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Debe existir la necesidad de una mayor fiscalización para garantizar un trato digno durante el proceso de parto. A pesar de los avances y la legislación actual, como la Ley Adriana, las prácticas de violencia obstétrica siguen ocurriendo.
Más de la mitad de las mujeres en Chile reconoce haber sufrido algún tipo de violencia obstétrica durante su gestación o parto. Un estudio de la Universidad de Talca, publicado en octubre de 2023, develó que el 80% de las mujeres, de un universo de más de 5.000 encuestadas, dijo haberla vivido.
Evelyn Carreño, jefa disciplinar de la Escuela de Desarrollo Social y Educación de IACC, profundizó en el tema, señalando que la violencia obstétrica es “una forma de violencia específicamente hacia la mujer, que se da en este ámbito de la atención reproductiva u obstétrica. En palabras simples, es cualquier tipo de acción u omisión por parte de cualquier persona de salud que cause un daño físico o emocional a la mujer, ya sea en el embarazo, en el parto o en el postparto”.
Carreño agregó que esta violencia “afecta la dignidad y los derechos humanos de la mujer. A veces están en momento de parto y son tratadas de forma despectiva por haberse embarazado”.
También mencionó otros aspectos preocupantes, como “cuando se utilizan procedimientos médicos que no tienen el consentimiento de la mujer. Hay un trato deshumanizador que viene de generaciones y se sigue dando hasta el día de hoy. Antes era clásico que te trataran mal porque ibas a tener una guagua, hoy, a pesar de los avances y leyes, sigue este trato realizándose de una forma incorrecta”.
Además, Carreño se refirió al uso excesivo de intervenciones: “Hay cesáreas innecesarias, actitudes y comentarios que humillan a las mujeres durante el parto”. Pese a los avances y leyes como la Ley Adriana, que está en su segundo trámite, “hay lugares donde todavía se ven estas prácticas. Las desigualdades de género también afectan en este contexto, donde las mujeres son vistas como un sujeto más pasivo en el proceso”.
Carreño enfatizó que “una mujer tiene derecho a ser atendida en un proceso de parto desde la dignidad. Estos casos deberían ser denunciados, porque se produce un daño físico y emocional que puede provocar un trauma, miedo a ser atendida en un sistema de salud, e incluso miedo a quedar embarazada nuevamente”.
Finalmente, hizo un llamado a una mayor fiscalización: “El tema de la fiscalización es algo en lo que estamos al debe, para que se haga costumbre un buen trato. Mujeres y hombres deben estar más informados sobre los derechos al momento del parto”.
