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Personal médico del Hospital San Borja condenado a pagar indemnización por violencia obstétrica BRAGA

Personal médico del Hospital San Borja condenado a pagar indemnización por violencia obstétrica

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Debido a la falta de atención adecuada, la niña fue internada durante tres meses luego de su nacimiento y se le diagnosticaron 13 patologías, la mayoría de naturaleza neurológica y psicomotora.


Resumen
Síntesis generada con OpenAI
El 26° Juzgado Civil de Santiago condenó al Servicio de Salud Metropolitano Central, al Hospital San Borja, al médico Matías Ignacio Solari Díaz y a la matrona Elizabeth Salazar a pagar $1.042.691.340 por violencia obstétrica ejercida sobre Josephine R. en 2017. La paciente sufrió negligencia durante el parto, lo que resultó en graves daños neurológicos y psicomotores para su hija. La sentencia destaca fallas y omisiones del personal médico, subrayando la importancia de erradicar la violencia obstétrica y de asegurar un trato adecuado y respetuoso a las pacientes.
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El 26° Juzgado Civil de Santiago condenó al Servicio de Salud Metropolitano Central, al Hospital San Borja, al médico Matías Ignacio Solari Díaz y a la matrona Elizabeth Salazar a pagar una indemnización de $1.042.691.340 debido a la violencia obstétrica ejercida sobre Josephine R. durante su parto en abril de 2017.

El 16 de abril de 2017, Josephine R., con 41 semanas de embarazo, ingresó al Hospital San Borja debido a fuertes contracciones. Fue atendida por el ginecólogo y obstetra Matías Ignacio Solari Díaz, quien decidió inducir el parto a pesar de las advertencias de la paciente sobre posibles complicaciones relacionadas con su historial médico.

A medida que avanzaban las horas, Josephine experimentó dolores intensos y se registraron disminuciones en los latidos cardíacos fetales. A pesar de sus constantes peticiones de ayuda, el personal médico optó por romper artificialmente las membranas para inducir el parto, lo que llevó a la salida de líquido amniótico. Debido a ello, Josephine solicitó una cesárea al percibir que su hija estaba sufriendo y que el parto no progresaba.

El tribunal determinó que el doctor Solari no atendió adecuadamente a la paciente durante seis horas, alegando estar ocupado en otra cesárea y en ocasiones, incluso, ausentarse para ir al baño. Finalmente, a las 2 de la madrugada, Josephine fue sometida a un procedimiento con fórceps después de un proceso que describió como una “tortura”.

A las 2:28 de la madrugada, la hija de Josephine nació, pero sufrió graves daños debido a la asfixia provocada por el procedimiento. La niña fue internada durante tres meses y se le diagnosticaron 13 patologías, la mayoría de naturaleza neurológica y psicomotora. A los siete años, la menor padece daño cerebral severo que la ha dejado postrada, ciega, sorda y sin capacidades cognitivas o motoras, entre otras secuelas.

El tribunal concluyó que el personal médico, en su conjunto, actuó con negligencia y desapego a los protocolos establecidos. Tanto el médico Solari como la matrona Salazar fueron encontrados culpables de no proporcionar la atención adecuada. El tribunal destacó que Solari adoptó una actitud pasiva y delegó responsabilidades en el personal auxiliar, mientras que Salazar no insistió en buscar la intervención de otro médico y tuvo tratos denigrantes hacia la usuaria.

Según informó el medio La Tercera, la sentencia dicta que “presentó vastas inobservancias a los protocolos aplicables al caso, dado que el equipo médico, en su conjunto, incurrió en numerosas y reiteradas fallas, omisiones y retrasos en la evaluación de los parámetros clínicos de la paciente”.

El fallo ordena al Servicio de Salud Metropolitano Central, al Hospital San Borja, al médico Solari y a la matrona Salazar a pagar una indemnización de $1.042.691.340 en total. Esta cifra incluye $500 millones por daño moral a la menor, $250 millones a la madre, $250 millones al padre y $42.691.340 en gastos futuros necesarios para el cuidado de la niña.

El abogado de la familia, Héctor Musso, expresó satisfacción no solo por el monto de la indemnización, que ayudará a cubrir los tratamientos vitalicios de la menor, sino también por el reconocimiento explícito de la violencia obstétrica sufrida. Musso enfatizó la importancia de erradicar este tipo de violencia que transforma un momento significativo en la vida de una madre en una experiencia humillante y dolorosa.

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