El psicólogo y director del Proyecto T, Claudio Martínez, afirmó que los bloqueadores de pubertad son reversibles, que su aplicación debe estudiarse caso a caso, y que se utilizan principalmente para acompañar las terapias psicológicas de transición de género.
Durante este mes, en el que se conmemora el Orgullo LGBTIQ+, se ha abierto un debate sobre las terapias hormonales y los bloqueadores de pubertad en adolescentes trans. El informe Cass, elaborado por la pediatra Hilary Cass a solicitud del Servicio de Salud Público de Inglaterra (NHS), examina los tratamientos médicos para niños, niñas y adolescentes (NNA) con disforia de género. Este documento, de 388 páginas, analiza la práctica de prescribir bloqueadores de pubertad y tratamientos hormonales a adolescentes que buscan iniciar una transición de género.
Cass señala que la justificación para la supresión temprana de la pubertad no está clara y que la evidencia sobre su impacto en la salud mental es limitada. La profesional enfatiza que, para muchos jóvenes, una intervención médica puede no ser la mejor manera de manejar su angustia relacionada con el género, y subraya la necesidad de abordar los problemas de salud mental y psicosocial de manera integral, no solo mediante intervenciones médicas.
En Chile, la controversia se intensificó tras la publicación de un reportaje de BBCL, que presenta testimonios de padres de jóvenes trans que decidieron interrumpir el tratamiento de bloqueadores de pubertad. “Esto es una moda”, afirmó una de las madres que presentó su testimonio. “Volvió a usar falda, se maquilla, tuvo pololo (…) Siempre está el temor, no le hemos preguntado nada, estamos esperando que algún día diga ¿mamá te acuerdas de eso?, y pase a ser una anécdota”, agregó.
A raíz de esto, figuras como Daniel Mansuy han cuestionado la legitimidad de la terapia con bloqueadores de pubertad y los tratamientos hormonales en NNA. Mansuy argumenta que existe una “facilidad preocupante para recetar bloqueadores de pubertad”, y que esto responde más a una agenda ideológica que a una base científica sólida. Críticas similares se han manifestado en países como Suecia y Dinamarca, donde también se está reevaluando el uso de bloqueadores de pubertad.
En esta misma línea, defensores de la comunidad LGBTIQ+ , de las infancias y adolescencias trans, argumentan que el informe Cass se utiliza de manera tergiversada para promover teorías conspirativas y promover al “pánico moral”. Señalan que hay más de tres décadas de investigación y experiencia clínica que demuestran los beneficios de las intervenciones hormonales para la salud mental y la calidad de vida de las personas trans. Además, afirman que las tasas de arrepentimiento (de transición) son bajas, entre el 1% y 3%, y que los informes como el de Cass son utilizados por grupos extremos con fines ideológicos.
En Chile, el Ministerio de Salud ha implementado programas como el Programa de Apoyo a la Identidad de Género (PAIG) “Crece con Orgullo”, que en 2023 atendió a 1.202 niños y se proyecta que en 2024 atenderá a 2.940.
Debido a lo anterior, hace unas semanas el Ministerio de Salud, representado por la subsecretaria de Salud Pública, Andrea Albagli, y el subsecretario de Redes Asistenciales, Osvaldo Salgado, abordó la controversia generada por el informe. Al respecto, la subsecretaria Albagli defendió el Programa de Apoyo a la Identidad de Género “Crece con Orgullo” y destacó la necesidad de priorizar el apoyo psicosocial y la salud mental, y de incluir a los padres en el proceso de acompañamiento a sus hijos con incongruencia de género.
Asimismo, el Ministerio anunció el envío de una circular con recomendaciones transitorias a la red asistencial y reiteró que no existe consenso científico sobre los efectos a largo plazo de la terapia hormonal. Albagli afirmó que la hormonoterapia en adolescentes no se suspenderá y que se convocará a más expertos para revisar la literatura científica. El ministerio subrayó que la intervención género-afirmativa no se limita a procedimientos médicos y que busca acompañar respetuosamente el desarrollo identitario de cada persona, manteniendo siempre la autonomía progresiva. No obstante, sugirió aplazar los tratamientos de bloqueadores de pubertad y hormonas cruzadas para NNA trans.
El psicólogo y director del programa Proyecto T, una iniciativa del Centro de Estudios en Psicología Clínica y Psicoterapia (CEPPS) de la Universidad Diego Portales, quien se enfoca en brindar atención psicológica y consejería gratuita a personas trans, de género no conforme y de género diverso, Claudio Martínez, afirmó en conversación con El Mostrador Braga lo dañino que resulta para la diversidad trans. “La evidencia que existe y el consenso en muchas sociedades científicas, es que los bloqueadores se pueden utilizar con el debido cuidado y con la evaluación de caso a caso de una manera profesional y ética. Los bloqueadores de pubertad lo que hacen es, precisamente, detener la pubertad durante un tiempo, y sus efectos son reversibles, sin embargo, un número importante sigue adelante con su tránsito, y ya por los 16 o 17 años comienzan su terapia de hormonas cruzadas”, señaló el psicólogo.
Durante estos cuatro años de funcionamiento del Proyecto T, han recibido 293 solicitudes de atención individual, las cuales corresponden a 281 usuarixs distintos. El 96% de ellos presenta un malestar significativo, con un puntaje >4 en la escala (según puntaje de corte Minsal); 8% presenta niveles mínimos de depresión, 17% un nivel leve, 32% moderado, 24 moderado a grave, y 20% grave; 83% ha pensado alguna vez en quitarse la vida y de este grupo 84% lo ha pensado en los últimos seis meses. En cuánto a intento suicida, 38% se ha intentado suicidar alguna vez en su vida y de este grupo 30% lo ha intentado en los últimos seis meses. “Los bloqueadores hormonales, lo que hacen, es permitir que los NNA que se encuentran en esta situación, se realicen preguntas, de toma de decisiones. El informe Cass no entrega nueva evidencia, ni siquiera recomienda que se prohíban los bloqueadores hormonales”, afirmó Martínez.
En esta misma línea, la historiadora trans, Valentina Verbal, afirmó que “El informe no dice que hay que prohibir las terapias afirmativas hormonales en menores trans, dice que la evidencia es débil. La ley de identidad de género, que data de 2017, y fue promulgada por Piñera, también entra en discusión. Esta ley de Identidad de Género en Chile, permite el cambio registral de nombre y sexo en el carnet de identidad. Este proceso puede realizarse desde los catorce años, con autorización de los padres y de un tribunal de familia. A partir de los dieciocho años, una persona puede realizar el cambio por su cuenta en el registro civil. Aunque la ley permite el cambio registral desde los catorce años, para los menores de esa edad se establece una obligación estatal de implementar un programa de acompañamiento de identidad de género. Este programa está dirigido a menores de catorce años y busca ofrecer apoyo psicológico a infancias trans o con género disconforme. Es importante aclarar que la ley no permite el cambio registral para menores de catorce años. La confusión surge de la circulación de información incorrecta que sugiere que la ley permite el cambio de sexo registral desde los tres años, lo cual no es cierto. Lo que realmente permite la ley para los menores de catorce años es un acompañamiento psicológico y, en algunos casos, una transición social en contextos como el escolar, donde los niños pueden vestir de acuerdo con su identidad de género. Por lo tanto, cualquier intervención médica, como el uso de bloqueadores de pubertad, solo puede considerarse después de varios años de acompañamiento y evaluación, generalmente a partir de la preadolescencia, es decir desde los 13 o 14 años, dependiendo de cuándo se determine el inicio de la pubertad en cada caso”.
Por otro lado, Martínez aseguró que existe una responsabilidad del Estado en este tema, pero que el gobierno actual está tomando medidas concretas. “Por ejemplo, añadió a la ley de identidad de género el programa Crece con Orgullo, que comenzó hace un año y proporciona acompañamiento a la identidad de género. En lugar de solo entregar hormonas, se instaló una dupla psicosocial (psicólogo y asistente social) en todo Chile, lo cual es tremendamente importante y necesario. Me alegra que muchos chicos y chicas, junto con sus familias, tengan la oportunidad de participar en este programa y recibir el apoyo necesario”, agregó Martínez.
Por último, el especialista en salud mental añadió que: “El tratamiento hormonal se ha utilizado durante mucho tiempo, pero no ha contado con los protocolos necesarios debido a la falta de presupuesto específico. Por primera vez, este gobierno está implementando un programa específico de salud trans, que incluye atención médica, horas de endocrinología, psicología y hormonas o bloqueadores. Es crucial establecer protocolos de uso e indicación, como los que existen en otros países. Estoy totalmente de acuerdo en que se sigan todas las recomendaciones técnicas necesarias, especialmente para NNA”.