Las cifras se obtuvieron mediante un informe realizado por la Red de Acción Carcelaria a través de una encuesta realizada a 84 mujeres de los centros penitenciarios de Iquique y San Miguel.
Recientemente se lanzó el primer informe sobre salud sexual y reproductiva de mujeres privadas de libertad en Chile. El estudio revela preocupantes condiciones de higiene, carencia de productos sanitarios y acceso precario a atención ginecológica entre esta población.
La Red de Acción Carcelaria (RAC), una fundación dedicada a trabajar con población penal femenina y a visibilizar las realidades que viven las mujeres privadas de libertad.
El informe, basado en una encuesta aplicada a 84 mujeres en los centros penitenciarios de Iquique y San Miguel, destaca significativas carencias en la atención de la salud menstrual y ginecológica.
Respecto a la higiene menstrual, un 30% de las mujeres encuestadas declaró que durante su última menstruación no tuvo suficientes productos de higiene menstrual. Además, casi la mitad señaló haber tenido que recurrir a alternativas no tradicionales como papel higiénico o pedazos de tela. Un 25% no tuvo acceso a jabón para su higiene menstrual, lo que agrava aún más las condiciones de insalubridad.
En cuanto al acceso a productos básicos, aunque el 85% de las mujeres tuvo acceso a productos de higiene menstrual durante su última menstruación, el 59% reportó tener suficientes productos para cambiarlos cuando lo necesitaban. Un 42% recurrió a alternativas no convencionales como pedazos de tela o papel higiénico.
La falta de privacidad y saneamiento también es preocupante: el 47% de las encuestadas declaró contar con suficiente privacidad para cambiar sus productos de higiene menstrual, mientras que un 26% indicó que no siempre tiene esta privacidad. Además, un 20% declaró que sus módulos no cuentan con basureros para desechar productos de higiene menstrual.
En relación con la atención ginecológica, el 72% de las mujeres ha necesitado atención ginecológica desde su ingreso al centro penitenciario, pero un 46% declara haberla recibido. La mitad de las encuestadas afirmó recibir menos atención ginecológica que antes de estar privadas de libertad. Asimismo, el 90% de las encuestadas menstrúa regularmente y de estas, el 85% experimenta síntomas físicos durante su ciclo menstrual, siendo el dolor abdominal y la debilidad corporal los más comunes.
La directora de investigación de la Red de Acción Carcelaria, Jacinta Rodríguez, señala que aunque el estudio no pretende ser representativo a nivel nacional, los resultados evidencian la precariedad de las condiciones de salud de las mujeres encarceladas. “Lo que buscamos con el estudio es visibilizar la realidad de aquellas mujeres que se encuentran recluidas y que no cuentan con condiciones de higiene y atención de salud óptima para llevar una menstruación digna. Esto es el reflejo de un sistema que todavía no ha logrado incorporar las necesidades y particularidades de las mujeres, y representa la urgencia de implementar una perspectiva de género de forma transversal”, señaló.