciones se estaban realizando al igual como había ocurrido antes del 2011 con los mayores de 18 años, es decir sin protocolo, ni directrices, vacío que solo deja abierta la puerta para arbitrariedades en la atención médica”.
Asimismo, según denunció la organización a través de su página web, “el Movilh ha pedido en reiteradas ocasiones reunirse con la ministra de Salud, Ximena Aguilera, para abordar la temática, pero se ha negado a ello. Es más, es la única y primera ministra de Salud que desde los años 90 a la fecha se ha negado a reunirse con el movimiento LGBTIQ+”.
A raíz de la controversia del Informe Cass, que cuestiona la solidez de la evidencia y señala posibles efectos secundarios de los tratamientos hormonales, la subsecretaria señaló que el reporte recomienda priorizar el apoyo psicosocial y la salud mental, así como adoptar un enfoque cauteloso hacia la transición en niños y adolescentes. Además, destacó la importancia de incluir a los padres en el proceso de acompañamiento a sus hijos con incongruencia de género.
A pesar de las recomendaciones del Informe, Albagli señaló que este no sugiere la suspensión de la hormonoterapia en adolescentes con disforia o incongruencia de género. Añadió que organizaciones como la Academia Americana de Pediatría y la Sociedad de Endocrinología han mantenido sus guías de práctica clínica que incluyen la hormonoterapia en adolescentes, argumentando que el Informe Cass no presenta nueva evidencia que las contradiga.
Al respecto sobre la posibilidad de replicar medidas de otros países, como la suspensión de estas terapias, Albagli anunció el envío de una circular a la red asistencial con recomendaciones transitorias. Reiteró que el programa “Crece con Orgullo” no incluye terapia hormonal y que se incorpora a los padres o cuidadores en todo el proceso. Destacó que “no existe consenso científico con respecto a esas consecuencias a largo plazo de la terapia hormonal, y es por eso que hemos convocado una mesa con más expertos para poder ampliar la revisión de la literatura y también ante la incertidumbre científica”.
El Ministerio de Salud destacó que la intervención género-afirmativa no se limita a procedimientos médicos como la prescripción de hormonas o cirugías, y no incentiva ni sugiere que la “transición” sea obligatoria. Este proceso se entiende como un desarrollo identitario complejo que busca acompañar de manera respetuosa y según el desarrollo individual de cada persona, manteniendo siempre la autonomía progresiva.