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Falta de omega-3 en el cuerpo:  piel seca, depresión, entre otras consecuencias para la salud BRAGA /www.freepik.es

Falta de omega-3 en el cuerpo: piel seca, depresión, entre otras consecuencias para la salud

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Presentes en alimentos vegetales, así como en pescados, los ácidos grasos omega- 3 son esenciales para que todo funcione correctamente, aunque el organismo no es capaz de producirlos por sí mismo.


Resumen
Síntesis generada con OpenAI
La falta de ácidos grasos omega-3 en el cuerpo puede tener serias consecuencias para la salud. Estos nutrientes esenciales, que deben obtenerse a través de la dieta, son vitales para la salud cardiovascular, cerebral y la reducción de la inflamación. Su deficiencia puede manifestarse en problemas como piel seca, cambios en el cabello, dolor en las articulaciones, sequedad ocular y un mayor riesgo de depresión. Mantener un adecuado nivel de omega-3 a través de alimentos ricos en este nutriente o suplementos puede ayudar a prevenir estos problemas y mejorar el bienestar general.
Desarrollado por El Mostrador

Los omega-3, que son esos ácidos grasos esenciales para la salud del organismo que, sin embargo, nuestro cuerpo no es capaz de producir de manera natural. Así pues, se trata de unos compuestos que debemos ingerir a través de la dieta para que pasen a formar parte de la máquina perfecta que es el cuerpo.

Estos ácidos grasos saludables, los omega-3, son fundamentales para innumerables funciones corporales, incluyendo la salud cardiovascular, la función del cerebro y la reducción de la inflamación, uno de los problemas más prevalentes en nuestra sociedad, y foco de numerosas enfermedades graves.

Aunque más adelante repasaremos qué alimentos contienen de manera natural omega-3 y cómo ingerirlos para que pasen a formar parte de nuestra dieta, el objetivo en esta ocasión es aprender a identificar si tenemos la cantidad justa de estos ácido en nuestro organismo o si, por el contrario, existe una peligrosa carencia que habría que suplementar cuanto antes.

Qué son los omega-3 y cómo funcionan en nuestro cuerpo

Los omega-3 son un tipo de ácido graso esencial y saludable que obtenemos a través de la alimentación. Dentro de estos compuestos hay tres categorías: el denominado ácido alfa-linolénico, el ácido eicosapentaenoico y el docosahexaenoico.

Se encuentra fundamentalmente en productos vegetales como son las semillas de chía, las de lino, y las nueces. Los otros dos tipos están en los pescados, principalmente en el salmón. También podemos incorporarlos a través de suplementos alimenticios de aceite de pescado.

Además de contribuir al buen funcionamiento del corazón y el cerebro, reduciendo la inflamación, los omega-3 ayudan a mantener la estructura y la función de las membranas celulares, especialmente en el cerebro. También, estos compuestos esenciales desempeñan una función imprescindible en el correcto funcionamiento del sistema nervioso, regulan la presión arterial y mantienen niveles normales de triglicéridos en sangre.

Por lo que respecta a la salud mental, los omega-3 tienen la capacidad de fortalecerla, reduciendo también el desarrollo de enfermedades crónicas y contribuyendo a la mejora de la memoria y las funciones cognitivas.

Aunque no existe una prueba estándar para diagnosticar la deficiencia de omega-3, hay análisis y pruebas de laboratorio para evaluar la composición de grasa en la sangre y proporcionar alguna orientación al respecto.

Cinco consecuencias para la salud que podrían avisar la falta de omega-3 en el cuerpo

1. Sequedad de la piel
La piel, el órgano más extenso de nuestro cuerpo, es el primero en detectar la carencia de omega-3, en forma de irritación y sequedad visibles. Una piel sensible y seca, e incluso una aparición inusual de acné, podría avisarnos de la carencia de omega-3.
Y es que estos ácidos son fundamentales para mantener el buen aspecto y la textura correcta de la piel. Las grasas omega-3 mejoran la integridad de la barrera cutánea, impidiendo la pérdida de humedad natural y protegiéndola de los agentes irritantes que pueden provocar sequedad.
Respecto a la proliferación de acné, en una cantidad llamativa, los científicos consideran que, puesto que los ácidos grasos omega-3 reducen la inflamación, que hace que aparezcan granos (provocados precisamente por la inflamación) significa que no existe esa función protectora.

2. Cambios en el cabello
De la misma manera que estas grasas saludables contribuyen a mantener la humedad natural de la piel, hacen lo propio con el pelo. Por eso, en cuanto observemos cambios en la textura y la densidad de éste, podemos sospechar que nos falta aporte de omega-3.
En caso de que experimentemos un aumento de la caída capilar que no tenga explicación (cambio de estación, por ejemplo) o empecemos a notar una mayor debilidad y sequedad del cuero cabelludo, apoyarnos en suplementos alimenticios a base de omega-3 puede ser una buena idea. Siempre, por supuesto, bajo la supervisión de un médico o farmacéutico.
Un estudio publicado en National Library of Medicine, llevado a cabo durante 6 meses, mostró resultados sorprendentes en cuanto a la conveniencia de la suplementación. A uno de los grupos participantes se le dio omega-3, junto con grasas omega-6 y antioxidantes, en un suplemento diario. Al final del estudio, quienes habían tomado el suplemento experimentaron una reducción de la caída del cabello y un aumento de la densidad capilar, con respecto a la del otro grupo.

3. Dolor y rigidez en las articulaciones
Con el paso de los años, es frecuente sufrir un mayor dolor y rigidez en las articulaciones. Esto puede estar relacionado con una enfermedad llamada artrosis, en la que se desgasta el cartílago que recubre los huesos. También puede estar relacionado con una enfermedad inflamatoria autoinmune llamada artritis reumatoide y con la deficiencia de ácidos grasos omega-3.
De nuevo en este punto podemos echar mano de la suplementación, puesto que numerosos estudios revelan que tomar complementos alimenticios de omega-3 ayuda a reducir el dolor articular, así como a mejorar los síntomas en aquellas personas que padecen la enfermedad.

4. Pérdida de la humedad ocular
En caso de que sintamos cierta sequedad persistente en los ojos, que no se presentan humedecidos como es habitual, puede que la carencia de omega-3 esté haciendo sus estragos. Es lo que se denomina ‘ojo seco’, y en estos casos suele ser efectivo tomar algún suplemento para recuperar la función normal.

5. Mayor incidencia de depresión
Las grasas omega-3 son un componente esencial para el correcto funcionamiento del cerebro, y se ha confirmado que tienen efectos neuroprotectores y antiinflamatorios. Son muchos los estudios que muestran una correlación entre un bajo nivel de omega-3 y una mayor incidencia de depresión.

Aunque son muchos los factores que contribuyen al desarrollo de trastornos mentales, una dieta rica en omega-3 puede ayudar a reducir el riesgo de algunos de ellos. En cualquier caso, es el médico quien debe aconsejarnos sobre la idoneidad o no de tomar determinados suplementos, y de enriquecer nuestra dieta con los alimentos que nos aporten los nutrientes esenciales que necesitamos para el buen funcionamiento del organismo.

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