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La neurociencia sigue desentrañando los misterios del cerebro humano, y esta vez nos trae una revelación fascinante: la relación entre el baile y nuestra capacidad para tomar decisiones y preservar la memoria.
Desde una mirada psicológica, la doctora en psicología Nerea Palomares nos introduce en la complejidad del baile como actividad física, destacando su involucramiento de múltiples regiones cerebrales, según reveló el portal de Telva.
la investigación respalda la idea de que bailar fortalece la conexión entre las regiones sensoriales y motoras del cerebro y facilita la comunicación entre diferentes áreas cerebrales, lo que promueve una mayor sincronización neuronal tanto a nivel intracerebral como intercerebral.
Este proceso tiene un impacto significativo en diversas funciones cognitivas:
• La planificación
• La toma de decisiones
• El aprendizaje
• La atención e imaginación
• la resolución de problemas
• La memoria a corto y largo plazo
Asimismo, la activación de la ínsula durante la práctica del baile sugiere un componente social profundo, donde se cultivan la empatía y se fortalecen los lazos interpersonales.
El baile, mucho más que un simple ejercicio físico, se revela como un potente estimulante para nuestras capacidades cognitivas y emocionales.
Al mover nuestro cuerpo al ritmo de la música, no solo fortalecemos nuestra musculatura, sino que también activamos áreas clave de nuestro cerebro, mejorando así nuestra salud integral.
• Bailar moviliza áreas cerebrales relacionadas con el movimiento, la coordinación y la planificación, lo que contribuye significativamente a mejorar nuestras capacidades cognitivas.
• Numerosos estudios respaldan la influencia positiva del baile en el estado de ánimo y la reducción de la ansiedad y la depresión.
1. Conexión con uno mismo: Bailar permite que las personas se conecten con sus emociones reprimidas y las expresen de manera natural. Esta expresión a través del movimiento fomenta la espontaneidad y creatividad, ayudando al control emocional en el día a día.
2. Conexión con los demás: El baile es una actividad social que brinda oportunidades para relacionarse con otras personas, mejorando las habilidades interpersonales y facilitando la creación de lazos afectivos en entornos como clases de baile o discotecas.
3. Mejora del estado de ánimo: Al ser una actividad placentera y relajante, el baile ayuda a descentrarse de las preocupaciones, reduciendo el estrés y promoviendo sentimientos de bienestar. También incrementa la vitalidad y la motivación, induciendo alegría y un pensamiento más positivo.
4. Mejora de la autoestima y seguridad: Bailar ayuda a superar la timidez y el miedo al ridículo, lo que contribuye a aumentar la autoestima. Cada logro en el baile, como dominar un nuevo paso, refuerza positivamente la confianza y el autoconcepto.
5. Aumento de la inteligencia y prevención del envejecimiento cerebral: El baile estructurado y la improvisación estimulan la plasticidad cerebral y la actividad neuronal, mejorando la toma de decisiones y el pensamiento divergente y convergente. Estudios han demostrado que bailar puede revertir la pérdida de volumen del hipocampo y reducir el riesgo de demencia, convirtiéndolo en un excelente método para proteger el cerebro a largo plazo.
En resumen, estos beneficios abarcan aspectos emocionales, sociales, y cognitivos, haciendo del baile una actividad completa para mejorar la calidad de vida.
