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¿Cuándo tomar omega 3 y para qué sirve? Conoce sus beneficios para la salud femenina

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Incorporar omega-3 en la dieta diaria es una estrategia eficaz para mejorar la salud física y mental de las mujeres en todas las etapas de su vida. Sus beneficios van desde la regulación hormonal y la reducción de la inflamación hasta la mejora del estado de ánimo y la salud cardiovascular.


Resumen
Síntesis generada con OpenAI
El omega-3 es un ácido graso esencial con múltiples beneficios para la salud femenina, mejorando tanto la salud física como mental. Aquí se detallan sus beneficios y cómo incorporarlo en la dieta.
Desarrollado por El Mostrador

El omega-3 es un ácido graso esencial que ha ganado notoriedad por su impacto positivo en la salud, pero ¿sabías que tiene beneficios específicos para las mujeres?
el Omega-3 puede mejorar la calidad de vida de las mujeres en todas las etapas de la vida.

Entre sus funciones destacan: aliviar el dolor, mejorar la salud hormonal durante la menstruación y menopausia, contribuir positivamente al estado de ánimo, la salud cardiovascular u ocular. Incluso por sus propiedades antiinflamatorias mejora el aspecto de la piel.
De forma general, podemos describir una serie de aspectos positivos para la salud física, la salud mental y también en el aspecto hormonal. Entre los beneficios de tomar omega-3 para las mujeres se encuentran los siguientes:

Para la salud física

El omega-3 ayuda con el desequilibrio hormonal, al contribuir a la regulación de estrógenos y progesterona.
Efecto antiinflamatorio: los desequilibrios hormonales propios de la vida de la mujer puede dar lugar a una inflamación crónica de bajo grado, provocando síntomas como hinchazón, sensibilidad en los pechos…
Los ácidos grasos omega-3 ayudan con estos síntomas, muy comunes en el síndrome pre-menstrual (SPM), durante la menstruación o incluso en la transición a la menopausia. Además, con su efecto antiinflamatorio, colabora en la buena salud de la microbiota, la cual puede estar inflamada por diversos factores (obesidad, fármacos, etc).
El omega-3 contribuye a la regulación de lípidos en sangre, ayuda a disminuir los niveles de triglicéridos, reduce el riesgo de arritmias y baja los niveles de presión arterial. Todo esto favorece una buena salud cardiovascular.
Salud ocular: es común , sobre todo en la menopausia o perimenopausia, desarrollar el síndrome del ojo seco ya que los cambios hormonales propios de esta etapa afectan a la lubricación ocular.

Para la salud mental

El bienestar emocional es un factor imprescindible para conseguir un estado completo de salud, y el omega-3 también está muy relacionado con la salud cerebral. Los ácidos grasos DHA forman parte del tejido cerebral y se oxida con facilidad, por lo que es necesario reponerlo con la ingesta diaria de omega-3 recomendada.
Las mujeres acostumbran tener episodios de ansiedad, depresión e irritabilidad como resultado de los desequilibrios hormonales. Por ello, es importante saber que entre los beneficios del omega-3 está el de influir en la producción de dopamina y serotonina. Los dos son neurotransmisores que regulan las emociones (incluida la motivación), por lo que es fundamental mantenerlos en equilibrio para generar un aumento del estado de ánimo y la calma.

¿Qué hace el omega-3 en el cuerpo de la mujer?

Como has visto, el omega-3 es un ácido graso con importantes beneficios para las mujeres. Éstos abarcan desde el apoyo al sistema cardiovascular hasta la promoción del desarrollo cerebral, y además también juega un papel clave en el equilibrio hormonal.
El omega-3 ha demostrado ser un aliado crucial en la reducción de la inflamación, proporcionando beneficios específicos para las mujeres en diversas etapas de su vida. Comprender cómo actúa el omega-3 en el cuerpo femenino, desde la adolescencia hasta la edad adulta, es esencial para optimizar sus beneficios.
En la menopausia
En esta etapa disminuyen los niveles de estrógenos y puede provocar síntomas como sofocos, sudoración, irritabilidad, sequedad ocular, etc. El omega-3 ayuda a reducirlos gracias a su capacidad antiinflamatoria, que puede proporcionar un alivio significativo de los síntomas.
Durante la menstruación
Durante la menstruación, el omega-3 puede reducir el malestar y los dolores asociados gracias a sus propiedades antiinflamatorias. También ayuda de la misma manera en el síndrome pre-menstrual.
Fertilidad
Se ha observado que este ácido graso esencial respalda la función ovárica y ayuda a regular la ovulación, creando un ambiente favorable para el embarazo. Concretamente, el DHA colabora en la buena calidad de los óvulos.
Durante el embarazo
El ácido docosahexaenoico (DHA) es un tipo de omega-3 que forma parte de la estructura del sistema nervioso y la retina , las cuales se empiezan a formar en el desarrollo fetal. Por eso es imprescindible un buen nivel de este ácido graso durante el embarazo. También es importante para el buen desarrollo cognitivo y psicomotor del feto.
Al mantener un buen equilibrio en el nivel de las prostaglandinas, ayuda a regular la producción de hormonas y disminuye la presión arterial, entre otras funciones. Esto reduce el riesgo de parto prematuro y preeclampsia. Además, como ya hemos comentado, ayuda a la salud emocional, por lo que ayudará a la madre con su estado de ánimo durante el embarazo y ante una posible depresión post parto.
Durante la lactancia
Durante la lactancia, el omega-3 es esencial para el desarrollo cerebral del bebé. La leche materna contiene EPA y DHA, imprescindibles para el crecimiento del bebé (las leches en fórmula también los contienen).

Alimentos con Omega 3

El cuerpo humano no puede elaborar ácidos grasos omega 3 a partir de otras sustancias, por lo tanto, se debe ingerir por medio de la dieta, ya que son necesarios para que se desarrollen correctamente funciones básicas del organismo, como la coagulación, presión sanguínea o la regulación de los procesos inflamatorios.

Hay 2 fuentes principales en la dieta:

Origen vegetal: frutos secos (nueces, chía, linaza), aceite de soya y canola
Pescados: salmón, anchoas, merluza, sardinas y algunas algas
También se les incorpora este lípido a algunos tipos de huevos, leche y cereales.

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