El viento frío combinado con las altas temperaturas de las calefacciones altera la piel, provocando picores y tirantez en el rostro. La buena noticia es que tan solo necesitas una unos minutos para erradicar estos síntomas con ayuda de una mascarilla facial hidrantante.
Una de las consecuencias inmediatas del frío en nuestra piel es la deshidratación, en cuanto bajan las temperaturas y el frío viento impacta sobre nuestra piel, esta se reseca, haciendo más fácil que aparezca la sensibilidad. Es entonces cuando entran en acción las cremas hidratantes ultra nutritivas, encargas de reforzar la barrera de hidratación de la piel y evitar que pierda agua. Pero en estos días de invierno, la crema hidratante puede necesitar un esfuerzo y las mascarillas faciales hidratantes son una excelente opción.
A diferencia de la mayoría de los problemas irritantes de la piel que aparecen en invierno, que pueden tardar semanas, o meses, en recuperarse, la sequedad y sus incómodas consecuencias se arreglan rápidamente con una mascarilla hidratante. La magia que desarrolla este tipo de mascarilla, con forma de cara, se debe generalmente a su fórmula, que incluye potentes sueros con propiedades hidratantes y algunas otras cualidades cosméticas, impregnados en un tejido de celulosa, papel de aluminio o hidrogel. El principal beneficio de usarlas, además de que son fáciles de colocar y la mayoría francamente asequibles, es que su envoltorio osmótico ayuda a que los ingredientes incluidos en la fórmula serum, penetren mejor y más profundamente en la piel.
A la hora de elegir una mascarilla para el invierno, es importante que en sus ingredientes este presente el ácido hialurónico, las ceramidas, y lo más importante, las vitaminas. Asimismo, es crucial que sepas los beneficios de cada una de las mascarillas, ya que existen distintas.
1. Mascarilla con vitamina E: contribuye a la hidratación de la piel. Si combinas los beneficios de la vitamina E con la vitamina C puede tener un poderoso efecto antioxidante en tu piel. Existen pruebas de que combinar estos dos nutrientes acelera la cicatrización de heridas, reduce las arrugas debajo de los ojos y promueve el crecimiento saludable de las células de la piel.
2. Mascarilla con vitamina A: esta mascarilla es bastante elegida por personas con piel madura o dañada, ya que ayuda a aclararla, nutrirla y eliminar manchas. También sirve para prevenir el envejecimiento, contribuyendo a una piel más reafirmante y con efecto antiarrugas.
3. Mascarilla con vitamina C: la vitamina C funciona como un antioxidante que ayuda a neutralizar los radicales libres que oxidan la piel a través de la contaminación, la exposición a los rayos UV, el cigarro, el cansancio y otros factores que aceleran el proceso de envejecimiento dejando en tu piel una textura áspera, engrandecimiento de los poros, manchas, arrugas y otras imperfecciones. La mascarilla con la vitamina C te ayuda a devolver la textura en tu piel, restaurar la luminosidad y unificar el tono de tu piel. Además, estimula la producción natural del colágeno y la elastina haciendo a tu piel más fuerte y firme, previniendo futuros daños de híperpigmentación.
4. Mascarilla con vitamina B: esta mascarilla facial actúa en las superficies y en lo profundo de la piel, dejándola brillante, suave y radiante. Esta vitamina, la piel la absorbe y tolera muy bien. Aunque la más beneficiadas, son las pieles propensas a sequedad o eccemas por su acción humectante.
• Hidratación intensa: refuerzan la barrera de hidratación de la piel, evitando la pérdida de agua.
• Resultados rápidos: pueden aliviar la sequedad y mejorar la apariencia de la piel en poco tiempo.
• Fórmulas efectivas: suelen contener potentes sueros hidratantes que penetran profundamente en la piel gracias al diseño osmótico del envoltorio.
• Fácil aplicación: son simples de colocar y, en su mayoría, accesibles económicamente.