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Si eres una mamá que trabaja, es más probable que planees tu regreso al trabajo mientras navegas una montaña rusa de emociones. Desde sentirte culpable y ansiosa, hasta emocionada y motivada. ¿Cómo manejar el equilibrio de tu vida como mamá y tu vida laboral?
Cuando se acerca la fecha de regreso al trabajo tras el periodo de post natal, la ansiedad se hace presente, y comienzan miles de dudas y aprensiones como “¿estará mi hijo mejor cuidado en una sala cuna o con alguien en casa?”, “¿mi hijo resentirá que no estoy?”, “¿La gente me juzgará por dejarlo mientras trabajo?”, o “¿podré yo soportar esta separación?”, por nombrar solo algunos temas típicos que preocupan a las nuevas madres cuando vuelven al trabajo después de tener un hijo.
Para bajar la ansiedad, sugiere que las mujeres tengan presente que desempeñan varios roles como el de madre, esposa, profesional y dueña de casa. “Por otro lado, es más importante la calidad de la relación que se tenga con los hijos que el tiempo dedicado. Es sano aprovechar al máximo los momentos con ellos”, explican los especialistas.
Esta es la realidad de miles de mujeres cada año en nuestro país y puede ser una experiencia agotadora tanto física como mentalmente. Por eso es importante que la madre y su entorno se preparen para el momento de dejar al bebé al cuidado de familiares o sala cuna y así volver al mundo laboral.
Los profesionales señalan que no hay que pensar que se abandonará al niño, ya que siempre se estará presente y atenta. Una manera son las instrucciones precisas a quien lo cuide y la supervisión constante de alguien de la familia”, aconsejan y también recomiendan no descuidar la propia salud, tanto física como emocional, ya que “una mamá feliz y sana es lo mejor para el niño”.
1. Recurrir a la red de ayuda
Busca apoyo en tu red cercana, ya sea familia, amigos o servicios profesionales. Contar con personas de confianza que puedan cuidar a tu hijo y supervisar a quien lo cuide te dará tranquilidad y te permitirá concentrarte en tu trabajo.
2. Reconocer y aceptar tus múltiples roles
Es esencial que te recuerdes a ti misma que, además de ser madre, también eres trabajadora, esposa y dueña de casa. Cada uno de estos roles es importante y merece tu atención. Aceptar esto te ayudará a reducir la culpa y la ansiedad.
3. Establecer un horario para comunicaciones
Evita llamar a casa o a la sala cuna constantemente. Escoge un momento específico del día para hacer check-ins y asegurarte de que todo está bien. Esto te permitirá concentrarte mejor en tus tareas laborales.
4. Priorizar la calidad del tiempo con tu hijo
Enfócate en la calidad del tiempo que pasas con tu hijo más que en la cantidad. Aprovecha al máximo los momentos juntos, asegurándote de que sean significativos y llenos de amor y atención.
5. Cuidar tu propia salud
No descuides tu salud física y emocional. Hacer ejercicio, comer bien y tomar tiempo para ti misma son aspectos cruciales para mantenerte sana y feliz. Recuerda que una mamá feliz y sana es lo mejor para tu hijo.
6. Fomentar la participación del padre
Involucra al padre en la crianza de tu hijo. Compartir las responsabilidades no solo aliviará tu carga, sino que también fortalecerá el vínculo entre el padre y el hijo, y promoverá un entorno familiar equilibrado.
